Disciplina escolar positiva

Versus la disciplina de la "vieja escuela"

Era horrible! Tener que pasar al frente de toda la clase a decir la lección con ella allí parada. Sosteniendo una regla de madera… Esperando una equivocación para caerte con disciplina. Te pegaba con la regla en la espalda o en las manos si te equivocabas o no sabías lo que te preguntaba”, así recuerda Gladis Díaz a su maestra de segundo grado de primaria. A sus 61 años, recuerda el temor que ella y sus compañeros le tenían. “Una vez, estaba con tanto pánico que me desmayé”, dice quien vivió esta experiencia a los ocho años de edad.

Tirones de orejas, reglazos, plantones bajo el sol, correr hasta desfallecer, no permitir que los alumnos tomaran la refacción a manera de castigo. Historias que parecen ficción; sin embargo, no son extrañas para muchos lectores que estudiaron en la “vieja escuela”.

Rosario Estrada, pedagoga y magister en Educación.

Rosario Estrada, licenciada en pedagogía y maestría en Educación, explica que, “antes era común que los maestros transmitieran temor. Ahora, se desea que el maestro interactúe con el alumno en un ambiente en el que se sienta cómodo; pero que, con firmeza y en forma directa, pueda disciplinar y educar. La disciplina actual debe promover valores”, afirma.

Agrega que, hoy en día se busca una disciplina asertiva, que forme parte del aprendizaje de los estudiantes, para que alcancen una conducta por plena convicción de que es lo correcto. Esto es un actuar responsable y no el resultado del temor.

 

Centros educativos: un microuniverso

Para el autor de “El orden en las aulas”, Clifford H. Edwards, de Brigham Young University, los educadores sostienen con frecuencia que los conflictos que se dan en la escuela poseen su raíz en las experiencias vividas por los alumnos en el hogar o en la sociedad. Las escuelas, deben asumir la responsabilidad de esos desajustes. Y la necesidad de que haya una buena actitud en el aula, ha estimulado a los especialistas a crear diversos métodos para garantizar que se mantenga un entorno adecuado de aprendizaje.

Uno de los modelos es la llamada disciplina asertiva. Que como indica Estrada, es una forma de información e interacción en donde el alumno guste de permanecer en clase, porque siente que asistir es agradable, y por ello acepta con responsabilidad el resultado de sus acciones. Cuando el maestro guía el comportamiento de forma respetuosa y con la disciplina adecuada, el alumno comprende la necesidad de ser corregido ante una mala conducta. De esta forma, se queda con una perspectiva positiva de su profesor al momento que le aplica la disciplina (Holguin A. 2002).

Las causas del mal comportamiento en los estudiantes son variadas. Según Edwards, algunas radican en la falta de atención por parte de la familia, ya que los niños privados de amor y cariño suelen ser foco de indisciplinas. Pero también les afecta el exceso de control en el hogar.

La psicóloga y sexóloga, Andrea Bonilla, indica que hay otras causas de la mala conducta, entre ellas menciona los abusos o la mala comunicación entre padres e hijos, o entre estudiantes y maestros. Sin embargo, para la profesional hay métodos y modelos para lograr armonía y buena comunicación dentro de las aulas, y eso es producto de “un trabajo constante”.

Andrea Bonilla, psicóloga y sexóloga.

Bonilla explica que, “el colegio es un microuniverso en donde se interactúa un promedio de ocho horas al día. Un maestro o maestra puede ser la experiencia emocional de lo que un estudiante carece en casa. Un educador debe entender las responsabilidades de la vocación que está adquiriendo.

Ciertamente, no le toca solucionar la vida entera de un niño, pero sí brindarle la experiencia de interacción con un adulto en una relación de respeto mutuo, que valora el punto de vista del alumno y que lo reconoce como un igual”.

Según Bonilla, esto hace que los maestros abandonen la postura de todopoderoso y sabelotodo. En coincidencia con Estrada, Bonilla advierte que, la disciplina asertiva genera niños y adultos más seguros de sí mismos, respetuosos, confiados, con un actuar correcto y positivo, autocontrol e identidad formada en ambientes de respeto y libertad. Al contrario, los niños que aprenden con el yugo suelen ser ansiosos y hasta violentos.

Disciplina escolar En cuanto a la disciplina que se imparte en las instituciones privadas de educación, Bonilla sugiere investigar “no solo el tema de los valores, sino también qué tipo de disciplina imparten; es decir, cómo corrigen a los niños”. Una buena fuente es, preguntarles a los padres de alumnos si lo que dicen los centros educativos es real.

Hoy en día, muchos centros educativos ofrecen el tipo de disciplina que un padre espera para sus hijos. Aun así, es recomendable tomar en cuenta algunas pautas. Edwards enlista los factores que pueden favorecer a los problemas de disciplina en los centros educativos:

  • No comprenden las condiciones del aprendizaje y le exigen a los alumnos que absorben conocimientos que no tienen sentido ni para ellos.
  • No estimulan el desarrollo de los patrones de pensamiento independientes.
  • Establecen condiciones rígidas.
  • Crean sistemas de calificaciones competitivos, que no solo no permite el éxito de la mayoría de estudiantes, sino que erosionan el concepto que poseen de sí mismos.
  • Utilizan procedimientos disciplinarios que estimulan la mala conducta.

Rubí López
Colaboradora
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt

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