El ambiente ha cambiado
Hace muchos años de cuando se aseguraba la casa con una tranca de madera
La violencia siempre ha existido. Aunque antes en hechos muy aislados. Si se escuchaba de asaltos o robos, se sentían lejos del hogar y de los seres queridos. Era impensable que algún día nos pudiera tocar. Sin embargo, en la actualidad la delincuencia está presente en todo momento y en todo lugar, en situaciones cotidianas vestidas de asaltos, robos, secuestros, extorsiones, asesinatos y otras formas creativas de delincuencia que atacan diariamente a la población.
Con la proliferación de estos flagelos, quedan lejos los días de la seguridad rústica que bastaba con cerrar bien la puerta, ponerle llave o soltar al perro para proteger a la familia y los bienes que con tanto esfuerzo se adquieren.
La inseguridad es el problema a vivir. Para muchos, viene a la mente las veces que han sido víctimas de hechos delincuenciales en los últimos años. Y lo peor es que el panorama no cambia, y si lo hace, es para recrudecerse.
– ya no basta con dejar las luces
prendidas o encargarle la casa
al vecino.– La vieja costumbre de esconder
la llave a la entrada es conocida
por los ladrones.– Coloque una barra de metal o
madera para asegurar las puertas
corredizas.– Cierre bien los cerrojos de
puertas y ventanas.– Coloque mirillas en las puertas
de ingreso.– Instale electrificadores inteligentes
en la seguridad perimétrica.– Utilice reflectores con detectores
de movimiento, especialmente
en el patio y jardín.
Hoy en día, es necesario contar con garitas de seguridad, video cámaras, alarmas o policías privados. Y estos, son solo algunos de los métodos utilizados para evitar saqueos y para salvaguardar la vida de las personas. Pareciera ser que la delincuencia se ha vuelto inevitable, pese a las medidas de precaución que la gente toma para minimizar los riesgos. Precisamente, los niños y los jóvenes están creciendo en una cultura en donde protegerse de la delincuencia es normal.
Sin sentirlo, a las presentes generaciones les cambió la vida, les tocó nacer con la pesadilla de la inseguridad, porque para los más de 15 millones de guatemaltecos, esta es una amenaza diaria, sin tregua, confirmada por estadísticas que rebasan los límites.
De allí que, en el laberinto de la inseguridad se ha instalado la tecnología como un aliado del hogar con facilidades como el gps en los vehículos, lectores de huellas digitales para control de acceso, sensores de movimiento, cámaras de vigilancia, alarmas, electrificadores inteligentes y una vasta lista de dispositivos.
El costo de estas tecnologías es alto para el ciudadano, pero tan alto como las posibilidades de ser atracado él o su hogar. De allí que la inversión en seguridad vale la pena, así como aprender a conducirse por la calle, observar alrededor y atender los consejos de los expertos, para evitar ser una víctima de este problema social por el que muy pocos pagan condena.
Victoria
Alvarado
Periodista