La cultura ágil y la transformación digital van de la mano

Digital.ai afirma que la adopción ágil ha pasado de 37% a 86% en los equipos de desarrollo de software, y se ha duplicado en grupos que no son de TI

En temas de transformación digital, el agilismo se ha convertido en una de las principales metodologías de desarrollo de software durante las dos décadas desde su lanzamiento. Incluso, desde 2021 y con la actual pandemia de Covid-19, las organizaciones la adoptan cada vez más como una herramienta tanto para productos no tecnológicos como para la gestión de proyectos fuera del marco tradicional de desarrollo de software. 

Si bien, es una metodología de más de veinte años, hoy en día se presenta como una solución adaptable y valiosa para los retos de innovación, conocimiento y creatividad, desde los nuevos entornos de trabajo híbridos, la mejora del compromiso, la retención de los talentos durante la “Gran Dimisión” y lograr que los equipos construyan productos y soluciones que mejoran la vida de quienes las usan. 

Cristian Bermúdez, Agile Coach de Pragma, comenta que, “para que una organización se adapte lo mejor posible a la velocidad de cambio que ocurre en su entorno, es necesario que al interior de la organización exista una transformación en su cultura, en la forma como las personas aprenden, se comportan y accionan, lo que permitirá tener equipos muy buenos que logran entregar productos y soluciones que generan un impacto positivo en los usuarios. La transformación digital va acompañada de la transformación cultural para lograr estos resultados”. 

Un informe reciente de Digital.ai ha demostrado que, desde el Covid-19, la adopción de la metodología ágil ha experimentado un aumento considerable en contextos de gestión de proyectos de TI, que pasó de un 37% en 2020 a un 86% en 2021. “Lo sorprendente de este nuevo capítulo en la implementación ágil es que, ha permitido a los equipos de TI y de producto liderar el camino para mostrar cómo se puede crear valor con la transformación digital. Esa es la relación que tiene la transformación digital con una cultura ágil», añade Bermúdez. 

«La pandemia por el Covid-19 colocó a los equipos de TI y a la transformación digital en el centro de atención, y ahora que el agilismo está siendo adoptado cada vez más en equipos fuera de áreas de TI, demuestra que la transformación digital es un buen camino para lograr una mayor agilidad empresarial y operativa”. Bermúdez agrega que, “los líderes en diversas organizaciones ven cómo sus departamentos de TI vienen creando valor a partir del uso de metodologías ágiles, por lo que están llevando los mismos mindsets y formas de trabajar a otras áreas de la empresa. Hacer agilidad en áreas diferentes a TI o producto es lo que se conoce como Business Agility”. 

Con los retos postpandémicos de retención y productividad de los talentos ocasionados por los entornos de trabajo híbridos y la famosa «gran dimisión», expertos como Bermúdez predicen que el agilismo seguirá avanzando más allá de su ámbito habitual en el desarrollo de TI y software, impregnado la cultura de las organizaciones y, por ende, impactando a las personas que viven en esas culturas.

“El entorno de la pandemia y postpandemia fueron la oportunidad publicitaria perfecta para que el agilismo pudiera mostrarse como una metodología flexible, versátil y valiosa con aplicaciones en los entornos más inesperados”. El Agile Coach de Pragma afirma que, nuestro mundo y entorno de trabajo se mueven más rápido que nunca. Por lo que debemos contar con una metodología que permita a los equipos responder más ágilmente a los cambios, que mejore la comunicación entre equipos y promueva una cultura de aprendizaje temprano y continuo dentro de la organización. 

“La metodología ágil continuará revolucionando cada vez más áreas de trabajo, no solo porque nos lleva a comprender a tiempo los cambios de los consumidores; sino también porque los colaboradores de la empresa están felices, trabajan con un propósito y visión compartida en una cultura que los inspira a lograr más de lo que creían posible, con un alto sentido de pertenencia y significación por su trabajo. Sin lugar a duda, contar con personas felices en la organización reducirá el índice de rotación”, puntualiza el experto. 

Para finalizar, Bermúdez hace hincapié en que, “un proceso de transformación ágil requiere de equipos de alto desempeño, que generen valor, eliminen obstáculos, experimenten y aprendan para resolver problemas de alta complejidad, sin temor al error, equipos cooperativos, llenos de personas que crecen juntas y que entregan productos y soluciones que mejoran la vida de sus usuarios”. 

Redacción 
Revista GERENCIA 
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Con información de Pragma 
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