Viviendas de bajo costo resuelven problemas mayores
Alrededor de Q40 mil quetzales se financian a cada familia de escasos recursos para la obtención de una vivienda
Luis Samayoa, director nacional de H‡ bitat para la Humanidad.
Con más de 43 mil familias beneficiadas con una vivienda y un ritmo de crecimiento de más de 10 mil construcciones en los últimos tres años, Hábitat para la Humanidad Guatemala ha unido a personas construyendo casas y esperanza durante 33 años. En 2015 esperan entregar la casa número 70 mil.
En Guatemala, más de 1.7 millones de familias carecen de vivienda, otros de la propiedad legal de la tierra y de acceso a los servicios básicos. Ante esto, Hábitat para la Humanidad Guatemala pretende mejorar la situación a través del financiamiento, de la construcción de casas nuevas y de la reparación de las existentes, además de dar asesoría y capacitación para que las familias mejoren su calidad de vida.
“No fomentamos el paternalismo, no damos efectivo sino materiales de construcción a la familia que participa construyendo. Además facilitamos asistencia técnica y maestros de obra. Lo único que pedimos es que la familia sea dueña del terreno y que tenga capacidad de retornar el valor de los materiales”, dice el director nacional de la entidad, Luis Samayoa.
Los pagos forman el Fondo Rotativo para la Humanidad, que sirve para que el proyecto no se detenga y se cumpla el principio de solidaridad entre la comunidad. Además, del financiamiento para los materiales, los beneficiarios reciben la mano de obra de los voluntarios, se capacitan en temas de construcción y gestión del riesgo, entre otros.
Vivienda en nueve diseños
Hábitat ofrece casas que van desde los 22.75 metros cuadrados de construcción hasta los 50, en donde se incluyen de dos a cuatro ambientes y un baño. Se ofrecen nueve diseños distintos, que van ligados a la capacidad de pago. El promedio nacional del valor de una casa es de Q40 mil.
El deseo de Hábitat es ayudar a las personas que no poseen ingresos suficientes para ser calificados como sujetos de crédito. “Los bancos piden del 25 al 30% de los ingresos de las familias, nosotros un 20% porque no queremos presionarlos tanto. Los pagos mensuales oscilan entre Q250 y Q650, según el tipo de casa”, explica Samayoa.
La familia también puede comenzar con un módulo básico, “y cuando ha pagado el 50 por ciento del total se le ofrece una ampliación para que alcance los 50 metros cuadrados”, agrega el entrevistado.
Hábitat también ofrece mejoramiento en las viviendas, como colocación de pisos, cernido de paredes, remoción de techos, puertas, ventanas y servicios básicos, como baños, tanques de captación de agua, ampliación y terminación de obras.
Samayoa también refiere al Programa de Atención para Familias en Extrema Pobreza, que nació hace dos años y que cuenta con una proyección para tres más.
El objetivo es mejorar la calidad de vida a través de cinco intervenciones puntuales: la colocación de una estufa ahorradora de leña, un filtro de agua, aplicación de cernido en paredes y la puesta del piso, del techo y de una letrina.
El programa arrancó con la promesa de 5 mil estufas en 5 años; sin embargo, la demanda ha sido mayor, y en tan sólo 24 meses se han instalado 6 mil estufas en Sololá, Quiché, Chimaltenango, Jutiapa, Santa Rosa, Zacapa y Chiquimula. El programa privilegia la organización comunitaria.
Para colocar las estufas, un técnico de Hábitat visita la comunidad y enseña a hacer los adobes que servirán para construir la base de la estufa y para hacer reparaciones. La gente aprende a catalogar la arcilla, a nivelar el piso y a montar la plancha. En ese momento, se les pide el 25% del valor de la estufa.
Para el filtro de agua se debe pagar el 50% del costo. Para el piso, si por ejemplo vale Q2 mil, se subsidian Q500 y la familia paga Q1,500; si no pueden dar esta cantidad se les otorga un micro crédito. En el caso de la letrina el pago es total. En todo el proceso, que dura unos tres años, es vital el acompañamiento para romper el círculo mental de la pobreza.
El trabajo de Hábitat Guatemala se enfoca en el área rural, por el adecuado tamaño de los lotes. En la capital frecuentemente son de 4 metros de frente por 10 de fondo, y no se adaptan a los diseños establecidos. Para subsanar este aspecto, la ciudad cuenta con 20 colonias y otras dos en construcción.
La institución, como parte de su portafolio, ofrece también un programa de atención de desastres. Por ejemplo, durante el paso de la Tormenta Agatha, Hábitat y la Cámara de Industria, Lloyd’s Bank y Cementos Progreso donaron 150 casas en áreas afectadas por el fenómeno.
Habitat financía la construcción de viviendas de bajo costo a los guatemaltecos de escasos recursos, además recibe mano de obra de personas locales y extranjeros.
Mejor respuesta
Hábitat invierte anualmente más de 65 millones de quetzales entre materiales y servicios, monto que proviene del Fondo Rotativo y de donaciones locales e internacionales. Además crea fuentes de empleo para más de 600 maestros de obra. Asimismo, los voluntarios representan un millón de dólares para el sector turismo.
La meta para 2015 es alcanzar las 70 mil casas construidas o mejoradas, lo que implica duplicar el número de soluciones habitacionales construidas hasta 2011, cuando se hicieron 4,800. Para 2013 se espera continuar con el crecimiento en escala y alcanzar las 10 mil unidades más de viviendas.
Anualmente llegan al país más de 90 grupos de voluntarios de Estados Unidos, Canadá y Europa, quienes pagan su boleto, estadía y dejan aportes para recaudar más fondos.
Su papel primordial es reducir los tiempos de construcción y trabajar junto con las familias. Previo a ello son capacitados en aspectos de albañilería y lenguaje propio del lugar, así como en nombres de los materiales de trabajo.
Al hablar de Voluntariado Nacional se explica que el año pasado participaron 1,200 personas locales y 1,600 extranjeros. Este año se dice que los internacionales van a rondar los 2,200 y los nacionales los 1,500. Cada primer sábado del mes se abre en la página de Hábitat una invitación para quienes deseen agregarse a la “Unidad Abierta de Construcción”, como voluntarios para construir.
La semilla que sembró el fundador de Hábitat Guatemala continúa dando frutos. El proyecto que nació en 1979 -y que entregó la primera casa a la familia de Pedro Mendoza, en Aguacatán, Huehuetenango, el 3 de marzo de 1980- ha germinado con la construcción de 45 mil viviendas en todo el país, estadística a septiembre de 2012.
Con 17 oficinas y 125 comités locales, se calcula que Hábitat ha beneficiado a más de 270 mil personas. Cifra que representa el 10% del total mundial de soluciones de vivienda que ha otorgado Hábitat para la Humanidad a nivel Internacional.
Victoria Alvarado
Periodista
Revista GERENCIA
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