Aprendizaje sin salir de casa

En tiempos pasados, el home school era la única forma de instrucción intelectual

Mariela Román, directora de Mundo Idiomas.

La casa ha sido el seno de las actitudes, valores y hábitos que desarrollan los niños. La escuela, el lugar en donde aprenden rutinas de estudio y desarrollan destrezas, y en ambos existen reglas para la convivencia social, que promueven el seguir instrucciones, la responsabilidad, la concentración y el interés por el conocimiento. Por ello, se dice que el éxito escolar interviene en la autoestima, promueve la interacción humana y, a largo plazo, es el generador de los medios para la subsistencia en la edad adulta.

De allí la importancia de elegir la institución académica a la que se confiará la educación de los hijos y la modalidad de estudio, que en la actualidad comprende el estudio en casa, conocido en el extranjero como home school.

El tema no es muy popular en guatemala, pero en estados Unidos se popularizó en la década de los 80. Hay padres que aún guardan reservas para sus hijos en cuanto al desarrollo del conocimiento de forma autónoma y pocos son los colegios privados que la ofrecen. Sin embargo, el sistema ha sido exitoso en otros países y se ha replicado en el nuestro. Algunos profesionales lo recomiendan para determinadas circunstancias. De cualquier manera, la educación semipresencial y a distancia están avaladas por el Ministerio de Educación desde 2012.

Experiencia nacional

Mariela Román, directora de Mundo Idiomas, ofrece estudio en casa desde  primero primaria hasta bachillerato. Su metodología no es del todo virtual, porque los niños deben cumplir con cierta cantidad de horas semanales en tutoría presencial, con la diferencia de que el horario es flexible. «A los alumnos se les pide que dediquen un cantidad semanal de clases presenciales y otra de estudio en casa».

Los padres buscan esta educación por diversos motivos, entre ellos la académica menciona los viajes frecuentes, el tráfico y, por ejemplo, algún accidente de imposibilite la presencia del educando. Dentro de las ventajas, Román indica que el estudio en casa brinda a los niños y jóvenes mayor autonomía e independencia, autodisciplina, manejo del tiempo aprovechamiento de los recursos y desarrollo de destrezas, agrega que, «la responsabilidad es mayor, porque no hay quién esté detrás, y no cumplir significa perder la materia o el grado».

La directora del Colegio Cristiano Evangélico Roca de Ayuda, Sucely de Díaz, coincide con Román en cuanto a que es necesario que existan programas de educación a distancia. Ellos comenzaron a ofrecer esta modalidad porque «hubo familias que no podrían pagar las mensualidades en el colegio, pro tampoco querían retirar a los hijos porque estaban muy de acuerdo con la filosofía y la enseñanza». Así también cuenta que había ministros que debían trasladarse con sus familias para pastorear iglesias de país en país, para ellos el estudio a distancia se convirtió en esencial.

Díaz comenta que ha sido un compromiso continuar con las líneas de acción que establece el currículum nacional base en el estudio virtual. Un año entero dedicaron a pulir la plataforma, que requería menos maestros y más personas para operar la máquina que proveería los módulos de estudio. Además, tuvieron que pensar la manera en que compensarían la sensibilización que suministran las relaciones humanas.

Dice la profesional de Roca de Ayuda que los sere humanos necesitan la academia, pero que hay formas de compensar su ausencia, para lo que necesitan personal calificado y certificado. El colegio solicita comunicación virtual constante entre maestro y alumno, y al menos una visita mensual para realizar las pruebas que legitimen el conocimiento. Su servicio de home school aplica desde primero a tercero básico.

Independientemente de la institución, el requisito primordial para el estudio en casa es contar con la tecnología mínima: un computador o una tableta electrónica, más la conexión a Internet, porque muchas veces las lecciones son virtuales y la comunicación entre maestro y alumno debe ser estrecha. De Díaz agrega otros elementos, y es que el niño o joven no presente ninguna dificultad específica o necesidad educativa especial, como dislexia, disgrafía o problemas auditivos. Además, advierte que es necesaria la buena conducta, ya que el final es el colegio quien certifica al alumno.

