El auge de la economía china es innegable. Reportes de las revistas más especializadas en el tema económico mundial la catalogan como la nueva potencia económica, por encima de Estados Unidos. Revista GERENCIA no podía dejar de contarlo, pues se trata de un acontecimiento impactante para el mundo que, depende de cómo lo tomen, los países como Guatemala pueden resultar beneficiados, pero también perjudicados.
En el reportaje de 2010, GERENCIA resaltaba las condiciones que China ya mostraba para entonces. Se había colocado como la segunda potencia económica mundial, por detrás de Estados Unidos. Había logrado sobrepasar a Alemania como el primer exportador mundial. Poseía una población cuatro veces mayor a la de Estados Unidos.
Los números globales indicaban que el aporte chino al Producto Interno Bruto (PIB) del mundo superaba ya el 15 por ciento, con tendencia al alza. En 1980, era del 3.4 por ciento.
Desde siempre, China ha sido un gigante en el mundo. Inventos como la pólvora, el papel y la brújula dan cuenta de ello. Pero quizá nada de ello será tan relevante en la historia como haber sido la creadora del primer socialismo capitalista en el globo terráqueo. Se trata de un sistema mixto del que poco se ha teorizado en la actualidad, pero que resulta siendo una especie de capitalismo democrático económico.
Los números entre Guatemala y ese gigante mundial no son para espantar a nadie. El Banco de Guatemala (Banguat) estima que en 2009 se importaron US$607.7 millones desde ese país asiático, mientras que logramos venderles apenas US$30.2 millones.
Costa Rica en cambio, que ya negoció un Tratado de Libre Comercio (TLC) con ellos, logró hacer crecer su intercambio comercial a US$1,478.6 millones. US$767 millones en ventas costarricenses y US$711.6 en ventas chinas.
Guatemala, sin embargo, mantiene una tímida relación con ese país y de allí son números tan bajos. Lo que sí es que ya se fundó la Cámara de Cooperación y Comercio China-Guatemala, con la entusiasta idea de promover un TLC. De momento les vendemos textiles, aluminio, cobre, azúcar y café. Pero esa lista podría crecer si se abandonan posturas políticas y Guatemala se vuelca más por sus intereses comerciales con ese gigante asiático que, como ya se explicó, ahora ocupa el primer lugar entre las economías del mundo.