Villa Canales, un gran laboratorio de computación
“Es increíble lo que un buen docente puede hacer sin muchos recursos, pero con mucho amor”
La multinacional de origen estadounidense, fundada en 1975 por Bill Gates y Paul Allen, lanzó simultáneamente en 190 países y en 111 lenguajes, el novedoso sistema operativo Windows 10. Actividad de Microsoft que brinda la oportunidad a los desarrolladores del mundo de presentar nuevos productos y, a países como Guatemala, de dar a conocer los avances de la población que antes no aspiraba a usar una computadora.
A Fernando Licona Aparicio le fue
conferido el título de Hijo Predilecto
del Municipio de Villa Canales.
Y es que el trascendental y esperado acontecimiento se realizó en Guatemala en el municipio de Villa Canales, en donde hasta un par de décadas las posibilidades de acceder a la tecnología eran casi nulas. El fundador de la primera academia de tecnología en el municipio, Juan Aparicio y LEC Computación, Fernando Licona, cuenta que sin sospecharlo, el haber estudiado en esa región lo condujo a impulsar un proyecto que ha puesto en alto a los canaleños aficionados a la tecnología.
Licona dice que cuando estudió en la Escuela de Ciencias Comerciales de Villa Canales, “siempre tuvo muy buenos maestros”. De hecho, impresiona que los recuerde con sus nombres y apellidos, lo que entrada la plática no es de extrañar, ya que la formación que le impartieron le permitió cursar una carrera en la Universidad Francisco Marroquín. Lo que ejecutó con dificultad de recursos, ya que la universidad estatal no era una opción después de haber perdido a su hermano debido al conflicto armado.
Para entonces, debía compartir su tiempo entre trabajo y estudio, por ello se inscribió en auditoría, cuando su pasión era la ingeniería en informática. Lo que no ensombreció su confianza para, en compañía de un socio, comenzar una aventura como pequeño empresario de asesorías empresariales, tecnológicas y educativas, que incluían al Colegio San Pablo.
Alumnos de la Academia Juan Aparicio que destacaron por crear las mejores diez
aplicaciones para Windows 10.
En una visita a Villa Canales, de donde había emigrado debido a la lejanía con la universidad y a las infortunadas veces en que la camioneta lo dejó y no pudo volver a su casa, Licona quiso revivir gratos momentos en la escuela de donde se había graduado. Fue inevitable preguntar por sus profesores, y especialmente saludar a uno de ellos que impactó su futuro. “Recuerdo que Luis Reyes se había convertido en el director de la escuela, quería saludarlo y lo esperé en donde impartía la clase de computación. Me sentí muy mal cuando vi que llamaba a los alumnos por número de clave para que presionaran la tecla enter, en tres computadoras obsoletas”, dice el entrevistado a GERENCIA .
Por ello, en una segunda visita, Licona se reunió con Sergio Morataya, un gran amigo a quien le expresó su deseo de formar un laboratorio de computación en el municipio. Sin dudarlo, su amigo se unió a esa aventura, que con el tiempo se convirtió en clave para los miles de alumnos que se han certificado en los distintos programas de computación, y que han sobresalido por mucho. Por ejemplo, en el lanzamiento de Windows 10 en Villa Canales, se premió a los diez mejores programadores de aplicaciones.
Juan Aparicio pasó de ser una
academia de mecanografía y computación, a una de cursos libres y centro de aprendizaje de tecnologías de la información y la comunicación, autorizada por el Mineduc. LEC pasó de asesorías empresariales a ser una empresa y centro de certificación internacional avalado por Certiport y con acreditación internacional, que atiende a empresas, colegios y personas. A partir de este año, se une a sus productos E.D.O. English Discoveries On Line, una solución para el aprendizaje del idioma inglés. Cuentan con robótica pedagógica, venta de libros del currículo de Microsoft, laboratorios o salas para el aprendizaje tecnológico, capacitación docente, soporte y gestión de redes y contratos de licenciamiento.
