Como un ambicioso proyecto se constituía el pacto comercial entre el Triángulo del Norte de Centroamérica y México, ya que era “fruto de la globalización del tercer milenio”, según aseguraban las fuentes que GERENCIA citó para saber los pros y contras de los próximos tratados a firmarse.
Y es que Costa Rica y Nicaragua ya habían firmado sus tratados con el vecino norteño en 1995 y 1998, respectivamente. Ahora le tocaba a Guatemala, El Salvador y Honduras, para alcanzar los objetivos fijados luego de que nuestro país ratificara y pusiera en vigencia el Tratado de Libre Comercio, en marzo de 2001.
Si bien los tratados con México eran bilaterales; es decir, no contaban con ninguna implicación legal en la relación comercial dentro del Triángulo del Norte; estos ayudaron a fortalecer el comercio entre los cuatro países.
Hace más de 25 años, México mantuvo su balanza comercial a su favor en un promedio de US$401 millones al año. Significa que, por cada dólar que se le vendía a México se compraban US$5.
Un mercado de más de 110 millones de habitantes y más de US$350 mil millones de Producto Interno Bruto motivaban a los empresarios aztecas y chapines a buscar nuevos negocios. Eso sí, en nichos de mercado seleccionados, según aconsejaban los expertos.
Dos puntos desanimaban al gerente guatemalteco hacia este Tratado: la falta de información e interés por conocer los términos del TLC y que muchos de los productos agrícolas con alto poder de exportación no se incluyeron en los pactos arancelarios.
Con ello se llegó a pensar que el país sería invadido por productos mexicanos, a tal punto que se creyó que Guatemala sería prácticamente un estado más de México. Algo que no sucedió… en parte.
Grandes empresas mexicanas expandieron sus mercados hacia el país y marcas que antes se veían solamente en el vecino país, se convirtieron en parte del portafolio de productos que se venden en las principales cadenas de supermercados.
Prueba del fortalecimiento comercial es que en octubre de 2014 se firmó el Tratado de Libre Comercio (TLC) unificado entre ambos países, luego de un período de negociaciones en donde México y los cinco países centroamericanos establecieron un TLC unificado en septiembre de 2013.
México no conquistó a Guatemala como un estado más, pero sí lo hizo siendo el segundo mayor socio comercial para nuestro país con una participación del 11.6%, según el Banco de Guatemala.