Alianza para la prosperidad, oportunidad para el desarrollo y el crecimiento económico

Existe todo un panorama de oportunidades y desafíos entre las naciones del Triángulo Norte en la región Centroamericana

El denominado Triángulo Norte en la región centroamericana conforma tres naciones que no solamente comparten una ubicación geográfica, sino también una serie de características que proponen un panorama de oportunidades en un entorno con desafíos particulares. Guatemala, Honduras y El Salvador enfrentan una realidad similar, el clima de inseguridad y los altos niveles de pobreza crean un ambiente de inestabilidad social que ha condicionado los procesos de desarrollo en el área.

En la última década, el crecimiento económico de los países del Triángulo Norte no consigue reflejarse en una mejora de las condiciones de vida de los habitantes, esto debido al considerable aumento demográfico que repercute en un ingreso per cápita menor. La disminución del ingreso real y la falta de oportunidades recaen en la insatisfacción de muchas de las necesidades de la población.

La situación de pobreza se encuentra relacionada con los bajos niveles de escolaridad y formación técnica, así como la predilección de los proyectos de emprendimiento y los pequeños negocios por trabajar desde la informalidad, donde incentivos como la reducción de costos y la evasión fiscal hacen atractiva esta forma de trabajo. Sumado a ello, la violencia y la criminalidad imperantes crean una realidad complicada para la población.

Los elementos antes mencionados han provocado un aumento considerable de migración de personas que añoran oportunidades laborales en tierras estadounidenses. Este fenómeno social conlleva la pérdida de capital humano en las economías del Triángulo Norte, siendo un factor limitante para la competitividad de la región.

Sin embargo, la situación propia de los países del norte de Centroamérica propone un escenario de oportunidades en el que la cooperación y la integración son fundamentales para la implementación de políticas que fomenten el crecimiento económico y mejoren las condiciones de vida de las personas.

En ese orden, el Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica es una propuesta significativa del gobierno de Estados Unidos para impulsar el desarrollo económico del área, donde el compromiso de las autoridades estatales es esencial para lograr la efectividad de las acciones del Plan.

La iniciativa del gobierno norteamericano tiene origen en la gran cantidad de niños no acompañados que buscan llegar a Estados Unidos de forma ilegal. En la mayoría de los casos, la causa radica en la reunificación familiar y el escape de la espiral de violencia.

La modernización y expansión del sistema de infraestructura se concentra en ocho corredores logísticos.

El objetivo del plan es reactivar la actividad económica de los países del Triángulo Norte mediante la inyección de flujos de inversión, los que deben ser complementados por fondos de los países referidos para la puesta en marcha de proyectos orientados a:

Dinamizar el sector productivo

• Mejorar y aumentar las oportunidades de trabajo.
• Consolidar el sistema de seguridad ciudadana y facilitar el acceso a la justicia.
• Y el fortalecimiento institucional.

Uno de los pilares para consolidar el impulso a la dinámica productiva es el mejoramiento y la expansión de la red de infraestructura, lo que representaría un importante avance en la eficiencia de los procesos logísticos. El compromiso de Estados Unidos en este pilar propone el desarrollo de regiones económicamente rezagadas, asimismo la ampliación de los mercados y la facilidad para que las industrias logren economías a escala y puedan ser más competitivas en el comercio internacional.

La modernización y expansión del sistema de infraestructura se concentra en ocho corredores logísticos, que persiguen la interconexión terrestre de las terminales portuarias ubicadas en los océanos Atlántico y Pacífico y su conexión con localidades productivas de las cercanías. Se persigue de igual forma la mejora del tránsito vehicular y el intercambio de mercaderías con México a través del Corredor Pacífico, que une a la región con el mercado mexicano mediante el litoral occidente.

El mejoramiento de la red de enlaces viales se integra con la actualización de los marcos regulatorios de transporte de carga en la correcta aplicación de los tratados comerciales.

El aumento en la calidad y cantidad de fuentes de empleo es abordado desde el campo de la educación, que busca la retención escolar como base de la futura formación técnica y profesional de las personas, al aportar un grado mayor de especialización al capital humano. Para este fin son también prioridades de los países miembros la reducción de los rezagos en nutrición infantil y el déficit habitacional, limitantes que afectan de forma directa a los estratos más vulnerables de la población.

Es importante destacar la necesidad de participación del sector privado local como agente creador de valor y de fuentes de empleo, por lo que las autoridades deben poner en práctica estrategias que favorezcan la inserción del empresariado a través de alianzas público-privadas.

El desarrollo institucional es fundamental para el alcance de los objetivos del Plan de Prosperidad, los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras enfrentan el desafío de recuperar la confianza de los ciudadanos en el aparato estatal, para lograr una verdadera integración participativa. Para ello, es necesaria la implementación de medidas que consoliden el Estado de Derecho en el marco de la modernización del sistema de justicia y la transparencia.

La ejecución de los proyectos sería imposible para los países de la región, el costo de las acciones excede considerablemente la capacidad de financiamiento y endeudamiento de las economías, por lo que la implementación del Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica constituye una ventana de oportunidad para el crecimiento y el desarrollo económico.

Nicholas Virzi
Carlos Vásquez
Economistas
Revista GERENCIA
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