Lo que digo y lo que expresa mi cuerpo
La sincronía genera agrado, calidez y confianza
Más del 90% de la comunicación entre personas es no verbal. Así opinan los expertos, que si bien no coinciden de forma exacta con la estimación, sus proyecciones se asemejan bastante. Lo cierto es que, la comunicación corporal ejerce una potente influencia en las relaciones sociales. De allí que, en los diferentes ambientes siempre habrán personas carismáticas – que caen bien de inmediato- y también antipáticas que, de la nada, generan desagrado y desconfianza.
Muchas veces, esto sucede cuando el lenguaje corporal desentona con la comunicación verbal y las contradicciones son percibidas de forma negativa por los interlocutores. Por ello, cuando una persona logra alinear su lenguaje corporal con su comunicación verbal es cuando alcanza a reflejar la tan ansiada calidez y confianza. Esa sincronización es clave para que el individuo se desarrolle de forma amena en la sociedad.
Se dice que el lenguaje corporal es el idioma internacional de la humanidad. Según Paul Ekman, considerado el padre de la comunicación no verbal, nacemos con siete emociones básicas que pueden leerse en el rostro: alegría, tristeza, miedo, enojo, desprecio, asco y sorpresa. Por una fracción de punto 33 de segundo, el rostro responde a los estímulos de forma directa con una microexpresión, en esa fracción de tiempo es casi imposible fingir o cambiar por otra la expresión facial.
Eduardo Castillo, relacionista público de Mente Brillante.
Y es que venimos preparados para determinadas situaciones. Por ejemplo, por mucha hambre que tengamos, seríamos incapaces de comer algo de la basura que esté podrido. El cerebro sabe del desagrado y eso nos hace reaccionar.
Cada emoción tiene una razón de ser. La tristeza es un incentivo para cambiar algo que nos angustia. El miedo nos protege porque nos aleja de las amenazas. El enojo nos da energía para enfrentar el obstáculo que nos produce frustración. La alegría atenúa el estrés, promueve la creatividad y aumenta las defensas del organismo. El asco ayuda a reconocer y prevenir enfermedades y genera un comportamiento higiénico. La sorpresa es la emoción que antecede o deriva en otras emociones. El desdén impide a aquel que sufre a tratar con objetividad a la otra persona. Estas emociones son expresadas hasta por los bebés, porque son naturales, a ellos nadie se las enseñó.
Este pensamiento es compartido por Eduardo Castillo, encargado de Relaciones Públicas de Mente Brillante, una empresa dedicada al desarrollo del talento humano, quien opina que “la gente cree más en lo que ve, que en lo que le están diciendo. Y es que muchas veces da por sentado que le van a mentir, sobre todo en una entrevista de trabajo”.
Castillo asegura que, “es falso que uno no juzga a las personas antes de conocerlas. Porque el cerebro está preparado para eso. Desde que miramos a la gente, juzgamos si es buena o mala”. Como ejemplo, menciona que si una persona camina por la calle mientras habla por el último celular y se le acerca un marero tatuado, en lugar de preguntarle una dirección le dice: “déjeme sacar el chip”. Porque de esas inferencias trata la comunicación no verbal.
Aplicada a los negocios, la comunicación no verbal se constituye en una importante herramienta. Castillo refiere algunos ejemplos y pregunta “¿cómo se imagina al instructor de un gimnasio? De muchas maneras, menos con sobrepeso”, advierte. Lo más seguro es que sea cuadrado y vista con una playera pegadita, porque de esa forma refleja éxito en su área profesional. En este caso, lo último que esperaríamos es verlo de traje”.
Por ello, cuando una persona usa un atuendo al que no está acostumbrado o se involucra en una actividad que le genera desagrado, a simple vista se ve falsa. Castillo dice, “imaginen a un mecánico que todo el tiempo viste de lona y playera y que está acostumbrado a la grasa. Cuando lo invitan a una boda y va de traje, cuando llega saluda con el traje puesto; pero, cuando se sienta se quita el saco, al primer trago se afloja la corbata, al segundo se la quita. Porque, sin duda, se siente incómodo”, enfatiza.
