El manejo del cambio en la organización

Una oportunidad para competir y sobrevivir en un medio que se ha tornado agresivo

El cambio es inevitable en las organizaciones. Según estudios, por lo menos una vez al año se suscitan cambios moderados dentro de las grandes organizaciones y su éxito depende de una serie de factores.

Se intenta que los cambios sucedan de forma planeada, aunque generalmente acontecen de forma no intencional o como consecuencia de eventos o decisiones que se presentan en el lugar de trabajo. Por ello, cualquiera que sea la naturaleza, se debe trabajar por el clima laboral, para que las modificaciones sean recibidas y aceptadas por los colaboradores. Lo que requiere de estrategias que disminuyan la resistencia, así como un período de preparación o alistamiento.

Al comienzo

La máxima de cambios que se pueden manejar simultáneamente en una empresa son tres, para no ocasionar efectos contradictorios.

En la primera etapa es importante la participación de los líderes, quienes deberán identificar la situación actual, los antecedentes o las causas que motivaron los cambios, así como las capacidades de la organización para cambiar, el sentido de urgencia y otros factores determinantes, como el nivel de resistencia de los actores involucrados.

La lista abarca los recursos, tanto humanos como materiales. Esto implica conocer las características de las personas a cargo de los cambios, los métodos que utilizarán y la forma en que cuidarán el impacto. Es útil recurrir a la segmentación de las audiencias.

En las grades corporaciones se sucitan cambios moderados por lo menos una vez al año.

Por otro lado, los cambios también acarrean beneficios, uno de ellos es la oportunidad de detectar las necesidades de capacitación o de desarrollo de los colaboradores, lo que contribuye a alcanzar la eficiencia. Precisamente, se hace necesaria la elaboración de metas y el monitoreo, que constantemente indicarán el avance entre el punto de partida y el punto deseado.

Durante el proceso

Los cambios muchas veces requieren de capacitación. Esta es una forma de proveer apoyo a los trabajadores. La inducción muestra los beneficios que obtendrán para que el trabajo mejore y para alcanzar los objetivos comunes.

La eficacia en el cambio también demanda estrategias de comunicación bien definidas. La comunicación abierta de dos vías es vital para disminuir la actitud reacia por parte de los trabajadores, que acontece cuando no se sienten incluidos porque consideran que pierden su estatus quo o, sencillamente, porque se sienten amenazados o atemorizados, lo que les impide adaptarse a los nuevos escenarios.

Recuerde que son los colaboradores quienes hacen posible los cambios. Por ello, es importante escuchar sus opiniones y fomentar la participación. La dinámica genera un sentido de compromiso, confianza, cohesión grupal, cooperación y trabajo en equipo.

Para hablar de cambio hay que sustentar el clima organizacional, porque influye en la percepción de los colaboradores y, por lo tanto, impacta en la aceptación de las nuevas propuestas. Por otro lado, la falta de preparación genera rumores y especulaciones que alimentan la resistencia y generan altos costos en tiempo y recursos. Estos elementos destinan el cambio al fracaso.

Con información de
Great Place to Work
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