Comercio, factor clave para el desarrollo guatemalteco
Se prevé un crecimiento menor al 3.9% en 2015
El comercio se vincula con el intercambio de bienes y servicios, e incluye las actividades que facilitan la dinámica de este intercambio, con lo que se produce la mayor felicidad y utilidad del ser humano.
La ciencia económica, a partir de teorías, principios y modelos que tratan sobre los procesos de mercado, intenta explicar cómo se crea la riqueza, cómo se distribuye y cómo se asignan los recursos para atender a las necesidades y deseos humanos. Por su parte, el comercio profundiza en la distribución de los bienes y servicios producidos por los agentes económicos.
El comercio puede ser externo, entre personas que residen en diferentes países, o interno, entre personas que residen dentro de un mismo país. La lógica y los beneficios son los mismos.
En el caso de Guatemala, el comercio externo, o sea la suma de las exportaciones e importaciones, alcanzan aproximadamente el 60% del valor del Producto Interno Bruto (PIB). En términos del valor del comercio exterior en relación al tamaño de la economía guatemalteca, la suma de las exportaciones e importaciones representa aproximadamente un 56.3% del PIB, muy por encima del 40% que se registraba en los años cercanos a la caída del Muro de Berlín, 1989, fecha del comienzo de la más reciente ola de globalización.
No obstante, al comienzo del Siglo XXI, en el índice de apertura comercial Guatemala alcanzaba cerca del 70% (2001). Desde entonces, la cifra ha ido bajando.
La caída relativa en la participación del sector externo en relación a la economía guatemalteca refleja un lento crecimiento de las exportaciones e importaciones en el país.
El menor crecimiento de las exportaciones de Guatemala para el período de 2015-2020 coincide con el menor crecimiento en el volumen del comercio mundial previsto para el mismo período. Respecto a los años previos a la crisis económica mundial, o sea 2003 a 2008, hubo tasas de crecimiento de más del 5%, incluso se registra una de dos dígitos, mientras la expectativa mundial es de un poco menos del 5% en el crecimiento promedio anual de entre 2015 y 2020. El crecimiento promedio anual en el comercio mundial bajó de entre el 3.5% y 4% en los años siguientes a la crisis mundial.
En los años previos a la crisis económica mundial (2009, 2003-2008), el promedio simple anual del crecimiento en el volumen de las exportaciones de Guatemala era de 5.25%. En el siguiente período, de 2009-2014, el ritmo de crecimiento en el volumen de exportaciones se registró en un 1.9% promedio anual para dicho período, con una reducción en el crecimiento anual de -63.8%.
Afortunadamente, se proyecta que la tasa de crecimiento en el volumen de exportaciones se recuperará a 4.46% para el período 2015-2020. Vale recordar que esto es casi un punto porcentual menor que el crecimiento promedio en el volumen de las exportaciones de lo que se veía en los años 2003-2008, años donde también se gozaba de mayores precios por los commodities que figuran en la canasta de exportaciones de países latinoamericanos, como Guatemala.
El Fondo Monetario Internacional posee varios índices para medir la evolución en los precios de varios commodities. En el índice de precios de alimentos, cereales, bebidas, materias primas, las expectativas son que los precios se mantendrán a la baja en el período de 2015 a 2020.
Se espera que el precio del petróleo se mantenga bajo en los próximos años, que es bueno para países importadores netos de petróleo, como Guatemala. No obstante, la medida golpeará a las grandes economías de la región Latinoamericana que dependen de los ingresos de las exportaciones de petróleo, como México y Venezuela. El menor crecimiento económico de México impactará negativamente en las exportaciones de Guatemala a ese país vecino.
El volumen de las importaciones de Guatemala crecerá a un ritmo promedio anual de 5.84% en el período 2015-2020, según cálculos hechos con previsiones del Fondo Monetario Internacional, una tasa incluso mayor a la de 5.36% promedio anual que se espera para la región Centroamericana. Esto representa un crecimiento promedio anual de más del doble de lo que se vio en los años 2003-2008, cuando la variación interanual promedio fue de 2.44%. Este dato es curioso, dado que Guatemala creció a un ritmo un poco más fuerte en 2003-2008 (3.98%) versus lo que se espera para 2015-2020 (3.91%), por lo que debiera aumentar el consumo doméstico de bienes importados. En el período 2003-2008, las importaciones de Guatemala crecieron a menor ritmo que la región, que registró una variación interanual en el volumen de las importaciones de 5.97%.