Esa primera academia surgió hace dos décadas, en un pequeño local que Licona, junto a su esposa –Esmeralda-, Morataya y Juan Carlos Callejas, el primer profesor, armaron con tanto amor. Fueron ellos quienes serrucharon los primeros muebles, y aunque el lugar no era muy estético, de hecho los alumnos lo llamaban “Chupacabras”, logró trascender con el tiempo y convertirse en un punto de referencia de alto nivel para el aprendizaje de la computación. Y la clave fue nada más y nada menos, que el deseo nato porque la comunidad obtuviera una herramienta que le permitiera a los jóvenes postularse a mejores empleos, más ingresos y, por ende, a una mejor calidad de vida.
Así también, Licona comenta que para él fueron de gran valor los conocimientos que había adquirido en la Asociación de Gerentes de Guatemala, a la que ingresó como Socio en 1994, y en donde fue tremendamente motivado por el curso del Cede: “Cómo poner su propia empresa o negocio”.
Una muestra del trabajo de este emprendedor, del crecimiento de la empresa y de la profesionalización de los alumnos, son los más de 2 mil jóvenes expertos en computación de las escuelas aledañas, quienes se hicieron presentes en el lanzamiento oficial de la nueva plataforma Windows 10. Actividad apoyada ampliamente por la Municipalidad de Villa Canales.
Bajo el compromiso de “brindar herramientas para la vida”, durante el acto se entregaron 50 becas a los estudiantes de la Escuela Chichimecas. El ahora empresario no duda del valor de estas becas y del conocimiento que adquieren los alumnos, porque cuenta con sobrados ejemplos de su buen uso.
Andrea Argueta, exalumna de la Academia Juan Aparicio.
Por ello, la profesional considera que la academia está brindando a esta comunidad grandes oportunidades de desarrollo. “Al comienzo no me gustaba sentarme frente a una computadora, pero en Juan Aparicio desarrollaron mi gusto y pasión por la tecnología. Mis maestros me enseñaron que para la programación no hay límites, que se puede llegar hasta donde la creatividad lo permita”, recalca la profesional, quien debido a los conocimientos que posee ha simplificado los procesos informáticos en la oficina en donde se desempeña.Andrea Argueta comparte que cuando se graduó de la escuela, se sometió a un proceso de selección de personal para optar por una plaza. Al final de la contratación, un director le informó que eran tres los finalistas, pero que la estaban contratando porque los había superado en las certificaciones en computación.
Crossvi Oswaldo González Cuc,
egresado de la Academia Lec.
El exalumno Crossvi Oswaldo González Cuc, por su parte, sustenta la opinión de Andrea al considerar que los conocimientos que obtuvo significaron el comienzo de nuevos métodos tecnológicos de aprendizaje. “Lo que aprendí en el Instituto de Diversificado por Cooperativa Villa Hermosa y la Academia LEC Computación, lo he puesto en práctica y me ha sido útil para, desde reparar una computadora hasta crear programas y aplicaciones de usos múltiples”.
Por ello, recomienda a los jóvenes de Villa Canales que “traten de aprovechar el tiempo al máximo, ya que estamos viviendo una gran revolución de la información que nos exige actualizarnos constantemente”. También les dice a los adultos que, “nunca es tarde para aprender, porque la tecnología está impactando de forma positiva en la sociedad, y eso ha hecho que se vuelva indispensable”.
Fernando Licona concluye en que la AGG y la UFM fueron las fábricas que alimentaron sus sueños educativos. Sin embargo, fue él quien se esforzó para desarrollarlos y volverlos realidad, “alejados de la idea de regalar y apegados a que la única forma de resolver los problemas de los más necesitados, es a través de proyectos sustentables que involucren a jóvenes y les permitan descubrir su potencial, soñar y luchar por un futuro más prometedor, en donde la responsabilidad obligue a todos por igual”. Si bien, ellos otorgan becas, tratan de que las personas conozcan su valor.
Ileana López
Directora
Revista GERENCIA
gileana@agg.org.gt