¡Salud a los abuelos!
La esperanza de vida ha aumentado y se espera que los servicios de salud mejoren
Se calcula que Guatemala posee una población de 16 millones de personas. Es un país joven en el que solamente el 3,72% de las mujeres y el 3,04% de los hombres se encuentran arriba de los 60 años, en lo que se considera personas de la tercera edad o adultos mayores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por primera vez en la historia, a nivel global, la mayoría de personas pueden aspirar a vivir más allá de los 60 años.
En el caso de Guatemala, siendo un país de ingresos bajos, este aumento en la esperanza de vida al nacer se debe “a la reducción de la mortalidad en las primeras etapas de la vida, sobre todo durante la infancia y el nacimiento, y de la mortalidad por enfermedades infecciosas”, lo que tampoco refiere que la mortalidad materna e infantil sea un problema de salud superado.
Según datos de la OMS, se espera que el número de personas mayores de 60 años se duplique en el mundo para 2050, lo que requerirá de “un cambio social radical”. Al comparar los porcentajes de población arriba de los 64 años en el país, se nota un incremento que va desde los 4,19% en 2006 a 4,59% en 2016.
Culturalmente la sociedad guatemalteca todavía valora el aporte que las personas mayores hacen en las familias y en las comunidades. Sin embargo, una cosa son amores y otra, buenas razones, y a juzgar por el acceso a servicios básicos de salud, es evidente que los recursos de la salud pública están destinados a otras necesidades, lo que dificulta que quien alcance una edad superior a los 60 años logre tener una vida saludable a no ser por el esfuerzo propio o familiar que se tenga.
La salud en la tercera edad es fundamental, porque “si las personas viven esos años adicionales de vida en buen estado de salud, su capacidad para hacer lo que valoran apenas tendrá límites. Pero si esos años adicionales se caracterizan por la disminución de la capacidad física y mental, las consecuencias para las personas mayores y para la sociedad serán mucho más negativas”.
A nivel estatal, el programa de Invalidez, Vejez y Sobrevivencia (IVS), del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), es el que aglutina la mayor cantidad de personas mayores de 60 años, beneficiarias de los servicios médicos. Según datos del IGSS, a 2015 se contaba con una cobertura de 77 mil 938 beneficiarios por vejez. Además, el Estado aporta al sostenimiento de una veintena de regímenes de pensiones públicas.
En Guatemala, la mayor parte de las personas mayores de 60 años deben prever y optar por una de las opciones de seguro que ofrece el mercado, en donde dependiendo cuál sea el monto aportado se ofrecen los servicios de gastos médicos, hospitalización, cirugías programadas, cardiología, tratamiento ambulatorio, consulta con médicos especialistas, exámenes de diagnóstico y chequeo médico anual, con restricciones aplicables a cada caso. El límite para ingresar al seguro va desde los 65 años como mínimo, en otros hay restricciones de ingreso a los 70 y en otros no hay restricción de acceso.
A pesar de que, para muchas personas de la tercera edad pagar mensualmente un seguro médico representa un costo significativo, este es un servicio que para personas jubiladas de países desarrollados es atractivo y en el país se comienzan a ofrecer servicios para este mercado. Especialmente para quienes viven en Estados Unidos, los elevados costos de los servicios de salud hacen que busquen alternativas de servicios de salud y vivienda en Latinoamérica.
Para el año 2010 la International Community Foundation estimaba que existen en México – el mayor destino de ciudadanos jubilados estadounidenses- entre 200 y 300 mil jubilados o propietarios de segundas residencias tan solo en estas áreas costeras. En una encuesta realizada por esta fundación, el 79% los jubilados encuestados señalaron como una de sus preocupaciones la necesidad de que exista un programa piloto que ofreciera cobertura de gastos por los servicios recibidos en otros países.
Es importante mencionar como ejemplo que los costos médicos en México son entre un 25% y un 30% menos que en Estados Unidos. De acuerdo con un estudio del Medical Expenditure Panel Survey, la mediana de los costos erogados por un adulto mayor en buen estado de salud en el 2006 era de US$2,639. En la región, otro de los países que está captando este mercado es Costa Rica, el competidor más cercano para Guatemala, que cuenta además con un sistema rápido de otorgamiento de residencia y de exención de algunos impuestos.
Vinicio Bejarano, Gerente de Operaciones de La Reunión Golf Resort & Residences, ubicada en san Juan Alotenango, Sacatepéquez, señala que ellos están ofreciendo terrenos y villas en condominio tanto en venta como en renta para adultos mayores. Añade que el adulto mayor en el lugar puede realizar avistamiento de aves, clínicas de golf, caminatas y cabalgatas al aire libre en un ambiente de “tranquilidad, seguridad y exclusividad del resort”.
Bejarano añade que uno de los principales valores que ofrecen es el que las personas vivan rodeadas de naturaleza dentro de un proyecto residencial con servicios turísticos de primera clase que se complementan según Bejarano con la cercanía de La Antigua Guatemala “en donde ya vive gran cantidad de jubilados de tercera edad”.
Para Bejarano es importante que alguna entidad gubernamental ofrezca actividades enfocadas al adulto mayor, talleres, charlas y actividades relacionadas con la salud, a bajo costo. Para emergencias médicas La Reunión tiene actualmente una alianza con un hospital local y próximamente tendrán un médico residente dentro del complejo.
Otro de los servicios de salud para personas de la tercera edad es el de los cuidados a largo plazo. Tradicionalmente el cuidado a largo plazo se encarga a las mujeres de la familia o se contrata los servicios de enfermería. De acuerdo con un estudio realizado por la American Association of Retired Persons, el costo promedio de una residencia asistida para adultos mayores en los EE UU es de US$3mil al mes, casi el 50% del costo de vivir en un asilo, aunque este estimado no incluye el costo de cuidados especializados o intensivos, los cuales tienen un precio aún más elevado
Este servicio puede encontrarse en el país tanto para nacionales como para extranjeros con la certeza que es un servicio de calidad y que además para los extranjeros puede resultar a un precio más accesible. Patricia de Lavidalie es gerente general de Homewatch Care Givers, una franquicia que funciona en Guatemala desde el 2010 dedicada a ofrecer cuidado de personas en casa, personas de la tercera edad, servicio de enfermería, niñeras y asistencia a pacientes incluso personas en etapa terminal. Lavidalie indica que de acuerdo a las necesidades se ubica un perfil profesional que se adapte a las necesidades de la persona, de la familia y del entorno psicosocial. El objetivo es brindarle tranquilidad a la familia.
Patricia de Lavidalie, gerente general de Homewatch Care Givers.
Lavidalie comenta que las personas que brindan el servicio se convierten en asistentes personales que se adaptan a las necesidades y particularidades de la persona y de la familia “ya que no todos los adultos mayores necesitan ese tipo de cuidado, a veces solo necesitan compañía y apoyo para las rutinas diarias”. Otra de las ventajas señaladas por Lavidalie es que la persona que contrata el servicio cuenta con el respaldo institucional de la franquicia y que se cuenta con personal contratado bajo procesos profesionales, capacitado y evaluado constantemente por medio de la Homewatch University.
La mayor parte de los clientes de Homewatch Care Givers son adultos mayores aunque también les buscan en casos de personas con enfermedades en fase terminal. Lavidalie afirma que este tipo de servicios son más costosos en Estados Unidos y que al recibir este servicio en Guatemala se tiene el compromiso con la franquicia de brindar la misma calidad. Añade que la atención de extranjeros en el país puede ser un nicho de mercado a explotar.
Roberto M. Samayoa O. Colaborador Revista GERENCIA editorialgerencia@agg.com.gt