El costo de la salud laboral

Repercute en la misma productividad

Las ausencias y las incapacidades representan un costo importante para cualquier empresa; sin embargo, está comprobado que en muchos espacios laborales están asociadas a la desvalorización del recurso humano.

La falta de motivación, de planificación, de visión por parte de los jefes o de capacidad para hacer de la empresa el mejor lugar para trabajar, repercute en la salud de los trabajadores. Por ejemplo, los dolores de espalda, las contracturas, el túnel carpiano y la fatiga visual son comunes para quienes pasan muchas horas del día frente a un computador. Pero, aunque el tiempo de exposición a estos equipos suele ser extenuante, la situación empeora cuando la pantalla no está a la altura ni a la distancia recomendadas.

Generalmente, en muchos lugares de trabajo el mobiliario no cumple con las condiciones ergonómicas mínimas requeridas para el uso de un computador, de allí que, los trabajadores resulten con cansancio, malestar en los ojos o molestias en los músculos. Cabe recordar que, aunque el ojo se adapta a una distancia entre 33 y 74 cm hasta la pantalla, lo ideal es que el ordenador esté a entre 46 y 56 cm de los ojos, y que las piernas permanezcan en un ángulo de 90 grados. Aún con ello, es importante cambiar constantemente de posición, hacer ejercicios musculares y moverse.

Otro caso a resaltar se da ante la falta de ventilación. En su ausencia, las empresas recurren a ventiladores o al uso del aire acondicionado, y el abuso de estos aparatos provoca resequedad en las mucosas nasales y esto a su vez desencadena afecciones como rinitis, que aunque no discapacita a las personas, sí modifica sus presupuestos.

Por otro lado, si el clima laboral -el medio ambiente humano y físico en el que desarrolla el trabajo- es viscoso, conduce a las personas a experimentar fatiga, aburrimiento, frustración, desinterés por lo que hacen y hasta enfermedades gastrointestinales. Lo que también genera estrés, un padecimiento que acarrea cefaleas tensionales, migrañas, úlceras estomacales, brotes en la piel y hasta disminución de la satisfacción laboral.

Los índices de enfermedades ocasionadas por el estrés laboral van en aumento, y no se relacionan únicamente con la carga de trabajo sino con la sensación de bienestar. El pico máximo de complicación es conocido como neurosis, hipertensión e infartos.

La buena noticia es que muchas veces con pequeños detalles se puede mejorar el clima de una empresa, “no es necesario poner mesas de billar, ni regalarle a cada empleado una tableta último modelo”. Entre ellas, el sitio entrepreneur.com recomienda instalar una cafetera, ofrecer un servicio de comedor, decorar el espacio físico, realizar actividades fuera de la oficina, impulsar actividades sociales o proambientales, actualizar continuamente los programas y equipos, no prohibir que la gente revise sus redes sociales, ofrecer horarios flexibles, crear proyectos que no estén relacionados con el trabajo y motivar la salud del equipo.

Los gerentes deben crear ambientes de trabajo óptimos para la salud del trabajador.

De allí la importancia para los gerentes de crear ambientes de trabajo óptimos para la salud del trabajador. Los que van a traducirse en productividad laboral. El otro cincuenta por ciento de la responsabilidad es asunto del trabajador, quien debe apropiarse de hábitos que beneficien su productividad, como evitar la ingesta de comida chatarra, dormir las horas necesarias para recuperar energías, no caer en el sedentarismo y procurar un manejo inteligente de las emociones.

Las presiones en el trabajo siempre van a existir, pero con un poco de interés por parte de los gerentes y un poco de responsabilidad por parte de los trabajadores respecto a su salud, la más beneficiada será la productividad de la empresa y el bienestar de cada una de las personas que la conforman.

Revista GERENCIA
Con información de
www.entrepreneur.com/
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