El bum de las tarjetas de crédito estaba en su apogeo y GERENCIA presentó los nuevos usos del plástico de esa década. En Guatemala circulaban cerca de medio millón de tarjetas de las principales compañías internacionales, emitidas a través de empresas locales como un servicio de las instituciones bancarias, muchas de ellas ya desaparecidas.
La denominada “tarjeta de débito” era conocida solamente para ciertas operaciones como la entonces Bi-Cheque o tarjeta Electron. Si bien, ya existía la banda magnética, todavía se utilizaban los famosos vouchers que dejaban grabados en sobre relieve los números de las tarjetas.
En la investigación, GERENCIA daba a conocer las estrategias de distintas empresas emisoras para atraer nuevos clientes como las marcas compartidas, puntos y otros beneficios. Tarjetas como la Municipal-Bancafé y las de las universidades emitidas bajo la sombrilla Occidente Visa ya son inexistentes, pero marcaron su propia época.
La tecnología acompañó al mercado de tarjetas de crédito. Después de utilizar el teléfono para solicitar autorizaciones se utilizó el POS o dispositivo Point of Sale, el cual leía la banda magnética y, posteriormente el chip, el que se incorporó en enero de 2013.
Con el propósito de brindar mayor seguridad y eliminar la posibilidad de la clonación de tarjetas –término inexistente hace más de veinte años- recién, en junio de 2017, una de las empresas emisoras más grandes a nivel regional lanzó la tecnología Contactless, que consiste en solamente acercar la tarjeta al POS sin necesidad de entregarla al operador.
Para los emisores y operadores de tarjetas de crédito no todo ha sido color de rosa. En marzo de 2016, el Congreso de la República aprobó la Ley de Tarjeta de Crédito por medio del Decreto No. 7-2015, la que fue suspendida temporalmente luego de que la Asociación de Emisores de Medios de Pago advirtió la inconstitucionalidad de dicho decreto.
Por ello, GERENCIA presentó en su edición de junio de 2016 un análisis denominado Entre la ilegalidad y la defensa del usuario, en donde se explicaban los hechos y los argumentos a favor y en contra de una ley que buscaba reducir los abusos de ciertas tarjetas en sus cobros y la protección del tarjetahabiente.
Para 1998, el 52% de la población mundial pagaba con dinero en efectivo y solamente el 14% usaba tarjeta de crédito. Curiosamente, un gerente de una empresa emisora de tarjetas pronosticaba que “pasarán por lo menos cien años para que la humanidad se acostumbre al plástico como único medio de pago”. Diecinueve años después, la mayoría de guatemaltecos pagan el parqueo del centro comercial con una tarjeta de débito o crédito.