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Nuevos modelos de negocios dinamizan la economía local

Un movimiento que engloba nuevas prácticas para ahorrar tiempo y aprovechar recursos se abre paso en el país, incorpora nuevas ideas comerciales y mueve capitales de inversionistas locales y extranjeros

La economía colaborativa es un modelo emergente en el ambiente empresarial y económico, capaz de llegar con facilidad a un gran número de usuarios a través de las nuevas tecnologías, puesto que acerca oferentes y demandantes, los agrupa, transforma sus hábitos y gestiona servicios y productos a menores costos.        

A este modelo económico se le asocia con la confianza y la cooperación, así como con una mayor redistribución de la riqueza entre los participantes por medio de intercambios justos, según el documento “Economía social y economía colaborativa: encaje y potencialidades”, elaborado por las universidades de Zaragoza y Valencia, de España.     

Uber y Airbnb son representantes de la economía colaborativa con un impacto positivo. Sin embargo, hay empresas que participan de ese modelo en una escala inferior, asegura María Zaghi, desarrolladora de negocios y experta en tecnología. “Se utilizan bienes y servicios propios, que se ponen a disposición de terceros, para ayudar en redes y obtener una ganancia. La base es apoyar”, detalla.

El modelo de la economía colaborativa está presente en el país desde 2013, pero son las empresas grandes ya mencionadas las que han permitido ver el auge del concepto, debido que impactan comunidades por medio de redes, lo que permite que haya beneficios para el usuario y el proveedor.

Para Vladimir González, desarrollador de negocios en Tech4Mobile, la tendencia es a nivel mundial, y es posible debido al enorme desarrollo de las plataformas tecnológicas que sirven para enlazar a los que ofrecen y demandan nuevas soluciones y productos.

Los nuevos emprendedores buscan este modelo para generar y extraer valor con procesos más eficientes. “Se observa el desarrollo de nuevas prácticas para agenciarse de recursos a través de la renta de vehículos, alojamiento, alquiler y provisión de herramientas y servicios”, enfatizó González. 

 

Nuevas plataformas

La economía colaborativa controla más la experiencia, vincula la oferta con la demanda. Por ello, hay muchos desarrolladores que trabajan en plataformas más especializadas para el comercio electrónico, asegura, Benjamín Sywulka, experto en innovación. “Hay que separar entre las plataformas que ofrecen soluciones sencillas y complicadas debido al nivel de riesgo. La confianza es un factor vital. Hay aplicaciones que han generado confianza porque cuentan con un aval y mecanismo de protección global”, expresa Sywulka.

Inversionistas que analizan el mercado local saben que, invertir en nuevas empresas puede generar rendimientos más altos que las inversiones tradicionales. “Hay inversiones millonarias en Guatemala, aunque los proyectos colaborativos no son muchos, pero buscan nuevas rutas. Hay pequeños emprendimientos que han recibido entre US$10 mil y US$50 mil como capital semilla. Esas inversiones privadas permiten generar nuevas soluciones que fortalecen el ecosistema”, agrega González.   

¿Y el crowdfunding?

La financiación colectiva conocida como crowdfunding también desarrolla negocios colaborativos, involucra a comunidades y redes, pero en Guatemala las leyes contra el lavado de dinero son muy fuertes, según los analistas, por lo que no es fácil desarrollar ese tipo de colaboración, aunque hay empresas que han empezado a mediar y a trabajar con ese concepto.

“En México se crearon leyes para que el crowdfunding fuera parte de la red de negocios. Pero en Guatemala este tipo de leyes no se han creado. Es necesario que se implementen este tipo de reglas que regulen esta actividad, en beneficio de las comunidades, emprendedores y empresarios, porque en otros países es un pilar de crecimiento”, asegura Zaghi.

Para González, la sociedad no está abierta ni preparada para el crowdfunding, ya que está basado en la confianza y el prestigio de los emprendedores. Mientras que, en otros países, ha crecido rápido y ha sido efectivo, en Guatemala su adopción ha sido muy lenta por la desconfianza, ya que los inversionistas quieren respaldarse con activos o bienes materiales de los interesados.

La economía colaborativa ha tomado fuerza y ofrece más incentivos que otros modelos, aunque   lo más complicado es que en el país no hay una cultura de confianza, lo que limita el desembolso de capitales y muchas ideas no se terminan de desarrollar, expresa Sywulka.

Experiencias colaborativas

Pablo Sierra, fundador de Tugo, plataforma que conecta viajeros con guías turísticos locales, señala que Hugo, Uber Eats y Glovo, son responsables de socializar la economía colaborativa de manera efectiva. “El país está listo para conectar personas con negocios y personas con más personas y escalar en diferentes industrias y nichos con este modelo”.

La economía colaborativa logrará que el sector turístico crezca y que sea parte de la mejora de ingresos para el sector y los que decidan aprovechar sus recursos y ponerlos al servicio de la comunidad por medio del modelo, enfatiza Sierra.

Aunque en Centroamérica no hay una base sólida ya se ven negocios exitosos en el área, asegura Louis Prouvost, fundador de Traeguate, una plataforma de carpooling. El emprendedor considera que, se trata de poner un bien personal a disposición de la comunidad y beneficiar a más personas, a cambio de una ganancia. “Hay un gran potencial de negocio en la economía colaborativa, el carpooling beneficia porque reduce el tránsito de vehículos. La concentración de vehículos en Guatemala genera una buena expectativa para nuestro negocio”. 

Las redes horizontales, la participación de la comunidad y el aumento de la confianza entre proveedor y consumidor, así como la adaptación de nuevos modelos empresariales y de consumo, dinamizarán más las transacciones comerciales en beneficio de la economía local. “Se deben crear ecosistemas que beneficien a los emprendedores y pequeños empresarios. Es necesario vincular los servicios con las nuevas tecnologías, para que la estructura crezca y permita un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles. Urge incorporarse a los nuevos modelos de negocios para que el país crezca más”, concluye González.

 

Guillermo Ramírez
Periodista
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt

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