Sistema legalizado

Por parte del Mineduc, la directora de la Dirección General de Educación Extraescolar, Patricia Rubio, cuenta que a partir del Acuerdo 3590 de 2012, se normó la educación semipresencial y a distancia. En opinión de la funcionaria, es una opción muy válida con mayor potencial para el interior. «Conozco varias personas que viven en fincas y les cuesta mucho movilizar a los niños hacia los centros de estudios. A ellos les queda bien conseguir un tutor que los guíe para que puedan aprobar los exámenes en los centros autorizados.

Este modelo educativo requerirá de grandes esfuerzos para consolidarse. Dice Rubio que los ni8ños necesitan desarrollar autonomía y que los guatemaltecos no fuimos preparados para eso. «El proceso debe comenzar por despertar en el estudiante un interés genuino. Es una cuestión de compromiso», enfatiza.

Hay que seguir todo un proceso para que los hábitos del niño o del joven se orienten de forma adecuada para estudiar solo o con un tutor, pero también interfieren otros aspectos que aunque sencillos son necesarios, como la adecuación de un espacio físico en casa, en donde el niño realice las tareas y reciba la instrucción que formará su acervo intelectual. este no necesita ser grande o lujoso, pero sí propio, los estudiantes deben sentirlo como su lugar de estudio.

Posteriormente, el papel de los padres es fundamental. Son quienes deben supervisar las tareas escolares y, de ser posible, orientar al estudiante cuando lo necesite. Aunque, según Rompan, la idea no es que les expliquen en casa sino que verifiquen que hagan sus proyectos. «Porque los papás no son profesores y a veces ni se acuerdan de los temas. Entonces, tienden a confundir más a los niños por tratar de explicarles. Por eso la importancia de la tutora», reconoce.

La fundadora de la Clínica Psicopedagógica Anade, Ana Elizabeth Siekavizza, cuenta que la idea del home school viene de otros países, especialmente de Estados Unidos. El concepto «fue creado por personas con tendencias religiosas que consideraban que el mundo es un proceso de contaminación. Por lo que los niños deben estar bajo el resguardo de la familia».

Como todo proceso, el home school posee pros y contras. «La escuela prepara al niño para cuando sea joven adulto. Pero, el aprendizaje individual a veces lo priva de la referencia social», dice la psicóloga.

Aunque reconoce que esta alternativa de estudio funciona para una parte de la población. Por ejemplo, cuando a los padres se les dificulta llevarlos a la escuela por diversas razones y para los niños con problemas severos de control de personalidad: hiperactivos, agresivos, autistas o quienes padecen las consecuencias de una lesión cerebral. «A ellos no se les puede someter al estrés de la competitividad. Deben desarrollar su ritmo», comenta.

Estudiar en un centro implica disciplina, horarios, orden y una rutina: levantarse todas las mañanas a cierta hora, tomar el baño, vestirse, comer para salir a cumplir con mandato, estudiar y hacer las tareas. Por eso los papás que brindar a sus hijos estudio en casa deben cuidar los hábitos, que no pasen toda la mañana en pijama y que sea constantes en el estudio. Además, es necesario evitar los distractores, uno de los más acérrimos, la televisión.

La recomendación de Siekavizza es no aislarlo del entorno social y afectivo de al competitividad, a menos que la situación familiar lo amerite, por ejemplo, los problemas de inseguridad o las limitaciones que el niño pudiera presentar.

Ambos métodos se adaptan a las necesidades de Guatemala. En la escuela los niños conocen otros puntos de vista, viven la experiencia que forma carácter y temperamento, aprenden a aceptar la frustración y se fortalecen mediante la convivencia. Con el estudio en casa desarrollan otros aspectos fundamentales para la vida adulta, como la responsabilidad, la autodisciplina y la autonomía. La clave es guiarse por los expertos en esta alternativa innovadora.

Ileana López
Directora
Revista Gerencia
gilena@agg.org.gt

 

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