En el caso de una entrevista de trabajo, lo importante no es cómo se venda la persona, sino que sus gestos coincidan con lo que dice. “Para un gerente de recursos humanos es importante aprender a leer los gestos y otros aspectos que incluyen hasta cómo se visten las personas. A las mujeres se les facilita saber si la ropa que usa el entrevistado es propia o prestada. Ya sea porque le queda más largo, más corto, más apretado, etc.”, explica el ejecutivo de Mente Brillante.
Castillo compartió con GERENCIA la anécdota de una contratación. “En la empresa contrataron a un diseñador gráfico. Varios atendieron al llamado. Pero, mi jefe llamó a un chico que tenía los tenis manchados de crayón, cuando entró a la oficina le pidió que se sacara todo lo que tenía en las bolsas. Cargaba crayones de cera y servilletas con dibujos. Entonces le dijo, usted está contratado. Para él, era el único que no iba disfrazado, que era auténtico y que demostraba pasión por el diseño”, el tiempo le dio la razón.
Del lenguaje corporal, Castillo comparte algunos tips. “Hay tres saludos basados en la palma de la mano. Volteada hacia arriba significa sumisión, de hecho así saluda la gente muy mayor. Volteada hacia abajo denota poder. Y de frente, igualdad, y esta es una forma de medir personalidad, además refleja bajo qué términos desean negociar las personas”, explica.
Aprender lenguaje corporal es útil y todos podemos aprender a leer los sentimientos. Aunque, por alguna razón, casi siempre se nos vuelven invisibles. El ejemplo más claro para Eduardo es: “¿estás enojada mi amor?”, cuando por los gestos es claro que no solo está enojada, sino que está como los once mil demonios. De allí que, en los cursos de Mente Brillante los gerentes aprenden a leer los gestos y esto mejora sus procesos. Los cursos enseñan detección de mentiras, estrategias para ocultar mentiras y lectura de emociones contrarias, entre otras temáticas.
En una industria de producción en línea, los gerentes ya capacitados comienzan a analizar a todas las personas, si se dan cuenta que hay una persona muy enojada o triste, la llaman para platicar, porque prefieren perder diez minutos e, inclusive, darles un día, a tener un accidente y que de todas formas no avancen. Porque han comprobado que al día siguiente regresan con una mejor actitud y un gran compromiso con la empresa que comprendió su emoción. Pero deben ser emociones verdaderas, de allí la importancia de prepararse.
Castillo recalca en que las empresas no trabajan con máquinas, sino con seres humanos. “Cuando uno comprende ese trato, genera empatía y, a la vez, rendimiento”, asegura el profesional. Así también cuenta que hay situaciones que confunden, por lo que ningún método que se emplee para investigar a las personas es cien por ciento confiable. Como ejemplo menciona el cerebro de un psicópata, “él no distingue entre el bien y el mal, por eso cuando le preguntan sobre un hecho, el sistema falla. Porque él todo el tiempo cree que no hizo nada malo”, dice el ejecutivo de Mente Brillante.
Así, en la contratación de un gerente financiero, si se descubre que posee adicciones, como el juego, las apuestas o los casinos, no puede ser contratado. Su personalidad es peligrosa y el riesgo es muy alto. De esta forma hay millones de situaciones a considerar. Por ejemplo, Eduardo dice que, “una mujer bonita siempre consigue trabajo y gana más, y esto es verdad, porque está acostumbrada a salirse con la suya. Y como el cerebro prejuzga, automáticamente aumentan sus probabilidades”.
Por ello, si desea verse bien ante los demás, lo mejor es tomar conciencia de sus palabras y acciones. Ya que, al subir una ceja, rascarse la nariz, cruzar los brazos, levantar los hombros, guiñar un ojo, tocarse los dedos, golpearse la frente, mecerse sobre los pies, frotarse la manos, entre otra infinidad de gestos, estará transmitiendo un mensaje que, a menudo se convierte en la llave o el candado de las relaciones personales. Además, esta es una de las claves para dominar audiencias y a otros. El autocontrol le permite cruzar muchas barreras y mejorar la comunicación con los demás.
Ileana López
Directora
Revista GERENCIA
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