Petróleo a la baja: el juego de la oferta y la demanda

Para los expertos, lo que el mundo experimenta en el mercado del petróleo es producto de un juego estratégico y geopolítico

Los precios del petróleo se desplomaron. De los más de US$100 que costaba el barril, ahora se cotiza en por lo menos la mitad. Es un obvio juego de la oferta y la demanda y, como en cualquier juego, hay ganadores y perdedores.

Entre los grandes ganadores están países como Guatemala, que se ven favorecidos por una caída en los precios de los combustibles derivados del crudo, pujando y rezando porque las cosas sigan como han venido ocurriendo en los últimos dos meses.

Pero no todo es alegría. También hay países a los que los efectos del mercado los tienen en un virtual luto financiero. Y no hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos. Venezuela es uno de ellos. Tener su economía fundamentalmente centrada en la producción y exportación de petróleo le ha costado caro. La crisis se agudiza y comienza a reflejarse en la agitación social que se alimenta también de roses ideológicos. Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, ha debido recurrir a países amigos como China para pedir auxilio, pues la economía del país que dirige está al borde del colapso.

Otro caso es el de México, nuestro vecino del norte, aunque su panorama no es tan luctuoso como el de los venezolanos. Sin embargo, dicen los expertos que algunos indicios de los efectos negativos de la caída del petróleo ya comienzan a vislumbrarse.

Lo cierto, en todo caso, es que el juego de la oferta y la demanda, en el mercado del petróleo, están en su máximo hervor de los últimos años.

El crudo ha puesto de fiesta a unos y de luto a otros. Pero cuánto tiempo tardará este mercado, con estas características, nadie lo sabe, pues falta ver cómo se mueven las piezas del ajedrez en un mercado en el que árabes y estadounidenses se juegan mucho en una partida estratégica cuyos movimientos deben pensarse muy bien antes de tocar la pieza para reposicionarla.

Oferta y demanda

Los más pragmáticos no piensan en nada más que atenerse al juego del mercado. Si la oferta sube y el consumo baja, lo más seguro es que los precios bajen. Y eso es precisamente lo que está sucediendo.


Juan Ángel Díaz, gerente general

de Puma Energy Guatemala.

Juan Ángel Díaz, gerente general de Puma Energy Guatemala, es claro y directo en su análisis sobre lo que acontece en el mercado del petróleo. Para él lo que está sucediendo no es nada más que el reflejo de ese juego que se da entre la oferta y la demanda.

Si los estadounidenses anuncian que sus reservas son las más altas de la historia, además de tener la capacidad para extraer hasta la última gota de sus pozos y así pasar de ser un tradicional importador a un exportador de crudo, pues resulta más que obvio que eso provoque movimientos en el mercado, tendientes a la baja.

A eso, dice, debe agregarse que se ha registrado una disminución en las proyecciones del consumo, pues China anunció recortes en sus compras del crudo y sus derivados. En tales circunstancias, se convierten en una verdadera “amenaza en el mercado internacional”, dice Díaz.

Así las cosas, la demanda bajó porque Estados Unidos dejó de ser un comprador y China redujo sus niveles de adquisición. Los niveles de oferta y demanda se reposicionaron y eso dio como lugar el lógico movimiento especulativo de la bolsa de valores en el mercado de futuros, que se reflejó en una tendencia a la baja de los precios del crudo y, con ellos, también los precios de los combustibles derivados del petróleo.

Nicholas Virzi, economista miembro
de la AmCham.

Nicholas Virzi, un economista miembro de la Cámara de Comercio Guatemalteco-Americana (AmCham), coincide en muchos de los argumentos con Díaz. Él, sin embargo, es mucho más esquemático para explicar su teoría sobre la caída de los precios del petróleo.

Para Virzi, todo lo que está sucediendo es producto de un juego estratégico en el que Arabia Saudita sigue siendo el dominante, pero con elementos que de momento no corren a su favor. ¿Por qué es el líder?, se pregunta el académico y se autoresponde diciendo que, Arabia posee la ventaja comparativa en que sus costos de producción por barril son los más bajos del mundo. De acuerdo con Virzi, el costo de cada barril de petróleo producido por Arabia está entre US$5 y US$6.

Pero mantener altos los precios en el mercado, empujados por una producción controlada a través de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), al final no le resultó su mejor jugada. ¿Por qué? Pues básicamente porque esos precios se convirtieron en el aliciente de exploración y explotación de petróleo para Estados Unidos. Los estadounidenses no sólo habrían invertido en mejorar su capacidad de extracción del crudo sino, además, invirtieron en la búsqueda de nuevas formas de producir crudo y también otras fuentes de energía alternativas.

Virzi considera que, el aumentar su producción para hacer caer en picada los precios del crudo, fue una alerta estratégica de los árabes para que los estadounidenses se den cuenta de que es en el medio oriente en donde se controla ese mercado y que lo pueden hacer caer cuanto quieran, sin que ello les signifique mayor problema, habida cuenta de que tienen bajos costos de producción.

Las cartas entonces, están puestas sobre la mesa, unos y otros tienen sus jugadas preparadas.

Otras lecturas del mercado

Las lecturas de Díaz y Virzi no son las únicas. Hay otras que van en distinta dirección, pero no de los resultados sino de las causas. Paulo De León, aunque coincide con los dos analistas anteriores, dice que hay otras causas que han empujado los precios del petróleo a la baja.

Paulo De León,
analista económico.

Y es que, según De León, la carestía del crudo ha obligado a buscar otras fuentes de energía para muchas áreas de la producción mundial y también para productos de servicio. Por ejemplo dice que los altos precios de la generación eléctrica han incentivado la investigación y producción de instrumentos ahorradores y otros aparatos que ahora funcionan en el mundo como el sistema led.

La producción automotriz, dice De León, también ha ido en la línea de producir automóviles eléctricos. Los televisores y muchos productos de línea blanca, como lavadoras, secadoras y microondas, por ejemplo, se están produciendo con sistemas ahorradores.

En fin, la dinámica del mundo ha cambiado a raíz de los altos precios del petróleo y eso ha hecho que también se orille al mercado a la baja. Si todos esos elementos se suman, pueden entenderse de mejor manera por qué ahora tenemos precios del crudo y sus derivados en niveles históricos.

Guatemala es de los beneficiados por esta tendencia. Pero, ojo, que eso no necesariamente durará en el largo plazo. Sin embargo, los expertos consultados creen que sí pueden pensarse en que los precios permanecerán bajos, al menos durante el año que corre.

Pequeñas alzas se han registrado en los últimos días, pero eso no asusta a nadie, si se piensa en los niveles de más de 100 dólares cada barril de petróleo, un precio que muchos pronostican y otros esperan que no llegue a verse, al menos, en el mediano plazo. Otros, claro, cruzan los dedos porque suceda todo lo contrario.

Carlos Morales Monzón
Periodista y consultor
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.org.gt
Entrevista: Puma Energy
Ileana López

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