Guatemala debe mejorar urgentemente su sistema logístico

Puertos y aeropuertos deficientes hacen de nuestro país un lugar poco atractivo para la movilización de mercadería. Y si a ello se agrega el malísimo estado de la red vial, la situación se complica mucho más

Que la mercadería llegue a su destino final en el menor tiempo y al más bajo costo es el objetivo central de todo empresario. Por ello es que, mejorar la logística en la movilización de la mercadería siempre será un propósito tras el cual se moverán los intereses del sector productivo.

En cualquier país, existirán siempre dos destinos finales para la mercadería: el consumidor final local y el externo. Para llegar al primero una parte importantísima en este propósito será un buen sistema de carreteras que facilite la movilización de la mercadería entre los puntos de la cadena de comercialización. Sin embargo, para llegar al segundo, hay otros factores importantes en el camino como los puertos y/o aeropuertos. Estos son dos centros que deben funcionar como máquina de reloj bien afinado, si se quiere tener éxito y con ello ser competitivo en el mundo.

La mayor parte de la producción nacional es exportable y de allí la importancia de lo que hablamos. Pero si se quiere ser más equilibrado, debe tomarse en cuenta que buena parte del consumo local es importado, una característica que da un valor mayor aún a los puertos y los aeropuertos.

La voz de la experiencia
Con todo y lo anterior, lamentablemente ocupamos el último lugar de Centroamérica en cuanto a índices logísticos, según lo explica Tirso Córdova, un especialista en negocios, pero sobre todo en control de logística de exportación e importación, un área en la que es docente para la Universidad Francisco Marroquín.

De acuerdo con Córdova, nuestra posición geográfica nos da ventajas que no sabemos aprovechar como país. Deberíamos ser los más importantes proveedores de mercaderías para los países de economías mayores, pero no es así. Y nuestro principal problema es que carecemos de sistemas aduanales de mala calidad, con puertos que no logran atender demandas importantes y aeropuertos cuya capacidad de movilización es mínima.

El docente universitario cuenta que nuestros puertos son tan malos que hasta afectan a otros países, porque la carga y descarga en ellos supera, por mucho, los tiempos de otros países. Menciona por ejemplo que, para atracar, descargar y volver a cargar, un barco en puertos guatemaltecos requiere de un poco más del doble de tiempo que en cualquier puerto del resto del área, no digamos de más al sur. Es más, dice que incluso no tenemos capacidad para recibir embarcaciones de altas dimensiones, lo cual termina perjudicando a otros países porque afectamos la ruta de las navieras que, con tal de atender la demanda guatemalteca, mandan a esta parte del mundo barcos pequeños que no se dan abasto solos para movilizar toda la carga de los territorios. Puerto Cortez, en Honduras, asegura, es -por mucho- más grande, eficiente y capaz que cualesquiera de nuestros puertos. Pero claro, Honduras ha invertido US$600 millones de dólares en su puerto, Costa Rica ha invertido US$1,000 millones y Guatemala lo ha hecho en apenas una cifra que ronda la tercera parte de lo de Honduras.

Y si de aeropuertos se trata, la cosa no varía en mucho. La Aurora, nuestro aeropuerto internacional de mayor capacidad se quedó rezagado. A las modificaciones hechas durante el gobierno de Óscar Berger jamás se les dio seguimiento y se volvió a estancar. Y no es que se requieren módulos especiales para el movimiento de aviones de carga. En realidad, el 70% de la carga aérea comercial del mundo se mueve en aviones de pasajeros y de allí la importancia de que estén cercanos a las ciudades más productivos de un área geográfica. Y en Guatemala, la ciudad capital es la que más productividad genera. Hablamos de la ciudad donde se concentra la mayor productividad del país y donde se encuentra el principal aeropuerto.

Por ello es que, Tirso Córdova es de la idea de que urge que el país ponga atención en la modernización de sus sistemas portuarios y aeroportuarios, pues de lo contrario vamos a ir quedando tan rezagados que ya nadie nos va a poner atención.

A lo interno
Pero todo lo anterior tiene que ver con la movilización para las exportaciones y las importaciones. Aquí, en el interior de la república, las dificultades también existen y de grandes dimensiones.

Carlos Colom, un desarrollador de proyectos con amplia experiencia en el país, asegura que nuestro sistema de carreteras es de categoría ínfima y eso no facilita el buen desarrollo de la comercialización, pues los costos de mover las mercaderías son altísimos.

Para empezar, sacar la producción agrícola de las fincas es toda una odisea ante la falta de caminos adecuados que conecten con caminos secundarios o con las carreteras principales o primarias. Y si hablamos de estas últimas, tampoco es que tengan un alto nivel y más bien son trayectos llenos de baches que afectan la buena movilización de las mercaderías.

Los cálculos de Colom estiman que en Guatemala contamos con 1 metro de carretera por habitante, mientras que países como Costa Rica y México cuentan con entre 3 y 4 metros por habitante. Pero más aún, Estados Unidos tiene 20 metros por habitante y hay países en Europa cuyo sistema vial llegan a tener hasta 50 metros por habitante.

Y eso no es nada si lo comparamos con la velocidad a la que puede circularse. Mientras el promedio de velocidad del transporte de mercadería en Latinoamérica anda entre los 80 y los 100 kilómetros por hora, en Guatemala el mal estado de las carreteras no permite que los vehículos que transportan nuestros productos anden a más de 30 kilómetros por hora.

Esos indicadores nos revelan la realidad de los hechos y nos explican por qué estamos como estamos. Sin atención en la mejora de los sistemas portuarios y aeroportuarios, así como cero atenciones a la mejora del sistema vial, las cosas no pintan nada positivo para el futuro.

Guatemala tiene las condiciones, pero el esquema de su modelo no le permite avanzar. Colom piensa que mientras ese modelo funcione, nada bueno nos espera. Por eso considera que se debe pensar en un replanteamiento del modelo, que incluye el sistema político que actualmente nos domina y que está demostrado que se mueve en base a la corrupción.

Carlos Morales Monzón
Periodista y Profesor Universitario
Revista GERENCIA
cmoralesmonzon@yahoo.com

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