Blockchain, confiar su dinero en todos y en cada uno
Blockchain, confiar su dinero en todos y en cada uno
Q5 mil millones pagados por el Estado en rescate a bancos llevan a poner en tela de duda la credibilidad de estas instituciones y el manejo que se hace del dinero. “En un banco tradicional, los libros son centralizados, privados (solo el mismo banco puede acceder a los libros), las transacciones son reversibles y hay que confiar en el banco para que cuide los fondos que se le entregan”, señala Olav Dirkmaat, docente de la universidad Francisco Marroquín, al explicar las diferencias entre este tipo de libros y el blockchain o cadena de bloques, que consisten en un libro contable públicamente accesible, que guarda todas las transacciones que se han llevado a cabo en algún momento del pasado y que garantiza la veracidad de las operaciones por internet.
Olav Dirkmaat, docente de la UFM.
La implementación de la cadena de bloques para generar confianza segura y descentralizada puede aportar avances e inclusión e innovación, se afirma en el artículo Blockchain technology: Redefining trust for a global digital economy, del Banco Mundial. Sin embargo, también existe la posibilidad de que no solo funcionen cadenas de bloqueo públicas sino también privadas, creadas por algunos bancos, en las que solamente actores autorizados mantengan el libro mayor.
Para entender la cadena de bloques es necesario hablar del bitcóin que consiste en un “tipo de dinero digital no regulado que emiten y habitualmente controlan sus creadores, y que se utiliza y acepta entre los miembros de una comunidad virtual específica”, se afirma en el documento del BM El bitcóin versus el dinero electrónico.
Algunas de las monedas virtuales se pueden comprar y vender siguiendo los tipos de cambio predominantes y pueden utilizarse para comprar bienes y servicios, tanto reales como virtuales. El bitcóin, indica Vásquez, es “un medio de intercambio electrónico a través de un protocolo y una red computacional P2P3. Este sistema de cambio fue creado en 2009 por Satoshi Nakamoto, a través de un proceso computacional.
Esto se debe a que el sistema no obliga a incorporar los datos exactos sobre quién es el dueño de cada bitcóin, por eso se puede asignar un nombre o un seudónimo. El sistema consiste en una secuencia alfanumérica legible para las personas, pero con treinta y tres caracteres. Estas claves se asocian a un monedero virtual que descuenta y recibe pagos, y la persona puede contar con varias cuentas.
Estas cuentas criptográficas deben ser verificadas para su ejecución. La identidad digital se maneja de forma segura. Vásquez señala que, “la transacción es bastante transparente, ya que en el programa computacional se identifican todas las transacciones”. “El bitcóin no existe fuera de su cadena de bloques”, agrega Dirkmaat.
La cadena de bloques depende de una red de nodos que se pueden visualizar como un conjunto de robots o computadoras que constantemente se revisan el uno al otro de forma verificable, permanente y anónima. No solo es compartida sino distribuida, lo que significa que, por medio de miles de computadoras (robots) se logra mantener una sola versión de la cadena de bloques. Si uno de los nodos intenta corromper tratando de modificar alguna transacción para su propio beneficio, se reconoce la anomalía porque la cadena de bloques ya no coincide con los demás nodos.
Dirkmaat cita al científico experto en bitcóin Nick Szabo, quien afirma que, el bitcóin es la red financiera más segura del planeta, pero que sus compañías periféricas centralizadas se encuentran entre las menos seguras. En 2015, Bitcoin sufrió un ataque en el que le fueron robados aproximadamente US$13,000, y hasta el momento ha sido su único percance. En comparación a lo que sufren los bancos comerciales en la actualidad por ciberataques, no es tan grave la falla.
Los registros centralizados de los bancos comerciales son mucho más susceptibles a este tipo de ataques, mientras que la tecnología detrás de Bitcoin es compleja y poco amigable; pero, cuenta con la ventaja de que no hace falta conocimiento técnico sobre cómo extraer y procesar el oro mineral. “En la actualidad ya existen varias aplicaciones que ayudan a comprender la tecnología, y la facilidad de uso de estas ha mejorado muchísimo”, comenta Dirkmaat.
