Mitos y verdades sobre el comercio electrónico

Las ventajas sobrepasan las expectativas

El intercambio de bienes y servicios a través del internet se ha popularizado a gran escala a partir de la pandemia. Pero, a raíz de su uso, surgen preguntas para los consumidores. Unas de las más importantes son, si el e-commerce es seguro, si es útil solo para las grandes empresas o si implementarlo requiere de una inversión costosa.

La respuesta a estos cuestionamientos es presentada por Octavio Camarena, director de KIO Application Management, proveedores de servicios de infraestructura de tecnologías de información de misión crítica, que operan 40 centros de datos de última generación y que cuentan con presencia en México, Panamá, Guatemala, República Dominicana y España.

Para comenzar, aseveran que son más los beneficios que provee el comercio electrónico, que las complicaciones. Pues, uno de ellos es la generación de más ventas y ganancias, lo que facilita la expansión de los negocios en otros territorios sin necesidad de presencia física.

Derivado del éxito, Statista proyecta una tendencia de crecimiento positiva para el e-commerce en Centroamérica. Según explican, de 2021 a 2024 la cifra de personas que compren productos y servicios por internet crecerá hasta un 31%; es decir, alcanzará cerca de 351 millones de usuarios en la región centroamericana.

¿El comercio electrónico es solo para las grandes empresas?
El e-commerce se convirtió en una herramienta de supervivencia para cualquier negocio. Hoy en día, existen esquemas para que la micro y pequeñas empresas puedan utilizar el comercio electrónico, desde redes sociales y WhatsApp hasta portales sofisticados.

Este no es un tema de recursos, para Camarena se trata de innovación e inventiva. Seguramente, habrá grandes empresas que requieran de tecnologías con inteligencia artificial, pero con los recursos disponibles, muchos de ellos gratuitos, de cada empresa dependerá alcanzar de forma virtual la misma o mejor eficacia que en las tiendas físicas.

¿El comercio electrónico requiere de tecnologías costosas?
El e-commerce es un tema cada vez más sencillo de implementar. Existen plataformas accesibles y económicas. Entre ellas, el social marketing, que facilita la venta de productos y servicios por redes sociales. Camarena dice que, las tiendas virtuales pueden ser muy exitosas si conocemos qué buscan nuestros consumidores. Por ello, recomienda contar con el asesoramiento de un experto, para crear un flujo que deje satisfecho al usuario y permita responder con eficacia a las demandas del mercado virtual.

¿Genera desconfianza la falta de una tienda física?
Hay personas que todavía necesitan ver y tocar lo que compran. Sin embargo, se pueden desarrollar catálogos virtuales, que detallen y expliquen los pormenores del producto o servicio. Además, se puede implementar la opción de cambio o devolución. “Esta opción sale más barata y rentable, que estar alquilando un espacio físico, dice el experto. También puede utilizarse un modelo híbrido, ventas en línea y espacios físicos. O un showroom para probar el artículo y finalizar la compra de manera digital, que equivale a la omnicanalidad.

¿El comercio electrónico es vulnerable a ataques de ciberseguridad y fraudes?
Si las empresas cumplen con los protocolos, los sistemas de comercio digital son igual o más seguros que otro tipo de transacciones. “¿Cuántas veces damos información por teléfono que resulta o puede resultar más comprometedor que lo que hacemos online? ¿Acaso no existen situaciones donde físicamente damos nuestra tarjeta en un establecimiento y perdemos de vista lo que sucede con ella?”, analiza Camarena. Más allá del miedo a la transacción digital, el temor de los usuarios es no tener un contacto humano. Eso se puede solucionar a través de chats o un centro de llamadas para consultas, comentarios y seguimiento.

En definitiva, los beneficios del comercio electrónico han superado las expectativas: evitan las compras compulsivas, ahorran tiempo, en 15 minutos puede hacer una compra que antes hacía en 4 horas, y evitan el estrés del tránsito, entre otros factores, concluye Camarena.

Redacción
Revista Gerencia
editorialgerencia@agg.com.gt
Con información de
KIO Networks

También podría gustarte