Muchos costos y pocas soluciones

Prioridad que las autoridades dan al transporte privado personal en detrimento del público colectivo eleva los costos del servicio y abarrota los hospitales

Los accidentes de tráfico alcanzan hasta el 3% del Producto Interno Bruto (PIB) de cualquier economía, de acuerdo con estadísticas del año 2021 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que elevan el número de fallecidos por esta causa a 1.3 millones anuales en todo el globo.

Las lesiones provocadas por el tráfico son la principal causa de muerte en el mundo entre jóvenes de 5 a 29 años, de acuerdo con ese organismo. Más de la mitad de las defunciones por esta razón, a nivel mundial, afectan a los llamados “usuarios vulnerables de la vía pública”, es decir, peatones, ciclistas y motociclistas, de acuerdo con la OMS.

Además de ello, ese organismo estima que entre 20 y 50 millones de personas sufren lesiones no mortales por accidentes viales y muchas sufren una discapacidad parcial o permanente, con los consiguientes costos para el sistema de salud y la calidad de vida de los afectados y sus grupos familiares, la pérdida de productividad y de tiempo de trabajo o estudio de los heridos, familiares o encargados de cuidarlos.

En Guatemala, durante el año pasado hubo 2 mil 154 muertes registradas por accidentes viales, de acuerdo con el Boletín Estadístico de Seguridad Vial Núm. 12, del Observatorio Nacional de Seguridad del Tránsito.

La mayor cantidad de personas involucradas en los 8 mil 141 incidentes viales registrados por las autoridades en 2021 fue de jóvenes de 18 a 25 años (23%) y de 26 a 30 años (15%), es decir, aquellos rangos de edad que se consideran los de mayor empleo en la economía nacional.

Las motos, que representan el 43.86% del parque vehicular del país, fueron el vehículo más involucrado en accidentes de tráfico, con el 43.83% del total, según las cifras del Boletín Núm. 12.  De acuerdo con el citado Observatorio, en 2021 hubo 5 mil 584 incidentes viales que involucraron motos, contra 4 mil 466 un año antes.

El Observatorio agregó que, en los últimos tres años, los accidentes de motocicletas se han incrementado en 30%, 40% y 48%, respectivamente.

La cifra fue seguida por los vehículos, con el 20.75% de los incidentes viales en 2021. De manera significativa, el transporte público de pasajeros fue responsable de apenas el 7.86% de los incidentes viales.

Esa cifra fue significativamente mayor que la de 2020, el primer año de la pandemia, cuando ascendió a 6 mil 434 incidentes viales, y que la de 2019, cuando hubo 7 mil 163 casos. El 61% de estos se producen en áreas urbanas, y un 39%, en carreteras.

Siempre según el citado Observatorio, entre 2011 y 2021 se produjeron 17 mil 874 fallecimientos por accidentes viales en Guatemala, y 87 mil 819 personas sufrieron lesiones.

Los costos en salud
De acuerdo con reportes de prensa, solo en diciembre de 2021 los hospitales del Ministerio de Salud y del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) debieron atender a más de 3 mil 500 emergencias por accidentes de tráfico, en los que 2 mil 300 personas llegaron con traumas de diversos tipos, informó el director general del Hospital Roosevelt, Marco Antonio Barrientos.

Según cifras de la Policía Nacional Civil, del 1 de enero al 26 de diciembre de 2021, más de 8 mil personas sufrieron lesiones en accidentes de tráfico en todo el país.

Un paciente que ingresa por lesiones por accidente vial le costaba al centro asistencial unos Q4 mil diarios en 2019, e incluso más de Q7 mil si el cuadro clínico es más delicado, revelaba la entonces vocera del Hospital General San Juan de Dios, Claudia Benavente.

La OMS reveló, en junio de 2021, que la hospitalización y rehabilitación de un lesionado en accidente de tráfico le cuesta al Estado guatemalteco alrededor de Q77 mil, además de llegar a ocupar el 9% de las camas de los hospitales públicos y privados.

Otro informe del organismo mundial señala que, en 2018, el IGSS atendió a más de 73 mil heridos en accidentes viales, a un costo promedio unitario de Q37 mil 800, siempre que no se precisara rehabilitación posterior, en cuyo caso, la cifra supera los Q100 mil en dos años.

Además, se debe tomar en cuenta que numerosos derechohabientes del IGSS pierden turnos de atención médica, de hospitalización o de operaciones necesarias o urgentes a causa de la atención prioritaria que debe darse a los accidentados, aunque estos no sean afiliados a la seguridad social, con los costos que esto significa para la salud e integridad física de miles de guatemaltecos y la productividad por pérdidas de tiempo en sus centros de trabajo.

Balance material
Cada accidente vial que involucra a un vehículo de transporte pesado representa pérdidas por unos Q11 millones, según estimaciones de marzo de 2021 de la Dirección General de Protección y Seguridad Vial (Provial), cifra que varía según el número de automóviles, la magnitud del accidente y la cantidad de horas que una carretera permanezca cerrada.

De esa cifra, unos Q10 millones corresponden al sector privado si se toma en cuenta el pago de seguros, las horas/hombre laborales y la pérdida de equipo y producto.

La Asociación Guatemalteca de Instituciones de Seguros (AGIS) informó que sus asociados erogan anualmente más de Q850 millones y unos 78 mil usuarios reclaman pagos por accidentes viales.

En los últimos cinco años, añadió ese gremio, sus asociados han pagado Q125 millones en indemnizaciones a familiares de fallecidos o heridos en accidentes de tráfico.

Apenas unos 350 mil vehículos son asegurados en Guatemala cada año, lamentó la Asociación, lo que representa solo el 10% del parque vehicular del país.

Guatemala carece de opciones para disminuir el exceso de tráfico en todo el país, y particularmente en los centros urbanos. Más bien, los sucesivos gobiernos nacionales y municipales han fomentado el uso del vehículo individual en detrimento de soluciones de transporte colectivas o masivas de más bajo costo y mayor seguridad, como los trenes y el servicio urbano público.

En la ciudad de Guatemala, la alcaldía ha optado por construir numerosos viaductos que premian el uso del vehículo privado, al tiempo que ha dado escasas soluciones al transporte público, que abarata costos, reduce la presión sobre las calles y disminuye la contaminación.

Carlos Tárano
Colaborador
Revista Gerencial
editorialgerencia@agg.com.gt

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