Del sueño de un emprendedor nace una exitosa cadena de gimnasios en Guatemala

Salud y bienestar a precios accesibles es la promesa de Smart Fit para el país

Diego Santizo es un emprendedor guatemalteco, el creador de los gimnasios Go Fit, que posteriormente se transformó en la cadena Smart Fit, y el protagonista de una historia inspiradora. A los 22 años comenzó un negocio promisorio, antecedido por otros emprendimientos que puso en marcha desde los 15 años, el primero de ellos de venta de dulces al por mayor.

Una mirada hacia el pasado
En la escuela de la vida, Santizo aprendió a sortear los obstáculos, las limitaciones y los inconvenientes para ir detrás de sus sueños. En la etapa universitaria, cuando estudiaba arquitectura, desarrolló varias empresas con sus hermanos y sus compañeros, esto lo motivó a un cambio de carrera. Fue así como se convirtió en uno de los primeros egresados de la licenciatura en Emprendimiento y Negocios, de la Universidad Francisco Marroquín.

Estos conocimientos, aunado a la constancia y el espíritu emprendedor que lo caracteriza, le han permitido liderar varios proyectos. Siendo el más exitoso, la cadena de gimnasios Smart Fit, empresa que nace de su gusto por los deportes y la actividad física y de su sueño por desarrollar un modelo que ofreciera calidad, rentabilidad, ambiente agradable, atención de primera y precios asequibles. “Mi sueño era aportar salud y bienestar a todas aquellas personas que no tenían acceso a este tipo de instalaciones, por su alto costo”, comenta. Es así como este emprendedor ha contribuido a mejorar la calidad de vida de muchos guatemaltecos.

Viabilidad del negocio
Antes de materializar su idea, Diego y sus socios investigaron el mercado de los gimnasios y comprobaron que, en 2017, menos del 1% de los guatemaltecos estaba inscrito en uno. Al comparar esta cifra con el porcentaje de penetración de otros países, descubrió un potencial muy interesante. En Estados Unidos esta cifra ascendía al 20%, en Alemania al 14%, en Brasil al 5% y en México al 3%.

Así confirmó que, con el paso del tiempo, las personas han desarrollado mayor consciencia de la relación que existe entre el ejercicio físico, la salud y el bienestar personal, y con ello ha mejorado el crecimiento de los gimnasios en los últimos años. Así ha sucedido en Guatemala, en donde hoy en día, se pueden encontrar en las disciplinas crossfit, pilates y ciclismo, por mencionar parte de la variedad.

Por otro lado, el factor competencia fue un componente importante en el estudio de Santizo. Uno de los elementos diferenciadores con su propuesta es el costo. Los gimnasios de precio alto estaban entre US$70 y US$100 mensuales y los de precio bajo entre US$40 y US$55, rangos que van de entre buena calidad y estructura sobresaliente a mala calidad y estructura deficiente. Antes de Go Fit, ahora Smart Fit, si el consumidor quería disfrutar de una estructura agradable y bien equipada, debía pagar un precio alto, pero Diego cambió ese paradigma y sus gimnasios, con diseños modernos y bien equipados, ofrecen membresías que van de entre los $20 y $25 mensuales.

Primeros pasos
Con la información recabada, Diego se propuso desarrollar un modelo innovador, ganador y disruptivo, rentable para los accionistas y atractivo para los clientes y consumidores. Así nació la Go Fit, la marca utilizada en la etapa inicial de los gimnasios.

Esta proponía un negocio de más de 1,200 visitas diarias, con locales equipados con maquinaría de alta gama y la atención de solo 15 personas del staff. Así podían ofrecer a los clientes precios desde los Q5 diarios. Para hacerlo posible, se requería un diseño inteligente que aprovechara de mejor forma el espacio, así como 18 horas diarias de operación, preventas enfocadas en abrir los gimnasios con una importante cantidad de clientes y opciones de financiamiento de los equipos para el ejercicio.

A estos elementos hacía falta agregar uno vital, que un joven de 22 años fuera tomado en serio para que los accionistas invirtieran en su idea. Pues, al no contar con el capital inicial, ni con la experiencia laboral, tenía que poner en práctica su creatividad para echar andar una idea tan ambiciosa.

Con gran ilusión de abrir los gimnasios, Diego y sus socios buscaron inversores. Con transparencia, seriedad y convicción, consiguieron el capital inicial, un riesgo altísimo para su corta edad. El primer Go Fit abrió sus puertas en Tikal Futura, con 2 mil personas inscritas en preventa dos meses atrás. Un año después, abrieron un segundo más grande, esta vez en el centro comercial Rambla 10, en la zona 10 capitalina, con 2 mil 600 personas inscritas en preventa.

En solo dos años, hicieron un nuevo levantamiento de capital, con una valuación de 10 millones de dólares. Así aumentó la credibilidad y surgió una nueva etapa de crecimiento que se cruzó con la posibilidad de la llegada a Guatemala de Smart Fit, la cadena de gimnasios más grande de Latinoamérica. Esto los enfrentó a la disyuntiva de seguir creciendo a punta de esfuerzos propios o aliarse con la exitosa cadena de gimnasios, con sede en Brasil.

Su olfato empresarial lo condujo a compartir la aventura como franquiciado de la cadena Smart Fit, lo que produjo crecimiento. Abrieron así, los primeros cinco nuevos gimnasios en Guatemala y enfocaron sus esfuerzos de expansión hacia el hermano país, El Salvador, a principios del año 2020. Liderados por Javier, el hermano mayor de Diego y cofundador de la empresa, en cuatro años, lograron posicionar nueve gimnasios en El Salvador, con 25 mil clientes.

El negocio estaba en su mejor momento cuando surgió la crisis que socavó y puso a prueba al mundo, la pandemia por el Covid 19. En esos días habían recibido un capital para crecimiento que tuvieron que convertir en un rubro para operación, pues sus colaboradores, a quienes considera familia, no dejaron de percibir el salario pactado por varios meses.

Así también, buscaron, junto con otros gimnasios del país, crear la Gremial del Fitness para concientizar sobre la importancia de reabrir al público, mientras ofrecían clases gratuitas en línea, para no perder a los clientes y seguir posicionando la marca. Los gimnasios cerraron sus puertas por 7 largos meses. Pero, luego crearon un “ambiente seguro”, más descuentos y promociones, para reactivar poco a poco la operación.

Como dice el refrán, después de la tormenta viene la calma. En la actualidad, después de sortear varios desafíos, Smart Fit cuenta con 40 gimnasios, 31 en Guatemala y 9 en El Salvador. “El plan es seguir creciendo a ritmo acelerado en los próximos años, porque el potencial del mercado es inmenso”, comenta Santizo a Gerencia.

El tiempo le ha demostrado a Diego que tomaron la mejor decisión al unirse con la compañía de América del Sur. “Hemos aprendido muchísimo de la mano de Bioritmo, la empresa madre de Smart Fit en Brasil”, puntualiza. Y agrega que, gracias a esta unión con Smart Fit, ahora pueden contar con las más recientes tendencias en salud y entrenamiento, las mejores prácticas de cultura organizacional y las mejores prácticas para optimizar los gimnasios y brindar una experiencia excelente, una promesa valiosa que contribuye a la salud de los guatemaltecos.

Ileana López
Periodista
Revista Gerencia
editorialgerencia@agg.com.gt

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