Dirección por valores, herramienta de liderazgo

Una cultura de compromiso colectivo que impacta en el rendimiento personal y profesional

Las capacidades intelectuales son indispensables para desempeñarse en los altos puestos de trabajo. Pero, son tan importantes como otros aspectos, entre ellos, la capacidad para dirigir a los equipos de trabajo hacia el logro de los objetivos, la ética y valores para construir el liderazgo sobre una base sólida e inspirar confianza y la inteligencia emocional para gestionar el trabajo de los colaboradores.

En el tema de valores, se debe estar consciente que son la base de la gestión empresarial y deben calar en cada persona que trabaje en la organización. De allí que, deben estar alineados con la visión y la misión y con cada uno a lo individual.

De hecho, son el punto de partida de la cultura corporativa, porque guían la conducta y las relaciones interpersonales y deben ser aplicados todos los días. Como resultado, los colaboradores obtienen un mejor desarrollo de su carrera y salud emocional, por su parte, las empresas alcanzan equilibrio entre las ganancias y su aporte a la sociedad.

La dirección por valores es la que prioriza la ética en la gestión empresarial. Es una forma de liderazgo con compromiso y con responsabilidad social. Con ello se logran equipos motivados y dispuestos a dar el máximo rendimiento para contribuir a la productividad de la organización. De esta forma, la dirección reconoce el trabajo bien realizado, empodera a las personas en sus puestos de trabajo, estimula la creatividad y mantiene abiertos los canales de comunicación para que esta fluya.

La gestión por valores hace que los trabajadores se sientan orgullosos de formar parte de una empresa con una ética bien definida. De esta forma, el sentido de pertenencia se impone y la productividad se potencia, los empleados se sienten comprometidos con la empresa y por interés personal explotan su potencial para dar el máximo rendimiento.

Algunos ejemplos de valores en la empresa son el respeto, la responsabilidad, la honestidad, el trabajo en equipo, la innovación, la excelencia, la constancia, la disciplina, entre muchos otros, que deben ser practicados desde la cabeza hasta cada uno de los trabajadores.

Redacción
Revista Gerencia
editorialgerencia@agg.com.gt

También podría gustarte