Antiguo y moderno es el nuevo Ezenario Histórico

La casa de la Antigua Guatemala en donde se celebran actividades sociales

Andrea González es una de las arquitectas que diseñó el Ezenario Histórico.

Un equipo de arquitectos liderado por Andrea González, y en el que participó Alejandro Flores y Mario Rodas, convirtió un rincón de la Antigua Guatemala en un verdadero Ezenario Histórico, pero en uno en el que convergen dos épocas distintas, definidas por contrastes arquitectónicos de diseño y color. Por ello, en esta colosal vivienda, que fue adaptada para dar cobijo a las actividades sociales de los guatemaltecos, convergen las características paredes de adobe y piedra del Siglo XVII, con vidrio templado y metal, por mencionar algunos materiales del Siglo XXI.

Esta fue una idea poco común en la ciudad colonial, pero original y con la que sus diseñadores se anotaron un éxito, ya que el Ezenario Histórico sobresale por ofrecer algo distinto, una propuesta que despertará la curiosidad de más de uno. González dice, “quisimos fusionar dos épocas”, y agrega que, en la casa hay muros de 400 años, ladrillos que llegaron unos años después y pisos modernos que no existían hace 200 años, con lo que contrastan dos épocas.

“Si uno viene a la Antigua en cualquier lado puede encontrar azulejos pintados a mano. Son hermosos, pero aquí queríamos mostrar lo nuevo, materiales de moda como la concha nácar, los pisos con distintos formatos: alargados, cuadrados, en vidrio, etc.”, dice la entrevistada al mismo tiempo que muestra la singular belleza del lugar.

Un recorrido por la casa

La puerta es una antigüedad en madera que posee unos 7 metros de alto. En ella ingresaban los lugareños a un antiguo hospital, porque hace unos 400 años figuró el Hospital de América, hasta el terremoto que lo claudicó para posteriormente convertirse en un centro de negocios, en donde hubo un restaurante, una tienda y, nuevamente, un hospital, el de Santiago.

Un especialista en restauración formó parte del equipo que dio vida a las ruinas que hoy ostentan techos nuevos y salones reformados, y en donde a partir de enero se celebrarán actividades sociales, empresariales y religiosas. El primer salón, Caracol, cuenta con un detalle más que especial. Un juego de gradas en forma de caracol de acero inoxidable con una altura de 11 metros, que lo conducen a una suite, ideal para preparar a la quinceañera o a la novia, o como alcoba nupcial para los recién casados.

Esta suite colinda con una terraza en la que se aprecian las cúpulas de una variedad de iglesias y, si la suerte lo acompaña y el cielo está despejado, también podrá disfrutar de la vista impresionante de los volcanes Pacaya, Fuego y Acatenango.

El salón Duranta cuenta con capacidad para unas 150 personas. Pero la casa en total puede recibir simultáneamente a más de mil.

Frente al salón, y con entrada desde la calle, fue instalada la Casa del Ron, en donde antes existió la farmacia del hospital. Esta fue arrendada a Industrias Licoreras de Guatemala, quienes servirán deleites y bebidas para sus comensales, los que gozarán de una cava muy simpática, diseñada en el acogedor sótano.

Los corredores de la casa conducen hacia una batería de baños, en donde sigue patente lo moderno y lo antiguo fusionado en un solo diseño. Más adentro se encuentra la Plaza Central, designada para espectáculos culturales, como exposiciones, pinturas, esculturas y fotografías. Cabe resaltar que toda la casa está iluminada en primera instancia con luz natural, la que según la hora del día brinda distintos escenarios de color, pero también con un sistema de luces led que contribuyen con el medio ambiente al ofrecer un ahorro considerable de energía.

Las fotografías muestran la fusión de lo moderno y lo antiguo en el Ezenario Histórico.

Contiguo a la plaza se ubica la pastelería Petit Paris, en donde los visitantes pueden disfrutar de un postre y un buen café. En las afueras de este rincón parisino en Guatemala hay una pila antigua, retocada con nuevos matices. Aquí no faltan los servicios básicos, pues la casa cuenta con un pozo de gran capacidad y una planta eléctrica capaz de encender todo de forma automática. Así también se diseñó para que los minusválidos se movilicen sin inconvenientes.

El salón principal recibió el nombre de Duranta, porque en su interior se encuentra un árbol de esa especie sobre un fondo de color naranja, además una de sus principales vistas es una cascada iluminada que cubre uno de los muros. El salón cuenta con una batería propia de sanitarios, además con espacio para pista de baile y un área para buffet. Las luces son inteligentes; es decir, se acoplan a los colores de preferencia de los usuarios.

Ahora, si la actividad social es para unas 800 personas, la casa pone a disposición el jardín, estéticamente cuidado para brindar un paisaje verde entre flores y árboles, que como fondo emplean las ruinas de lo que fue el hospital. Para comodidad de los visitantes, la casa ofrece una manzana de terreno para 300 parqueos, ubicada a 6 cuadras. Un espacio seguro y con transporte continuo.

El Ezenario Histórico se restauró en un lapso de año y medio a partir de los planos, requirió el trabajo de más de 150 hombres, entre ellos arquitectos, ingenieros, decoradores de interiores, maestros de obra y albañiles, quienes se encargaron de reforzar cada muro, los que al comienzo estaban en riesgo de derrumbe por los daños ocasionados por los terremotos.

Las despedidas de solteros, quince años, bodas y cualquier evento social o empresarial son memorables. Entonces, nada mejor que celebrarlos en un lugar mágico, rico en historia y de diseño único, lo que pueden corroborar si visitan la 4ª. calle oriente, número 20 de la Antigua Guatemala o en www.ezenariohistorico.com.

Ileana López Ávila
Directora
Revista GERENCIA
gileana@agg.org.gt

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