La historia del milagro económico de Israel

Un libro que inspira a los emprendedores y a quienes intervienen en las políticas del país

En sus casi 300 páginas, el libro Star-Up Nation: la historia del milagro económico de Israel, escrito por el columnista, escritor y asesor político estadounidense-canadiense, Dan Señor, en coautoría con quien fue editor de la página editorial en The Jerusalem Post, Saul Singer, responde a la pregunta de un billón de dólares: ¿cómo es posible que Israel -un país de 7,1 millones, 60 años, rodeado de enemigos, en un constante estado de guerra desde su fundación, sin recursos naturales- produzca más startups que naciones grandes, pacíficas y estables como Japón, China, India, Corea, Canadá y el Reino Unido? 

Con la sagacidad de expertos en política exterior, Senor y Singer examinan las lecciones de un país impulsado por la cultura de la adversidad, que reduce las jerarquías y aumenta la espontaneidad -todo ello avalado por las políticas del Gobierno centradas en la innovación-. 

En un mundo, en donde economías tan diversas como Irlanda, Singapur y Dubai han intentado recrear el Efecto Israel, hay lecciones empresariales que bien merece la pena destacar. A medida que Estados Unidos relanza su economía, este es el mejor momento para volver la vista hacia esta notable y resistente nación para obtener algunas impresionantes y sorprendentes claves. 

El libro cuenta a través de ejemplos, cómo a pesar de las dificultades el país ha logrado un desarrollo importante con una alta concentración de startups. Conforme profundice en la lectura, conocerá historias de perseverancia y trabajo obstinado a lo largo de muchos años. 

En Israel, los jóvenes prestan servicio militar, viajan y viven en puertas abiertas a la migración, lo cual les ha abierto oportunidades para adquirir valor y conocimiento, y para obtener contactos que de otra forma no hubiera sido posible. Así también, cuentan con universidades que destacan por su excelencia.  

Todo ello, se suma a la cultura israelí que destaca por su perseverancia, sumado a una idiosincrasia y políticas acertadas que favorecen la creación de incubadoras de negocios, ejemplos que bien vale la pena tomar como casos de éxito para cualquier persona que desee emprender y para los políticos que consideren que la creación de startups es sinónimo de desarrollo y crecimiento económico. 

 

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