Con una entrevista a Fernando Castillo, cónsul de Guatemala en la ciudad de Los Ángeles, California, Estados Unidos; GERENCIA exponía la problemática migratoria. Un fenómeno que comenzó en la década de los setenta y ochenta para luego volver a surgir a comienzos de los noventa.
En la entrevista el cónsul expresaba cómo la comunidad guatemalteca en esa ciudad se constituía como la más numerosa fuera del territorio nacional y, a pesar de su tamaño, era escasa la organización y la dificultad en su comunicación y poder de convocatoria.
El diplomático indicaba que, la oposición ideológica, diferencias étnicas y la falta de liderazgo eran las principales causas de esta desorganización. Eso sí, la mayoría de guatemaltecos residentes en Estados Unidos buscaban una participación activa en la vida política y social de nuestro país.
En marzo de 2007, GERENCIA volvió a tocar el tema de la inmigración. Más estados contaban con más población guatemalteca: Masachusetts, Virginia, Columbia e Illinois se convertían en estados atractivos para los inmigrantes chapines.
El temor siempre prevaleció. Las políticas del gobierno de Bush tuvieron como efecto las deportaciones masivas en donde cada semana el Aeropuerto Internacional La Aurora recibía entre 3 y 4 aviones con 40, 50 o hasta 100 personas por vuelo.
GERENCIA mostraba con testimonios la realidad de los migrantes indocumentados que dejaron a la deriva proyectos y familias al ser arrestados y deportados por su condición ilegal en Estados Unidos.
Las estadísticas han aumentado y las condiciones casi son las mismas. Para 2017 Guatemala cuenta no solo con el Consulado General en la ciudad de Los Ángeles sino con 15 oficinas consulares distribuidas en Arizona, Florida, California, Texas y Nueva York, entre otros estados.
Aún así, la política estadounidense no ha cambiado con los gobiernos de Obama y Trump. Los presidentes guatemaltecos desde hace más de una década buscan obtener un Estatus de Protección Temporal (TPS) para sus compatriotas en Estados Unidos y las deportaciones siguen…
Todavía aterrizan los aviones con indocumentados y recientemente se abrió una sala para recibir a los menores de edad que han emprendido el viaje -según ellos- hacia un mejor futuro.