El comercio permite que los consumidores puedan accesar a mayor oferta de bienes y servicios, a menores precios.
En el balance comercial, Guatemala registraba un déficit promedio anual de -4.66% del producto interno bruto en el intervalo 2003-2008. Por la desaceleración económica mundial y nacional en el siguiente período 2009-2014, el déficit comercial se redujo a -1.9% del PIB. Para el período 2015-2020 se espera un déficit de -2.05% del producto interno bruto, reflejo del lento crecimiento mundial y nacional esperado.
Los beneficios del comercio son bien conocidos por los economistas. El comercio/ intercambio promueve la especialización; es decir, una mayor productividad que permite que los consumidores puedan accesar a mayor oferta de bienes y servicios, a menores precios. El comercio beneficia a los consumidores más pobres, al reducir los precios y mitigar la escasez de productos y servicios locales.
El comercio al por mayor y al por menor en Guatemala representaba en el período 2002-2012, en promedio anual, un 15.3% del producto interno bruto del país, según cálculos hechos con datos reportados por el Banco de Guatemala. No obstante, su participación en la economía nacional bajará al 11.5% del PIB, en 2015, según estimaciones del Banco de Guatemala. Esto se debe al mayor repunte de las industrias manufactureras, los servicios privados y la agricultura y pesca, que lograron representar el 17.6%, 15.8%, y 13.7% del PIB, respectivamente.
En términos nominales, el comercio crecía a un ritmo anual promedio del 13% en 2002-2014, período en el que hubo una inflación promedio anual de 5.8%, según cálculos hechos con datos del Fondo Monetario Internacional. No obstante, se prevé un crecimiento menor al 3.9% en 2015, muy por debajo del desempeño histórico de este sector.
En promedio, los distintos sectores convencionales de la economía guatemalteca crecerán a un ritmo de 4.6%, en 2015, mientras que, a principios de este año, se esperaba un crecimiento de la economía de entre 3.6% a 4.2%. Sin embargo, dado los revuelos políticos que pasó Guatemala en 2015, año electoral, se espera un cierre más moderado, de entre 3.6% y 4%.
Así, la explotación de minas y canteras se estima crecerá a 5.8%, la intermediación financiera y los seguros al 10.6%, el suministro de electricidad y captación de agua al 4.7%, todos por encima del ritmo de crecimiento esperado para el comercio al por mayor y al por menor.
Las barreras al comercio interno se pueden clasificar en tres: infraestructura, cultura y barreras institucionales.
Las barreras al comercio e intercambio en países latinoamericanos son legendarias.
Los latinoamericanos, y en particular, los centroamericanos, son extremadamente inseguros.
Los empresarios de la región, mientras hablan contundentemente sobre las necesidades y bondades de la competencia en una economía de libre mercado, suelen arreglárselas por la vía política para que no tengan que competir según las reglas de lo que pudiera ser un libre mercado.
Esto ocasiona rentas oligopólicas tremendas paras las empresas locales, que curiosamente obtienen apoyo de importantes sectores políticos nacionales, dado que las empresas dominantes son nacionales, y, por ende, merecen protección y privilegios nacionales.
La cultura del nacionalismo económico latinoamericano es lo peor que puede haberle pasado a la región latinoamericana. La noción de que habría que proteger la economía nacional en verdad se derivó de un sentimiento nacional mal planteado. Según el argumento proteccionista, Guatemala se beneficiaba de no tener productos extranjeros baratos en su mercado.
Esto ocasionó el esfuerzo catastrófico de tratar de lograr la autosuficiencia de parte de las grandes economías latinoamericana. Las consecuencias no intencionadas de impulsar la autosuficiencia comercial de Guatemala incluyen a los muertos de hambre. Para que Guatemala ocupe su debido lugar en la jerarquía de países competitivos en el mundo, se tendrá que volver cada vez más competitiva, cosa que solo podrá hacer exponiéndose al comercio, tanto nacional como internacional.
Nicholas Virzi Arroyave
Colaborador
Revista GERENCIA
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