“Nací salvadoreña pero soy centroamericana”

Afirma Yolanda Mayora, directora ejecutiva de la Fundación Carlos F. Novella

Un cuadro de Marco Augusto Quiroa, un cactus pequeño, fotos familiares, los libros “En busca de la excelencia” y “Why good people do bad things” se encuentran en la oficina de quien se desempeña como directora ejecutiva de la Fundación Carlos F. Novella.

Yolanda Mayora empieza aclarando no ser guatemalteca. Añade que entre sus convicciones firmes está ser centroamericana y creer en la regionalización y en la integración, pero no solo de la economía ni en la unión aduanera; de hecho, le parece inaudito que lleve 60 años de trabajo con pocos resultados. La ejecutiva opina que Centroamérica es una región “con muchísima potencialidad”, tanto en la integración de las personas como en lo mucho que pueden lograr las pequeñas y medianas empresas de la región, “su mercado natural de crecimiento”.

Yolanda Mayora.
directora ejecutiva de la Fundación
Carlos F. Novella.

Economista graduada de la universidad José Matías Delgado de El Salvador, con cursos en el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae), se desempeñó de 2009 a 2011 como Secretaria Ejecutiva de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca). Allí aprendió que el reto más grande es que “los problemas internos no ahoguen la visión amplia y regional, y eso le pasa a los gobiernos”.

Los problemas como el narcotráfico, la violencia y las maras pueden ser mejor enfrentados de forma regional. Añade que, la región centroamericana es altamente vulnerable y por eso es necesario integrarse ambiental y socialmente para encontrar mejores soluciones a partir de experiencias pasadas. Su visión centroamericanista hizo que se involucrara con la fundación de Voces Vitales en El Salvador y después en Guatemala.

Antes de llegar a este país se desempeñó durante 20 años en la formulación de políticas públicas con distintos gobiernos en El Salvador, aunque nunca formó parte de ningún partido político. “Era una época difícil, estábamos pasando por una guerra civil, había mucho sufrimiento de la gente, problemas económicos y yo pensaba que al ser economista iba a devolver algo al contribuir con el gobierno”. De esa cuenta, renunció a su trabajo en la empresa privada y se involucró en el trabajo con Mirna Liévano de Márquez, su mentora, una mujer que admira y quien le vaticinó que sería ministra, hecho que cumplió años después y que la convirtió en la primera mujer ministra de economía.

Mayora se quedó en la administración pública porque la “atrapó su vocación de servicio”, y aportó en la formulación de políticas que generaron cambios en la macroeconomía y en la estructura del país. Yolanda reconoce que como ministra, asesora de ministras, de presidentes, de juntas directivas y otros puestos en la administración pública, ha roto esquemas y ha abierto espacios a la participación de las mujeres. Para ella, trabajar en el gobierno “no significa llegar a aprovecharse sino llegar a servir, se trata de una carrera de servicio público general”. Mayora dejó la administración pública cuando cumplió los objetivos que se había propuesto.

De alguna forma, ahora en la fundación Carlos F. Novella, ha vuelto a lo que llama “sus raíces” en la iniciativa privada. Para ella es importante la Responsabilidad Social Empresarial, porque es una “forma de devolver a la sociedad y es un tema de sostenibilidad, una estrategia corporativa que no es caridad”.

Madre de una hija y dos hijos, y esposa “de un marido maravilloso”, confiesa que ha tenido conciencia de “alcanzar estas oportunidades que muy poca gente logra”, lo que también le exige mayor responsabilidad porque la convierte en un modelo a seguir. Mayora cree en la participación por cuotas solo como un mecanismo para abrir brechas en algunos países, y señala que para ella el papel más importante de la mujer es su rol en la familia, y debe poder combinarlo con el resto de actividades.

Roberto M. Samayoa O.
Periodista
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.org.gt

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