El hacinamiento citadino y el congestionamiento vial han llegado a su límite extremo. Con ellos, una tendencia que ya se practica en muchos países ha comenzado a hacerse notar en Guatemala. Se trata de la construcción residencial vertical que, como reguero de pólvora, se enciende por toda la capital, pero fundamentalmente en sectores como las zonas 2, 7, 10, 11, 12, 14, 15 y 16.
El desarrollo de estos proyectos, que también se expande por los municipios aledaños a la ciudad, tiene un impacto importante en la ciudadanía, pero también en el sector construcción, que se ha visto obligado a reinventarse con este tipo de edificaciones.
Esa importancia hizo que Revista GERENCIA le dedicara un espacio al tema y de allí que se convirtió en una cobertura de portada para artículo central. No era para menos, pues se trata de una variante que por el crecimiento demográfico, seguramente se irá expandiendo en otras ciudades como Quetzaltenango, quizá para poner un ejemplo
del crecimiento poblacional y urbanístico.
Hugo Bosque, vicepresidente de la Asociación Nacional de Constructores de Vivienda (Anacovi), nos contó que el cambio comenzó a notarse a partir de 2010, luego de la burbuja financiera en Estados Unidos. Pero también asegura que, ese nuevo sistema de proyectos se ha convertido en soluciones habitacionales para las clases medias.
Jorge Valdez, de Corporación Spectrum, agregó que estos proyectos tienen sus propias características, pues son adquiridos, en su mayoría, por personas que de niños vivieron en la periferia y saben lo que cuesta llegar a la ciudad y los centros de trabajo. Poseen un concepto muy puntual sobre el valor de su tiempo y por eso buscan acercarse a la ciudad y a sus trabajos.
Según Valdez, el 80 por ciento de quienes compran en estos proyectos son aquellos que están próximos a casarse o recién contrajeron nupcias. No tienen hijos o son recién nacidos. Entonces no requieren de grandes espacios. Les gusta la privacidad y prefieren que todo esté cerca. Por ello es que los proyectos les ofrecen amenidades de todo tipo, para que no tengan que salir de casa para entretenerse. En los complejos hay áreas verdes, piscina, gimnasio, salones para fiestas, área para churrascos, cinemas, centro de negocios y hasta espacios para divertirse con sus mascotas.
Se trata de nuevos conceptos que permiten aprovechar los pocos espacios que hay disponibles en la ciudad, en áreas residenciales, pues donde cabría un máximo de cuatro casas, se construyen torres de edificios hasta con 100 apartamentos o más.