De lo simple a lo curioso: todo es asegurable

Los seres humanos buscan proteger lo más querido, por ello averiguan cómo asegurar desde sus bienes hasta la vida de familiares, colaboradores y mascotas, por mencionar lo más común. Alrededor del mundo celebridades, empresarios, deportistas y famosos encuentran pólizas curiosas y caprichosas, que pretenden asegurar sucesos extremos, eventos remotos, partes del cuerpo y hasta el trauma que pueda dejar en los aficionados el hecho de que su selección sea eliminada de una competición.

El negocio de los seguros se rige por la relatividad y el riesgo, pues para que exista un seguro deben darse tres condiciones esenciales: que el hecho sea accidental, súbito e imprevisto; es decir, aquello que se presume cierto no puede ser asegurado, pues la génesis es el riesgo.

Un seguro novedoso que está floreciendo en Guatemala es el de las mascotas. Es una póliza que tiene cobertura siempre y cuando el animalito vaya con su dueño en un automóvil previamente asegurado. Este seguro cubre gastos de atención médica veterinaria, no es un seguro de vida. “Es un plus, con el que ya cuentan unas 500 personas que compraron seguro para su vehículo”, explica Alejandro Beltranena, gerente general de Aseguradora La Ceiba. El monto por la mascota, dependerá del seguro que pague su amo.

Otro seguro poco convencional es uno para los golfistas. Bernardo Pineda, subgerente de La Ceiba, recuerda que en nuestro país se creó este seguro en 1983, para quien logre un hole in one. Basándose en la estadística de cada diez mil tiros solo uno es hole in one, y regularmente lo logra un novato.

No sólo CR7

Aunque usted no lo crea, en otros países las personas aseguran desde el cabello, como la actriz Jennifer Aniston, protagonista de la serie Friends, que aseguró su cabellera por un millón y medio de dólares, hasta una boda a causa de una novia en fuga, que deje al novio no solo engañado sino con todos los gastos de la ceremonia.

Para los amantes del fútbol no es extraño saber que los jugadores aseguran sus herramientas de trabajo por varios cientos de miles de dólares, así lo hizo el futbolista del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, quien aseguró cada una de sus piernas por 72 millones de dólares. Pineda dice que dentro del deporte se puede asegurar casi cualquier cosa.

El subgerente de La Ceiba agrega que durante las eliminatorias del Mundial Sudáfrica 2010, la selección guatemalteca compró un seguro con una prima de 35 mil dólares, con una cobertura de un millón de dólares. Si Guatemala clasificaba a los octavos de final, la aseguradora le daría a la selección un millón de dólares para que siguiera con su entrenamiento y preparación para la siguiente fase. Sin embargo, no pasaron ni a octavos de final y, por ende, no pudieron cobrar el beneficio.

La creatividad por establecer seguros es el principal reto del sector. La Ceiba le hizo una propuesta al Club Antigua, pero aún no responden. Esta incluye cobertura por lesiones a los jugadores 24/7, dentro y fuera de la cancha así como por incidentes en viajes terrestres, aéreos o acuáticos. Esta póliza incluye un seguro de renta por interrupción, a favor del equipo. Si el jugador estrella se lesiona incurre en gastos y puede perder taquilla.

Beltranena explica que, la propuesta para la panza verde, también ofrece asegurar a los aficionados que sufran algún daño a causa de incidentes durante el partido. La póliza del afectado será su tiquete de ingreso.

Contra viento y marea

Los orígenes del seguro se remontan a antes de Cristo, fueron practicados por los mercaderes chinos y babilonios quienes desarrollaron un sistema para los comerciantes de vela del Mediterráneo. Los primeros contratos de seguros datan de 1,347.

La preocupación por las excesivas lluvias y las largas sequías han acompañado siempre a la humanidad, esta situación no es ajena a los guatemaltecos quienes ven reflejado los efectos climáticos en los hogares más vulnerables del país, sobre todo en el área del Corredor Seco y en algunas del Occidente, en donde cada año se pierden decenas de hectáreas de cultivos.

Pineda explica que existió un seguro para cubrir problemas de siembras en Sololá, apoyado por extranjeros. Años atrás, La Ceiba participó para vender este seguro por medio del Ministerio de Agricultura, pero la propuesta tuvo un final desafortunado, pues faltó la voluntad política para concretarlo. De haberlo tomado unas 1,500 familias que perdieron sus cultivos a causa de la sequía hubieran recibido Q400, durante cinco meses. Actualmente Q15 millones de prima es lo que se compra de seguro agrícola en toda Guatemala.

Beltranena habla de la importancia de transferir un problema a otro. En tiempos del presidente cubano Fidel Castro, estaba asegurada toda la isla, así como los cultivos. En Cuba pasaron lluvias y huracanes, y nunca tuvieron pérdidas, pues estaban asegurados con empresas francesas y españolas.

Transferir el problema, es mejor

En el campo de los activos o bienes, los países desarrollados aseguran sus ganancias ante los desastres de la naturaleza o ante los actos del hombre, tal es el caso de las Torres Gemelas, catalogado el siniestro más grande de la historia, pues se involucraron todas las ramas de seguros. Además de los bienes, estaban asegurados cerebros.

Pineda explica que existe el Seguro Hombre Clave; es decir, para el creativo de la empresa. Si pierden a esa persona la organización puede tambalear, por eso la empresa compra un seguro para el colaborador y el beneficiario es la organización. En el caso de las Torres Gemelas murieron muchos genios que estaban asegurados y por ello se pagaron millones de dólares. Así, muchos países aseguran utilidades públicas, como carreteras, hospitales o puentes. Si en Guatemala los gobiernos tuvieran esa visión, ahora no estarían pensando en invertir para reparar el Puente Belice, sino en cobrar el seguro. Nuestra ley dice que todo daño “debe” indemnizarse, y el culpable debe pagar. Una investigación realizada por Pineda, le permitió saber que después de un accidente vial, al sector salud un paciente internado en traumatología le cuesta más de mil quetzales diarios. “Si el estado transfiriera esa responsabilidad a los pilotos y cobrara obligatoriamente un seguro a favor de los lesionados, el gobierno reduciría en buena medida los costos que hoy se derrochan en tratamientos y podría invertirlos en salud preventiva. “Los seguros le reducen cargas al Gobierno y otorgan beneficios al Estado”, dice Pineda.

Por coacción, más que por convicción

Para los entrevistados, los seguros funcionan mejor cuando son obligatorios. En 2001 por la voluntad política del expresidente Alfonso Portillo, se creó el seguro para el transporte público. Él estaba de gira en el interior cuando ocurrió un accidente de bus extraurbano que dejó varios fallecidos. El interés social del presidente a favor de las víctimas era real y por eso el seguro se materializó y está vigente debido a su obligatoriedad.

Hoy se hacen esfuerzos para que la asociación de propietarios de buses adquiera un seguro que también beneficie al piloto y al ayudante por daños o muerte, a causa de cualquier hecho violento. Este seguro no ha sido aceptado por los empresarios que buscan ser los beneficiarios y no las familias afectadas. A criterio de los expertos, en Guatemala deberían ser obligatorios por lo menos tres seguros, uno de ellos para protección por catástrofes. Otro, para tener fondos de protección para agricultura y bosques. Y, finalmente, el Seguro de Responsabilidad Civil por conducción de automotores a favor de las víctimas. Alejandro Beltranena, gerente general de La Ceiba.

Victoria Alvarado
Periodista
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt

 

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