Inteligencia artificial, ¿oportunidad o amenaza?
El desarrollo de la IA genera un cúmulo de expectativas a nivel laboral
«La inteligencia artificial (IA) no te va a quitar el trabajo, te lo va a quitar el que sepa usarla”. La frase expresa el temor que manifiestan los empleados sobre la inteligencia artificial, una de las tecnologías más transformadoras de nuestros tiempos.
Sin duda, los avances tecnológicos en IA están permitiendo un mejor desarrollo en nuestras vidas, lo que está revolucionando las diversas industrias y aspectos de la vi-da cotidiana. Sin embargo, la evolución también es motivo de intranquilidad, porque en el hori-zonte se entrevé la posibilidad de que las nuevas tecnologías sustituyan a algunos empleos actuales.
Esta incertidumbre no es un tema nuevo. Cuando aparecieron las calculadoras electrónicas, las PCs o los programas de computación, junto con el avance también asomó la duda de hasta dónde las máquinas podrían reemplazar al ser humano. Por ello, lo importante es centrarse en el aporte per se. Es decir, en cómo la tecnología nos facilita alguna labor. Porque, aunque existe la posibilidad de que la IA reemplace algunas posiciones, lo mejor es centrar la mirada en una opción más positiva y productiva, sin obviar del todo los principales miedos.
Riesgos de la IA
El temor por el desarrollo de la inteligencia artificial se puede apreciar desde dos grandes aristas. Por un lado, la percepción de una pérdida masiva de empleos y, por el otro, derivado de la ética en su uso: en el manejo y en la privacidad de la información.
La automatización indica que cada vez es menos necesario que algunas tareas sean realizadas por el humano. De ser así, se reduciría a gran escala la contratación de personal y con ello, los trabajos rutinarios y repetitivos quedarían en riesgo de ser sustituidos por máquinas. Lo que podría dejar a muchas personas sin empleo y sin una fuente de ingresos.
En este punto, las cinco industrias con más riesgo de verse afectadas por la IA son: manufactura, logística, servicio al cliente, administración y contabilidad y retail.
En manufactura vemos cómo las nuevas tecnologías se implemen-tan con gran rapidez, porque las líneas de montaje y producción son susceptibles a la automatización. Los robots pueden realizar tareas de ensamblaje, empaquetado y control de calidad con más precisión y eficiencia que una persona. Y con la ventaja adicional de que las máquinas no se cansan.
En logística, aparece el transporte autónomo y los sistemas de gestión que amenazan la labor de conductores de camiones y vehículos de reparto. Así también, en servicio al cliente, los chatbots y asistentes virtuales están haciendo lo suyo, y con ello reemplazando a los representantes de servicio al cliente en centros de llamadas y servicios en línea.
Por su parte, los sistemas de IA han logrado automatizar las tareas administrativas y contables con gran eficacia. Para completar la lista, en retail, las tiendas sin cajero (autopago), permiten que los clientes realicen sus compras sin la intervención de los empleados.
Si retomamos la segunda arista de los miedos que genera la IA, abrimos el debate a un problema ético en su uso. Razón por la que, se necesita legislar su aplicación, monitorearla y establecer sanciones cuando amerite, para que su uso sea eficaz.
En el manejo de grandes volúmenes de datos, podría decirse que la IA se ha vuelto indispensable. Sin embargo, la forma en que se recopila, almacena y utiliza la información, muchas veces es cuestionable. Se deben proteger los datos personales de los ciberataques y de los usos indebidos.
Así también, existe la posibilidad de sesgos y discriminación. Es decir, los algoritmos de la IA pueden perpetuar y amplificar los sesgos existentes en los datos de entrenamiento. Esto conlleva a decisiones injustas en áreas críticas como la justicia penal, la contratación de personal y la concesión de préstamos.
También les posible que las máquinas tomen decisiones autónomas y se apoderen del control. Por ello, una confianza excesiva en la IA podría llevar a una disminución de las habilidades humanas y a una dependencia crítica de sistemas que podrían fallar o ser manipulados. Planteamientos que deberán irse resolviendo paralelo a los avances.
Oportunidades de la IA
Pese a las preocupaciones manifestadas, la parte positiva de la inteligencia artificial plantea invaluables beneficios para diversas industrias. De acuerdo con Ray Kurzweil, reconocido científico computacional, inventor y escritor, “los cambios serán particularmente profundos en la medicina, la energía y la industria manufacturera”.
En el campo de la medicina, ofrece diagnósticos precisos, tratamientos personalizados y capacidad para analizar grandes volúmenes de datos médicos y con ello descubrir nuevos patrones y terapias. Por el lado de la educación, se pueden adaptar los contenidos a las necesidades individuales de los estudiantes, y con ello proporcionar una experiencia de aprendizaje más eficaz y personalizada.
En soluciones ambientales, se ha obtenido ventajas desde la gestión de recursos naturales hasta la predicción de desastres naturales, por medio de herramientas poderosas. La agricultura no se ha quedado atrás y ha mejorado grandemente con la precisión que ofrecen los drones y los sensores que monitorean el estado de los cultivos. Así se optimiza el uso de recursos, como el agua y los fertilizantes, y se obtiene una predicción más acertada de los rendimientos.
En el consumo energético también se ha logrado la optimización del consumo, el mantenimiento predictivo de infraestructuras y la gestión eficiente de redes eléctricas y energías renovables. Finalmente, en marketing y publicidad se obtiene un análisis más preciso de los datos de los consumidores, para personalizar de mejor manera las campañas publicitarias, mejorar la segmentación de mercado y aumentar la efectividad de las estrategias en beneficio de la marca.
Con todo ello, queda comprobado que, la IA está impulsando la innovación en diferentes industrias y sectores, que han dado lugar a nuevos modelos de negocio. Así también, han surgido análisis predictivos para la gestión de riesgos, detección de fraudes, personalización de servicios financieros y optimización de inversiones.
Es así como se valoran más las oportunidades que los miedos. De allí la importancia de encontrar el equilibrio adecuado entre mitigar los riesgos y aprovechar sus bondades. Sin lugar a duda, la regulación y la ética desempeñarán un papel fundamental en este proceso y se asegurarán de que la IA se desarrolle de manera responsable para que beneficie a la sociedad en su conjunto. Como indica la firma de consultoría Gartner, en su informe de tendencias de RR. HH. para 2024, la IA crea en lugar de disminuir las oportunidades para la fuerza laboral.
Luis Castañeda
Gerente General
AGG
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