Sin embargo, los intermediarios alrededor del Bitcoin son débiles. Este es el caso de Mt Gox cuyos clientes perdieron más de US$400 millones en Bitcoin, siendo un simple intermediario. Sin embargo, comenta Dirkmaat, “asumir que el caso de Mt Gox demuestra que esta nueva tecnología es insegura, es como decir que la quiebra del Banco del Café es prueba de que el quetzal es inseguro”.
Transacciones financieras: fideicomiso y encapsulación del valor del dinero a lo largo de la historia. Fuente: tomado de The World Bank
En ambos casos, no existe relación entre la quiebra de un intermediario con la seguridad de la moneda que usaba este. “Los errores pueden seguir ocurriendo, ya que la tecnología al ser nueva está en etapa de ensayo y error y después, con seguridad, solamente sobrevivirán los intermediarios más seguros y prudentes”, añade el experto.
En la actualidad hay unos 16,5 millones de bitcoines en circulación, pero la oferta está limitada a 21 millones y aumentará hasta llegar a ese límite. Hay una relación entre el bitcóin y el mineral oro. La oferta de oro está restringida por escasez natural y cada año la oferta aumenta en un 1 a 2% por producción minera, indica Dirkmaat.
En el corto plazo no se considera que la cadena de bloques y los bitcoines afecte a los negocios. Dirkmaat relata que, en Holanda, en una empresa con la que posee relación, han considerado aceptar los bitcoines como medio de pago. Añade que, es muy fácil integrar una tienda digital o pedir una terminal de punto de venta para aceptar bitcoines.
Hay procesadores de pagos que ayudan a aceptar bitcoines y lo depositan al día siguiente en la cuenta bancaria en dólares estadounidenses o euros. Por ello, aceptar bitcóin como forma de pago, puede generar un aumento en el corto plazo en las ventas por ser novedoso. Sin embargo, “para que sea un medio de pago como el dólar falta mucho, ya que el bitcoin es aún demasiado volátil”, enfatiza el experto.
La cadena de bloques está siendo utilizado para el intercambio de divisas; pero, en el futuro inmediato, se afirma en el artículo del Banco Mundial, será probado para la liquidación de valores, títulos de propiedad, derechos digitales, finanzas comerciales, cadenas de suministro, auditoría, votación, microgrids solares, servicios notariales y legales e identidad digital. La aplicación de las cadenas de bloques se compara con la forma como los teléfonos móviles saltaron sobre las líneas fijas de teléfono.
Además, el Bitcoin es igual de vulnerable que el dinero en efectivo y al igual que este puede ser utilizado como medio de intercambio en el tráfico de personas, armas o drogas, y este es un argumento que han utilizado los gobiernos, “pero no porque están preocupados por el tráfico de personas, armas o drogas, si no por razones más egoístas”, ya que el bitcóin, como el patrón oro, ata las manos de un gobierno y no le permite monetizar la deuda pública. “Si el bitcóin llega a ser exitoso impone disciplina fiscal, lo que desagrada a los gobernantes”. Para Dirkmaat el problema de las actividades ilegales no es el medio de pago sino la actividad en sí.
Una de las lagunas en torno a las cadenas de bloques y al bitcóin es que en la mayoría de los países esta no es una moneda de curso legal por lo que un tribunal no puede hacer cumplir un pago contractual en bitcoines. Este es un problema para la adopción del Bitcoin porque en países donde se cobra el IVA sobre la compra de bitcóin o no hacen cumplir jurídicamente contratos con esta moneda. En Japón el bitcóin empezó a ser reconocido legalmente desde abril de 2017 y lo mantienen libre de IVA. Dirkmaat señala que, los países más abiertos a esta nueva tecnología, son los que al final podrán prosperar.
Roberto M. Samayoa O.
Colaborador
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt
Con información de:
http://blogs.worldbank.org/ic4d/blockchaintechnology-redefining-trustglobal-digital-economy
Ilustración sugerida tomada
de la página del Banco Mundial