Guatemala cuenta con alto potencial emprendedor
Tres de cada cuatro guatemaltecos están pensando en un negocio propio. El desafío es que estos continúen hasta alcanzar la persistencia
Guatemala ha demostrado ser un país emprendedor, por lo menos en la primera etapa de los negocios. Así lo evidencia el estudio del Monitor Global de Emprendimiento (GEM) 2021-2022, de la Universidad Francisco Marroquín, realizado a través del Centro de Emprendimiento kirzner, que indica que 4.4 millones de personas están generando un emprendimiento en el país.
El problema no radica en las personas con deseos de emprender, sino en que, conforme atraviesan por las diversas etapas de emprendimiento, el número de emprendedores se reduce. Es decir, del potencial emprendedor del 46.3%, 12.6% corresponde a los negocios nacientes, 15.7% a los negocios nuevos, 12.7% a los negocios establecidos (persistencia de 3.5 años) y 7.3% a los negocios descontinuados, que por múltiples razones dejan de existir. Es decir, solo uno de cada diez emprendedores logra que su negocio persista.
Aún así, un alto porcentaje de las actividades económicas del país está conectado a iniciativas emprendedoras. El potencial emprendedor en Guatemala ha pasado de 51.6 en 2019, a 50.0 en 2020 y 46.3 en 2021. La tasa de actividad emprendedora (TEA, por sus siglas en inglés), se ha mantenido, en 2019 se situaba en 25.1, en 2020 y 2021 en 28.3. Lo que indica que, la actividad emprendedora sigue viva, sin caídas importantes, aunque afectada por la pandemia, que ha significado un gran desafío para todos.
En comparación, Guatemala supera el potencial emprendedor de Latinoamérica de 46.3 a 45.5. Asimismo, la TEA del país de un 28.3 es superior a la de Latinoamérica (25.9). Los negocios establecidos registran un 12.7 para Guatemala y un 6.2 para la región latinoamericana, y los descontinuados 7.3 para Guatemala y 7.9 para Latinoamérica.
Datos de los emprendedores del país
El GEM define al emprendedor como “una persona entre los 18 y 64 años que es propietaria o participa en la administración de un negocio”. Según la muestra empleada para el estudio, el 46.5% de los hombres son emprendedores vs el 53.5% de los que no lo son. En el caso de la mujer, el 33.4% es emprendedora vs el 66.6 que no lo es.
En cuanto a edades, en todos los rangos de edad hay presencia de emprendedores. (GRÁFICA 1).
El emprendimiento también está representado en todos los niveles educativos. Cabe resaltar la presencia en personas que tienen diversificado completo hasta universitario completo. En las últimas clasificaciones, 4 de cada 10 son emprendedores (GRÁFICA 2)
En cuanto al aporte de ingresos al hogar, del 100%, solo el 40% de emprendedores aporta la mayoría de los ingresos al hogar, mientras que, del total de los no emprendedores, solo el 35.8% aporta la mayoría de los ingresos al hogar.
Sobresale también la herencia emprendedora. Los emprendedores entrevistados indican que, un 41.6% provienen de hogares en los que sus padres contaban con un negocio. Mientras que, del cien por ciento de los no emprendedores, solo un 28.8% pertenece a hogares de padres con un negocio.
En Guatemala los negocios arrancan con una inversión inicial de menos de Q5,000. Lo que indica que el emprendedor busca nichos de respuesta rápida. Por ello, los negocios que predominan son aquellos asociados al consumo, elegido por 7 de cada 10 emprendimientos.
Los resultados rápidos no necesariamente responden a una estrategia sostenible. Sin embargo, es importante analizar que la actividad económica empacada en empresas pequeñas tiene pesos muy interesantes dentro de la generación de crecimiento económico. Y la gran pregunta es, ¿será posible generar negocios de escala?
Los directivos de GEM advierten que, ganar escala es comenzar por dar pasos pequeños, para subir gradas. Y en ello citan el tema de la formalización para revertir la dinámica que ha caracterizado a Guatemala. Es decir, pasar de negocios informales y autoempleos a negocios que por lo menos generen un empleo, ya que, de los más de 4 millones de personas emprendedoras en Guatemala, casi la mitad genera empleo para sí misma, el 48% de los emprendedores no generan ningún empleo.
¿Cuáles son los desafíos que los emprendedores ven para aumentar la escala?
En este punto y ante el potencial emprendedor del país, hay temas que cobran relevancia, como el financiamiento en disponibilidad y accesibilidad, para aprovechar lo bien que está el país en normas sociales y educación superior y técnica, en donde ha permeado el emprendimiento. Los directivos de GEM advierten sobre la necesidad de que más personas que están en posiciones de decisión ataquen de frente esos desafíos. Y los cambios se deben surgir desde las políticas de gobierno.
La disponibilidad de financiamiento por fuentes advierte sobre este gran desafío (GRÁFICA 3). La nota máxima es de 10, y ni siquiera se alcanza la mitad del puntaje. Por ello, más de la mitad de los emprendedores del país pone el cien por ciento de la inversión inicial de su bolsa, la de familiares, amigos o compañeros de trabajo, para poder arrancar su negocio. Solo el 20 o 30% va a los bancos.
Esto explica por qué los emprendimientos en Guatemala arrancan con inversiones bajas y con la urgencia de generar ingresos de forma rápida. En 2021, el 72.5% de la TEA y el 70.3% de los negocios establecidos poseía un negocio por sobrevivir a la escasez de empleo, otras razones en menor porcentaje son hacer una diferencia en el mundo, crear riqueza y continuar con la tradición familiar. La mala noticia es que, es probable que estos emprendimientos no sean buenos. La idea es ver los negocios con otro enfoque, a profundidad y como una forma de generar valor agregado.
Por estas razones, es que se cran productos y servicios poco novedosos, algo que los mismos emprendedores aceptan al ser entrevistados (66.8%). De allí que, en 2020 un 60.5% no se formalizó, porcentaje que ha contado con poca variación desde 2019, y las razones, porque no ven el beneficio de hacerlo, porque es caro el cumplimiento, porque no saben cómo hacerlo, porque nadie lo hace, porque los trámites son complicados o les toma tiempo. Lo que, a decir de David Casasola, tiene que ver con la inmediatez de los clientes o porque son vistos como algo pasajero en lo que surge un empleo formal. Por ello, “se necesita lograr que quienes emprendan no tengan urgencia en generar ingresos”, advierte el analista.
Otros desafíos que enfrenta el emprendedor son la seguridad. Se dice que un emprendedor en más propenso a ser víctima de un delito, que un empresario. Por ello, no salen de su pueblo, aldea o municipio, porque hacerlo es un riesgo de alto costo. Lo que amplía los retos, pues se trata de buscar soluciones para que los emprendedores puedan ampliar su tamaño de mercado, porque con lo que gastan en seguridad podrían generar otro negocio. Por ello, esta inversión limita la capacidad de emprender e impacta en el rendimiento.
Para que el emprendimiento fluya en Guatemala y se convierta en negocios de escala, se necesitan fuentes de financiamiento poco sofisticadas y accesibles para distintos perfiles de emprendedores. Por otro lado, operar en la formalidad se sigue percibiendo caro, complejo y poco atractivo, la infraestructura del país no hace más competitivos a los emprendedores y estos siguen siendo más propensos a ser víctimas de delitos. Temas que deben y pueden mejorar para que el mercado evolucione, crezca y mejore con la competencia; para que aumenten las oportunidades laborales, y para impulsar el crecimiento de la economía.
Ileana López
Periodista
Revista Gerencia
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