Los últimos avances tecnológicos, como el surgimiento de los teléfonos inteligentes que permiten estar conectados a cualquier hora y en cualquier lugar, y la aparición de las redes sociales, como Twitter o Facebook, facilitaron y muchas veces mejoraron la vida de los usuarios.
Sin embargo, el uso excesivo de estos genera síntomas malignos que, en algunos casos, llegan a convertirse en patologías psicológicas o de conducta.
Aquí, los nueve males que causa la exposición constante a estos nuevos recursos tecnológicos:
Síndrome de la «llamada imaginaria».
¿Alguna vez corriste para revisar tu teléfono celular, pensando que había sonado pero al llegar te diste cuenta que no fue así?
Estudios indican que el 70% de usuarios de smartphone padecen este síndrome; que también suceden cuando piensan que su celular vibró mientras lo llevan en el bolsillo y eso nunca pasó.
Esto ocurre porque nuestro cerebro comenzó a asociar cualquier impulso que recibe con el teléfono celular.
“Depresión Facebook”.
Este efecto deriva de la constante exposición en redes sociales a la que las personas están sujetas últimamente.
Consiste en experimentar distintas sensaciones, ya sean de envidia, depresión y frustración, cuando nuestros contactos no dan “like” a nuestras publicaciones, o cuando no somos incluidos en la actividad de algún grupo de amigos en redes sociales.
También se le conoce como “miedo a perderse de algo” o “FOMO” por sus siglas en inglés.
Nomofobia.
Sucede cuando se siente miedo de salir a la calle sin llevar el teléfono celular, así como de quedarse sin batería o cobertura en algún momento inoportuno. Estas personas suelen presentar cuadros de inestabilidad, agresividad, problemas para concentrarse y estrés.
Los “nomófobos” se caracterizan por revisar constantemente su smartphone para ver si les llegó alguna notificación.
Mensajería sonámbula.
Este trastorno afecta a las personas que se llevan su teléfono móvil a la cama, y que se despiertan parcialmente para contestar una notificación.
Generalmente, estas personas al estar en estado de semiconsciencia, no se dan cuenta de lo que escriben y suelen caer en situaciones embarazosas.
Cibermareo.
Se trata de un “mareo” generado al interactuar con ciertos entornos digitales, como el 3D o la nueva interfaz de iOS 7.
Cibercondría.
Este síndrome se había identificado hace tiempo. Se trata de creer que se padece una enfermedad tras haberse informado sobre ella en Internet.
Esto se produce cuando los usuarios “googlean” síntomas o enfermedades que creen padecer, e instantáneamente al leer las características, interpretan que cumplen con todos los requisitos que establece la web y se consideran enfermos. Aunque este tipo de información médica publicada en internet puede resultar útil, no se puede hacer un diagnóstico fidedigno solo con leer lo que establece Wikipedia. Lo mejor es acudir a un médico profesional.
Efecto Google.
Al ser tan fácil encontrar cualquier tipo de información en Google, se detectó que las personas ya no retienen la misma cantidad de información que antes, ya que, inconscientemente, suprimen esta necesidad.
Por esto, muchas veces al pensar en algo, la frase “lo tengo en la punta de la lengua” es lo primero que se pronuncia, debido a que se lee mucho en la red, pero se es incapaz de retener porque la confianza ciega en Google y su vasta base de datos, según consignó SDP noticias.
Dependencia de los videojuegos online.
Hay adictos a los videojuegos que dejan de hacer cosas importantes o cumplir con sus compromisos profesionales por pasar horas jugando en línea con personas que ni siquiera conocen.
Se sabe de casos donde los gamers suelen dejar de comer y atender sus necesidades fisiológicas por estar frente a la consola de juegos. De hecho ya se reportaron casos de muertes por este trastorno.
Tensión ocular.
Demasiadas horas delante de cualquier pantalla produce un sobreesfuerzo que provoca vista cansada y deshidratación relacionada con la reducción del número de parpadeos.
Tomado de
Yahoo! Noticias
México