El liderazgo para las latinoamericanas

Estereotipos y expectativas frenan el ascenso de la mujer

Que las mujeres contamos con capacidades para ejercer un puesto de dirección, nadie lo pone en duda. Que poseemos oportunidades para adquirir formación y experiencia que nos permitan competir, es cada vez más cierto. Sin embargo, la equidad de género en la dirección de las empresas y en la pertenencia a las juntas directivas está lejos de ser una realidad.

María Consuelo Cardenas,
Universidad de los Andes.

¿Por qué? Esta pregunta ha guiado una investigación en la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes.

Aunque aún no contamos con una respuesta clara, sí poseemos algunos indicios.

De acuerdo con entrevistas dirigidas a mujeres presidentes y vicepresidentes de empresas del sector privado en varios países latinoamericanos, una de las desventajas para ellas en su carrera profesional se encuentran en los estereotipos de rol y las expectativas sobre cómo se debe o puede comportar un mujer. Si es suave, se cree que no posee don de mando y que no sabe para dónde va. Si por el contrario es fuerte, se le tilda de agresiva y, por consiguiente, no se aceptan sus directrices con facilidad.

Más bien se espera que sea dulce, que se preocupe por el bienestar de los demás y que no imponga su forma de pensar. La ventaja, según las entrevistas, es la forma como ejercen el liderazgo, porque con ella promueven el trabajo en equipo, se guían por una visión y comprometen a sus colaboradores en el cumplimiento de las metas. En resumen se orientan hacia el logro.

Cabe resaltar que estas características son las de cualquier líder exitoso, son propias del llamado liderazgo transformacional que se reconoce como el más efectivo. Este líder busca el compromiso de sus colaboradores a través de la contribución activa y de la transformación de sus propios intereses en pro de los intereses del grupo. No podría decirse que éste liderazgo es exclusivamente femenino, porque tanto hombres como mujeres lo pueden ejercer. El punto a señalar es que, para las entrevistadas es precisamente su forma de liderar la que explica su éxito profesional.

Hace falta apoyo de las organizaciones para que más mujeres puedan avanzar hacia
la equidad de género en la dirección.

Otra ventaja para las ejecutivas es que, gracias al apoyo de personal doméstico asalariado, pueden manejar las responsabilidades en el hogar sin descuidar su trabajo. La mayoría reconoce muchas ocasiones en que se vieron obligadas a dar prelación a su trabajo por encima de su vida familiar y personal, pero contaban con colaboradoras domésticas y con el respaldo de su familia, fundamental para el desarrollo de su carrera.

Lo que falta, según las entrevistadas, es el apoyo de las organizaciones para que más mujeres puedan avanzar hacia la equidad de género en la dirección. Las mujeres han hecho su parte preparándose y organizándose. Le corresponde a las empresas apoyar la forma en que ejercen el liderazgo y vigorizar la transparencia en los procesos de selección, promoción y asignación salarial, para atender los estereotipos y las expectativas que frenan su ascenso.

Maria Consuelo Cardenas de Santamaria
Catedrática Universidad de los Andes
cdo@agg.org.gt

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