Benchmarking para la mejora constante
La técnica del benchmarking surgió a través de la búsqueda de mejoras para los negocios. Persigue conocer la posición de la empresa frente a la competencia, por medio del análisis de acciones y prácticas de los competidores directos y clientes.
Es así como se conocen mejores prácticas provenientes de las empresas del sector o de empresas que líderes en el mercado. El estudio revela tendencias, aciertos y errores que ayudan a reenfocar las estrategias de los negocios basadas en los referentes de mercado.
¡No se trata de copiar! Sino de desarrollar un proceso que provea y analice información de valor sobre los competidores, que identifique los productos, los procesos y los resultados comerciales, para luego compararlos con los de la organización. Para ello, se establecen indicadores de éxito empresarial y se miden según el impacto.
Antes se buscaba los medir “benchmarks” o indicadores financieros. Sin embargo, en la actualidad, también se miden indicadores de impacto social, ambiental y económico, así como aprendizajes, capacidad emprendedora o de gestión de las empresas, esto abarca temas de producción, compras, ventas y acciones de mercadeo.
El análisis y recopilación de información demanda recursos humanos, tecnológicos y económicos, pero sus ventajas son numerosas: amplía el conocimiento de la propia empresa y su posición en el mercado, presenta un claro panorama futuro, optimiza los procesos, mejora la competitividad, reduce costos al evitar errores y hacer mejor uso de los recursos e identifica nuevas oportunidades para el negocio.
Cabe resaltar que, no debe ponerse toda la estrategia de la empresa en manos del benchmarking. Esto generaría una dependencia de la competencia, que limitaría la creatividad y la proactividad, elementos indispensables para alcanzar la diferenciación.
Por otro lado, se deben establecer límites para no caer en la falta de ética hacia la competencia o faltar a normativas legales. De cualquier forma, una de las barreras para la aplicación de esta técnica es la ausencia o limitada información sobre las empresas competidoras y la disposición que tengan para compartir sus datos. Los expertos aconsejan hablar con toda honestidad con los competidores, detallarles los propósitos del benchmarking y encontrar una forma correcta y profesional de abordarlos, con la que es más probable obtener su confianza.
Esta es una de las razones por la que no es sencillo poner esta técnica en práctica. Sin embargo, se debe tener claro que, lo que se busca no son secretos profesionales, sino obtener métricas estandarizadas que permitan verificar los niveles de excelencia de una empresa en comparación con otra.
Redacción
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