Aumentan las fábricas de carrocerías en el país
Un negocio que alimenta a otros sectores comerciales
Con la amplia gama de productos que se comercializan en el mercado, también existe una variedad de medios para ser transportados hacia los distintos puntos. Un sector interesado en el transporte de productos son las empresas de fabricación y montaje de carrocerías para camiones, segmento que ha crecido conforme ha aumentado la incursión de nuevas marcas al país.
La fabricación de carrocerías en Guatemala comenzó -mucho antes de que existieran los camiones- con las famosas carretas de madera jaladas por mulas. A partir de los años ochenta se ha perfeccionado y variado la oferta de carrocerías con estructuras metálicas y de materiales más resistentes al uso, clima y tiempo.
La experiencia en este sector ha provocado que se busquen a especialistas para ciertos sectores del comercio, como aguas gaseosas, productos refrigerados, productos perecederos o materia prima.
La empresa Carrocerías El Éxito -Caexsa- nació en 1998 con el enfoque de cubrir las necesidades de los sectores industriales, de servicio y comerciales. Su gerente general, Nextor Rosales, indica que su principal objetivo es la elaboración de carrocerías y unidades especiales como furgones para carga seca, furgones insulados para carga refrigerada y divisiones paletizadas para transporte de aguas gaseosas.
Inversiones Metálicas (Transam), otra empresa especializada en la fabricación de carrocerías, fue fundada en 1974 y fabrica furgones en acero, aluminio y mixtos para transporte de carga seca, furgones insulados para transporte de carga refrigerada o congelada, palanganas con barandas abatibles, plataformas, volquetes y cisternas para transporte de agua. Walter Reinhardt, gerente general de Inversiones Metálicas, S.A. y la marca Transam, afirma que el tiempo de fabricación varía. “Para un furgón pequeño de 10 pies de largo se necesitan 7 días hábiles; para uno grande de 22 pies de largo, 15 días hábiles. Un furgón insulado de 15 pies lleva 22 días hábiles y para un volquete, 35 días hábiles, expresa Reinhardt.
Enfoque y oportunidades
“En algunas ocasiones trabajamos módulos especiales para necesidades específicas como clínicas médicas, unidades tipo showroom y algunas unidades para distribución de alimentos o Food Trucks”, expresa Rosales, de Caexsa.
El gerente agrega: “la característica de nuestra empresa es trabajar con el objetivo de fabricar una unidad a la medida. Mantenemos nuestros orígenes artesanales en nuestro proceso, porque nos interesa entender la necesidad del cliente y adaptarnos a él”.
El negocio de carrocerías es un complemento del sector vehicular. El sector que mueve y utiliza el comercio a nivel nacional para el transporte y movimiento de sus productos es terrestre, dada la infraestructura del país.
Conforme aumente la población y la necesidad de nuevos y más productos, también crecerá la necesidad de estos de ser transportados
“Un distribuidor de camiones no satisface la necesidad del cliente al ofrecerle únicamente el chasis. El cliente emprendedor necesita un vehículo y llega a la agencia para cotizar su vehículo y le ofrecen camiones de 2.5 a 25 toneladas de capacidad de carga. El complemento respecto a la carrocería es de vital importancia para que pueda operar su negocio. Hay una relación muy estrecha en el sector de fabricación de carrocerías y el sector de transporte. Ambos nos necesitamos”, afirma Rosales.
Para la creación de una carrocería es necesario conocer el uso que el cliente le dará al vehículo para adaptarla a las necesidades reales y conocer a qué vehículo se le instalará la carrocería para determinar la capacidad de carga real.
El futuro
Conforme aumente la población y la necesidad de nuevos y más productos, también crecerá la necesidad de estos de ser transportados. Por ello, es necesaria la pregunta: ¿A largo plazo es factible la creación de una mega fábrica de carrocerías en el país?
Nextor Rosales expresa que, Guatemala como país no representa un atractivo económico fuerte para los grandes productores carroceros a nivel mundial. “Por el número de habitantes que posee nuestro país y el comercio que acá se maneja, no es atractivo para montar una mega fábrica carrocera. Las empresas grandes fabricantes de carrocerías a nivel mundial ven a la región en conjunto”, comenta Rosales. “Lo que sucede actualmente es que en lugar que la mega fábrica llegue a montar una producción a nivel nacional, lo que hacen es hacer alianzas estratégicas con empresas de carrocerías locales”, agrega Rosales.
Aptas para el país
Las carrocerías provenientes de fábrica generalmente están producidas para mercados asiáticos o europeos, según el lugar de fabricación del vehículo. A decir de Reinhardt, estas son fabricadas para carreteras en mucho mejor estado que las que se encuentran en Centroamérica. “Nuestras carrocerías son más robustas para que soporten sin problemas el tipo de calles que poseemos en las ciudades y en las áreas rurales de nuestros países”, indica.
Por su parte, Rosales expresa que una carrocería que ha sido testeada a nivel internacional al ser sometida a las rutas nacionales resulta ser muy liviana o no cumple con las funciones de resistencia. El cliente del mercado guatemalteco es peculiar: compra un camión de 3.5 toneladas y le meten 4 toneladas de carga. El mercado internacional es muy técnico: si su carrocería soporta 3 toneladas no puede incrementarle el peso.
Limitaciones
“Nosotros como fabricantes de carrocerías vemos con preocupación la constante burocracia en la importación de materia prima y tecnología. Por ejemplo: para los furgones refrigerados necesitamos la importación de furgones con equipo de aire y refrigeración para mantener la temperatura de los distintos productos que se transportan”, expresa Rosales.
“Solo para lograr la licencia para transportar las unidades de refrigeración se toman de 6 a 8 meses por parte del Ministerio de Ambiente. Luego, las aduanas comienzan la serie de trabas y estancamientos. Tenemos una responsabilidad con entregas para los clientes y al estar el producto dos meses en aduana, desmotiva la inversión de las empresas. Esto se nos va de las manos como fabricantes y no depende de nosotros sino del Estado”, finaliza Rosales.
Alejandro García
Periodista Revista GERENCIA
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