Política exterior de Estados Unidos en Guatemala

Guatemala y Estados Unidos son dos países con intereses en común. El principal socio comercial de Guatemala es Estados Unidos, y Estados Unidos es el principal socio comercial de todos los demás principales socios comerciales de Guatemala, México, El Salvador, Honduras y los demás países de la región centroamericana.

Los vínculos de Guatemala con Estados Unidos van más allá de las simples relaciones comerciales. Mejor dicho, las relaciones comerciales también pueden abarcar muchos otros temas de beneficio para ambas partes. El comercio fortalece la construcción de confianza y comunidad entre las partes. El tema de los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos, que se estiman en más de un millón de personas, amarran sólidamente los intereses de ambos países.

Solo las remesas enviadas desde Estados Unidos a Guatemala han superado el 10% del Producto Interno Bruto guatemalteco, fuerte indicador del aporte de Estados Unidos como país destino de los migrantes guatemaltecos, que buscan mejorar el nivel económico en aquel país, porque perciben pocas oportunidades en Guatemala.

Estados Unidos también ha acogido a guatemaltecos destacados, dándoles la oportunidad de éxito que no divisaban en su país de origen. El famoso inventor Luis Von Ahn es pionero tecnológico guatemalteco, que tuvo que viajar a Estados Unidos para encontrar el ecosistema emprendedor adecuado para convertir su genio en una fortuna empresarial.

Por otro lado, recordemos que la “cajita feliz” de McDonald´s, una de las marcas más reconocidas y apreciadas a nivel internacional, surgió en Guatemala, difundiéndose a todo el mundo. En madera, también Guatemala es el principal proveedor para las Guitarras Gibson, marca icónica americana en el mundo de la música moderna.

Asimismo, Guatemala es el principal proveedor para la cadena de café de alta calidad Starbucks, tiendas que los sociólogos han denominado el tercer gran espacio, después del hogar y el lugar de trabajo, por ser importantes para la creación de la sociedad civil, el activismo cívico y la democracia. Como es evidente, el éxito económico guatemalteco en Estados Unidos abarca también lo cultural de ese país, por el bien común de Estados Unidos, de Guatemala y de la humanidad en general.

Lo anterior trae a discusión los intereses de Estados Unidos en relación con Guatemala, y cómo deberíamos de manejar dicha relación. Afirmar que el país posee muchos intereses en común con Estados Unidos, no quiere decir que los intereses expresados por la diplomacia de Estados Unidos sean intereses de Guatemala. Esta posible discrepancia da lugar a la confusión de intereses y a la necesidad de aclarar los puntos de común interés.

Como potencia hegemónica liberal que es Estados Unidos, posee interés oficial en promover el liberalismo político y económico, o sea mercados y democracia, “markets and democracy”.  Por esa razón, Estados Unidos, en persecución de sus propios intereses, ha tratado de promover la apertura comercial y la creación de riqueza en el tercer mundo, la lucha contra la corrupción, el fortalecimiento institucional y la seguridad, con diferentes grados de éxito, dependiendo del compromiso tanto de Estados Unidos como de los mismos países aliados que reciben el “apoyo” americano.

La nueva iniciativa de Estados Unidos para el denominado Triángulo Norte, que se compone por Guatemala, El Salvador y Honduras, se llama la Alianza para la Prosperidad. Esta iniciativa va en línea con lo que uno esperaría de la política externa de Estados Unidos en Centroamérica, crear prosperidad local para evitar problemas a corto, mediano y largo plazo para la superpotencia.

Sin duda alguna, debe de llamar la atención que la iniciativa contiene en su nombre la palabra “prosperidad”, en plena distinción de la famosa iniciativa del Presidente John F. Kennedy, la Alianza para el Progreso. Hoy por hoy, la palabra “progreso” se ha vuelto sinónimo para todo tipo de iniciativa que impide la creación de prosperidad, sin la que no hay posibilidad de progreso.

Prosperidad, como lo pone el plan, requiere creación de riqueza. Para que esto se dé, se necesita un buen clima de inversión, la protección absoluta de los derechos de propiedad privada, una política monetaria sanamente conservadora, una política fiscal disciplinada con respecto a gastos e ingresos públicos, como condiciones indispensables. En este sentido, las recetas de políticas públicas del Consenso de Washington, las reformas “neoliberales”, son esenciales como condiciones necesarias, aunque posiblemente no suficientes, para el desarrollo.

Es buena señal que Estados Unidos de énfasis renovado al concepto de prosperidad, en clara e intencional distinción al “progreso”, sobre todo después de siete años de un gobierno americano en particular, que parece desconfiar totalmente de la habilidad de los procesos de la economía de libre mercado para solucionar la mayoría de los problemas sociales.

En el contexto político moderno, no se puede dejar de considerar el hecho de que los términos “desarrollo” y “progreso” se han utilizado por las élites políticas para justificar cualquier cantidad de medidas que atentan contra la creación de riqueza; es decir, la prosperidad que constituiría la base de financiamiento de proyectos de desarrollo y progreso. Por lo anterior, el hecho de que Estados Unidos retome el tema de prosperidad y la economía de libre mercado, en vez de progreso impuesto por el Estado, es una señal alentadora para el futuro. Si las palabras importan, esto es relevante.

En esta línea, el sector privado organizado de Guatemala debería de sumarse al proyecto de Estados Unidos de promover la economía de libre mercado en la región. También, debería de exigirle a Estados Unidos que practique lo que predica, libre mercado. Asimismo, Guatemala debería de requerir que el plan por la prosperidad se enfoque en la creación de riqueza y prosperidad, y no en el derrocamiento de las bases políticas de la paz, sin la cual no habrá prosperidad posible.

Nicholas Virzi

Colaborador

Revista GERENCIA

editorialgerencia@agg.org.gt

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