El camino recorrido por el cine ha sido largo, y aún no ha terminado. Desde la cámara oscura, la fotografía, el teatro de sombras y la linterna mágica, que son los precedentes más antiguos de la proyección de imágenes, ha acontecido una evolución sin límites que ha alimentado a la industria del espectáculo.
Las primeras películas distan de los alcances tecnológicos de la cinematografía de hoy. Basta con echarle un vistazo a filmes antiguos como El Zorro, Godzilla, Bambi, King Kong, Charlie Chaplin o Casa Blanca, que en su momento fueron éxitos de taquilla, y compararlos con Avatar, el Señor de los Anillos, y las mismas actualizaciones de Godzilla y King Kong para ver el descomunal avance de la industria. Sin duda, la promesa de 2015 es Star Wars Episodio VII: El despertar de la Fuerza, entrega en la participará el guatemalteco Óscar Isaac, y en la que retornarán los actores de la trilogía original, a los que seguramente impactará la tecnología moderna cotizada en 200 millones de dólares.
Esto confirma que la cinematografía no ha hecho más que superarse a sí misma. Y en ese afán de reinventarse, como decía el cinematógrafo parisino Abel Gance, “dotó al hombre de un nuevo sentido” y se convirtió en “técnica, arte e industria”. Y es que la evolución se ha reflejado en todo sentido. Se relaciona con cámaras, proyectores, focos de luz y grandes pantallas, pero también, con sonido, color y contenido que descubren un lenguaje visual propio.
La tecnología 4DX manipula el espacio de forma espsecial y despierta emociones sin precedentes. En Guatemala la única sala que ofrece este servicio se encuentra en Cinépolis Oakland Mall.
Además, los filmes se han abierto a una diversidad de consumo; es decir, el espectador puede decidir entre ir al cine a disfrutar de la evolución de la era digital, la calidad de la producción, la revolución de la información, los nuevos recursos narrativos y la tecnología de punta, o quedarse en casa igualmente seducido por los avances tecnológicos que le permiten ser el dueño de un mini cine con Smart tv, 3D, potentes barras de sonido y amplificadores cada vez más delgados. Así también, puede recurrir a un teléfono inteligente, una tableta o el computador personal para disfrutar de una buena producción.
Y es que para todas opciones hay material, los cines sin importar en que rincón del mundo se encuentren, reciben los filmes de moda en estrenos simultáneos. Pero también, el descomunal crecimiento de la internet pone las películas al alcance de todos, eso sin contar con que, en su mayoría, los filmes rebotan en el invencible muro de la piratería, de donde se esparcen por doquier.
Fusión entre espacio fílmico y el público En los años 90 comenzó la digitalización de imágenes, que cavó la tumba del formato análogo. Así también, surgió el sonido tridimensional, conocido como dolby digital, y la tecnología IMAX, a la que refieren como cine 3d digital.
Guillermo Zea, gerente general
de Cinépolis Guatemala.
También en esa década, los parques temáticos de los grandes estudios estadounidenses lanzaron la tecnología 4DX, la que cuenta con pocos años en Guatemala. Esta sí es capaz de competir con el cine en casa, puesto que cambia la experiencia de ver las películas. Bajo el novedoso formato, el espectador se sumerge profundamente en la proyección de manera realista, como si estuviera dentro.
Con esta tecnología, que produce la sensación de proximidad y hace sentir a los espectadores como si estuvieran rodeados, los objetos se acercan radicalmente al público, quien debido a las bocinas estroboscópicas puede escuchar un trueno como si hubiera caído en la sala del cine; la lluvia, moja; el viento, despeina; un choque, zangolotea, y los perfumes y esencias son perceptibles al olfato, y todo en sincronía con la acción de la pantalla.
Esta experiencia, que manipula el espacio de forma única y despierta emociones sin precedentes, es conocida como háptica, porque “designa la ciencia del tacto, por analogía con la acústica y la óptica”, aunque cabe resaltar que el vocablo aún no está incluido en el diccionario de la Real Academia.
La sala 4DX produce la sensación
de proximidad y hace sentir a los
espectadores como si estuvieran rodeados.
Guillermo Zea González, el gerente general de Cinépolis, comentó que desde el establecimiento de la cadena en Guatemala no han dejado de innovar. La sucursal de Oakland Mall fue coronada el privilegio de una de las dos salas de cine 4DX con que cuentan en el mundo. “La otra se encuentra en San José de Costa Rica”, comenta.
Según explica, fue Cinépolis quien hizo crecer el mercado del cine en Guatemala, ahora con un market share del 60 por ciento. Zea le atribuye el éxito al servicio, la infraestructura, la tecnología y la variedad de bebidas y alimentos. En estos cines, además de saborear los tradicionales poporopos, las gaseosas y los chocolates, también puede consumir alimentos gurmé, como el sushi, que sirven en el recinto VIP.
Las salas 3D ya eran un éxito para Cinépolis, de allí la confianza de invertir en un proyecto más costoso, la sala 4DX de Oakland Mall, que costó más de un millón de dólares, pero que cuenta con una ocupación alta comparada con México y Colombia, “un indicador de que la gente está abierta a la innovación”, recalca Zea.
Cinépolis no permiten el ingreso de mujeres embarazadas, personas como problemas de espalda o corazón y niños menores de 4 años a la sala 4DX. “No es que sea peligroso, pero es una sala de juegos y hay motores que mueven los lotes de butacas para aumentar la emoción y hacer partícipes a los espectadores”, indica.
La tecnología es coreana, en ella intervienen varios proveedores y también personal especializado. Por ello, la introducción del sistema digital y esta sala requirió mucho más equipo de cómputo para la cadena mexicana, además de un cuarto de máquinas. Por ejemplo, debajo de las butacas hay motores y, distribuidos en diferentes lugares, compresores de aire, agua y olores. Por ello se unió a la planilla un equipo de especialistas, lo que ha generado más plazas de trabajo.
A pesar de que hay películas más aprovechables que otras, la sala 4DX siempre ofrecerá emociones al máximo. Así es que, si aún no la conoce, elija la película de su preferencia y disfrute una forma distinta de ver el cine, al que Riccioto Canudo llamó, en 1911, el séptimo arte, porque engloba arquitectura, escultura, pintura, música, danza, poesía y, por supuesto, cine.
Y si es de los que desde hace años no visitan el cine porque sus hijos están pequeños, espere a que concluyan Cinépolis El Naranjo, porque habrá un ambiente con sala junior, resbaladero y juegos para entretener a los pequeñitos que el cine no logra cautivar.
Ileana López
Directora
Revista GERENCIA
gileana@agg.org.gt