Seguridad, datos para modificar percepciones

La tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes en la región es considerada una epidemia

Quienes habitan en la ciudad Guatemala y sus alrededores perciben que viven en un entorno violento. La construcción social de la idea de un entorno inseguro acompaña a la ciudadanía guatemalteca desde las últimas décadas del siglo pasado cuando aparecieron, entre otros, garitas y talanqueras, empresas de seguridad y tecnología enfocada en la vigilancia. Detrás de la idea de inseguridad se encuentran los miedos, a lo conocido y a lo desconocido. Y, por lo general, a más miedo se percibe más inseguridad. en la misma época y en el mismo entorno urbano no se apreciaba inseguridad, se hablaba de violencia y de conflicto armado, pero se observaba de lejos, casi en otro país.

Para el Programa de naciones Unidas para el Desarrollo (PnUD) en el informe regional 2013-2014, Seguridad ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para américa Latina, la seguridad “es el resultado de una política que oriente hacia una estrategia integral que incluya la mejora de la calidad de vida de la población, la acción comunitaria para la prevención del delito y la violencia, una justicia accesible, ágil y eficaz, una educación que se base en valores de convivencia pacífica, en el respeto a la ley, en la tolerancia y en la construcción de cohesión social”.

Es decir que, un entorno seguro no es solamente aquel en el que se hayan reducido los índices de delito y violencia. Según el mismo informe, la violencia es el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga mu chas probabilidades de usar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.

Abordar la inseguridad y la violencia desde la percepción de la ciudadanía es importante, según el informe del PnUD porque refleja la forma como las personas se desarrollan y se relacionan con su entorno. es la percepción de inseguridad lo que hace que las personas en Latinoamérica, según el informe de marras, limiten sus lugares de recreación o que solo el 43.4 por ciento se sientan seguros al caminar solos de noche por la ciudad o el área que habitan, o que el 65 por ciento haya dejado de salir de noche por inseguridad y que el 13 por ciento haya sentido la necesidad de cambiar su residencia por temor a ser víctima del delito. La inseguridad es un problema regional.


Carlos Mendoza, del CABI.

Abordar la inseguridad desde los datos duros refleja otra realidad. a veces se percibe más inseguridad pero los datos dicen lo contrario. O a veces los datos confirman la percepción. Para muestra un botón: en Latinoamérica, la tasa de homicidios aumentó en un 12 por ciento en una década, aunque hay casos en los que las tasas de homicidios reflejan “caídas sustanciales”, como son Guatemala y el Salvador.

Francisco Jiménez, experto en seguridad de interpeace, señala que la percepción de seguridad de la ciudadanía está relacionada con el aumento o disminución de las extorsiones y los homicidios. “Si hay una reducción de tres o cinco homicidios al día, aunque sea importante, esto no tiene un impacto en la percepción de la ciudadanía”.

Un análisis integral de la violencia debería incluir datos de distintos delitos los cuales el  PnUD aglutina en lo que llama las seis amenazas principales: delito callejero, violencia y delito callejero ejercido en contra y por los jóvenes, violencia de género, corrupción, violencia ilegal por parte de actores sociales y delincuencia organizada.

Carlos Mendoza, de central american Business intelligence (caBi), señala que actualmente solo manejan tasas sobre homicidios que son las que se usan “para medir la violencia de mejor forma”, porque en todos los demás delitos los datos no son compatibles con la realidad, debido a que hay muchos subregistros y a la falta de denuncia.

“Solo con una encuesta de victimización bien hecha se podría saber el dato real más cercano a la realidad, pero en Guatemala solo se ha hecho una encuesta de victimización del municipio de Guatemala, la que se presentará en febrero de 2014”.

La estadística

Tasa de Homicidios en Guatemala por cada 100 mil habitantes 2008-2013

La población percibe que la violencia aumentó en Guatemala durante 2013; sin embargo, los datos reflejan lo contrario. Mendoza señala que ellos realizan la medición de homicidios en Guatemala cruzando los datos de la Policía nacional civil (Pnc) y del instituto nacional de ciencias Forenses (inacif), ya que ambas fuentes miden el mismo fenómeno pero de manera distinta.

La Pnc reporta homicidios y el inacif reporta necropsias. algunos heridos reportados por la Pnc luego se reportan como necropsias por el inacif, quien a su vez dentro de las necropsias incluye suicidios y accidentes violentos de los que no se cuenta con certeza que sean homicidios dolosos, añade. aunque son datos distintos, ambos guardan una correlación del 90 por ciento lo que permite comprobar que ninguna de las dos fuentes miente.

Para analizar lo que sucedió en 2013 hay que y tener en cuenta lo que sucedía en agosto de 2009, “el peor año de todos los recopilados por caBi”, en el que las tasas de homicidios estaban por encima de las tasas de 2013.

Los años 2010 y 2011 “fueron buenos”, añade Mendoza. el año 2012 venía con una tendencia a la baja, entre el gobierno de Otto Pérez y sigue con esa tendencia durante los primeros cinco meses, hasta mayo de 2012 cuando comienza a subir. en 2013 aunque la tendencia seguía siendo a la baja, los datos estaban por encima de lo reportado en 2012 y esto fue lo que despertó las alarmas y creó la preocupación de que 2013 sería peor que el año anterior.

El problema es que 2013 comenzó con puntos altos y no con bajos. Sin embargo, aunque los primeros meses reportaron tasas altas de homicidios, luego el año se niveló y “los meses de octubre y noviembre fueron buenos, y diciembre fue muy bueno hasta el punto de que fue el mes menos violento de los últimos 60 meses”, lo que compensó los meses malos del principio. La tasa de homicidios de 2013 quedó igual a la de 2012.

Mendoza es enfático al señalar que no se puede decir solamente que la violencia sube o baja porque aumentaron los homicidios o el número de necropsias de un día, sino que se debe tener considerar si la tendencia es hacia el aumento o hacia la disminución y si el cambio es estadísticamente significativo.

“Yo estaría preocupado si la tendencia al comienzo de 2014 fuera para arriba, pero es hacia abajo”, añade. Jiménez señala que es un error llamar a este gobierno de “mano dura” ya que este concepto aplicado en Honduras y el Salvador, ha implicado la adopción de medidas drásticas y la aplicación de leyes estrictas que no han sucedido en Guatemala.

Para Jiménez, el éxito en la reducción de los homicidios se ha dado a partir de una mejora del trabajo coordinado entre el Ministerio Público y la Policía nacional civil. “La desarticulación de estructuras es el resultado del trabajo de las fuerzas de tarea y de una coordinación muy buena que empezó con el gobierno anterior y que ha continuado”, añade.

Una de las críticas a la postura de ver solamente los datos estadísticos es que se olvida que detrás de cada dato hay una persona muerta y detrás cada persona un entorno de personas violentadas. Mendoza es consciente de esto, aunque también reconoce la importancia de revelar cuántas vidas se salvaron, “cada vez que las tasas se bajan se están salvando vidas”, añade.

Para el PnUD la inseguridad es un elemento importante que frena el desarrollo porque limita las opciones, las libertades y las capacidades de las personas y no permite que se tenga una vida digna. es una verdad evidente, en Guatemala la inseguridad es uno de los principales frenos para el desarrollo.

Roberto m. Samayoa O.
Periodista
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.org.gt

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