El Covid-19 ha puesto de manifiesto cierta discriminación

La emergencia sanitaria, económica y humana, ha hecho estragos y ha lastimado a todos los sectores

El coronavirus ha evidenciado la falta de estrategias para impulsar el desarrollo de todos los guatemaltecos. La respuesta sanitaria a la pandemia trajo consigo un impacto físico, mental y financiero a las familias, la situación sigue siendo alarmante y las medidas de contención no han sido tan efectivas como se esperaba.

La oferta laboral ha disminuido, mientras que la mano de obra desocupada aumenta, lo que deteriora la calidad del empleo. El país ha comenzado a transformar y adaptar sus procesos productivos, con nuevas formas de trabajo para reducir el impacto en el mercado laboral.

Uno de los problemas que se ha mantenido flotando durante décadas es la discriminación laboral, o sea, el trato diferenciado, desigual e inequitativo de un individuo respecto a otro, según el artículo 1 del Convenio 111 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Muchos guatemaltecos se han pronunciado en las redes sociales, donde expresan su inconformidad porque han sido despedidos, o se les redujo el salario y les cambiaron las condiciones laborales con las que fueron contratados.

Las acciones discriminatorias podrían agravarse en el sector laboral, porque la transformación que vive el sector económico ha hecho posible que la demanda de empleo aumente y la oferta disminuya, destaca Luis Linares, coordinador del área laboral de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes).

Impacto social
En el muro de Facebook de Jorge Fernández se puede leer: “Estoy feliz porque superé el Covid-19, fueron días difíciles, pero fui despedido porque no quieren correr riesgos”.

En estos tiempos quien ofrece empleo se puede dar el lujo de escoger entre mucha gente, por lo que hay discriminación por edad, género, sexo, lugar de residencia y por antecedentes, resalta Linares.

El Covid-19 no deja marcas visibles como otras enfermedades, pero si alguien está contagiado podría sufrir de discriminación, aunque nadie está totalmente a salvo del nuevo coronavirus.

El sociólogo y secretario ejecutivo de la Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez (Ciproden), Otto Rivera, afirma que quienes han dado positivo al Covid-19 sufren de cierta discriminación, pero en estos días una gripe habitual ya pone en alerta a cualquier persona y empieza cierto tipo de discriminación.

El impacto de la discriminación comienza con el cese de la fuente de empleo. Después de la pandemia miles de personas ya no podrán optar a los mercados laborales formales y se insertarán en la informalidad.

Mientras más bajos sean los niveles de escolaridad y competencias laborales habrá menos posibilidades de conseguir un trabajo. “Quienes podrían conservar sus fuentes de trabajo son los que tienen mayores grados académicos. La pandemia golpeará en mayor medida a los más vulnerables”, expresa Rivera.

Según los expertos, los efectos del desempleo impactarán en mayor medida a los pobres y a los estratos vulnerables de ingresos medios, también es probable que la crisis potencie el empleo informal como estrategias de supervivencia y el deterioro en los ingresos familiares derivará en más pobreza.

Componentes fundamentales
El primer informe especial de sobre la evolución y los efectos de la pandemia del Covid-19, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), señala que el impacto general será menor en que en los países desarrollados, debido a la estructura demográfica. Además de poner en evidencia la injusta organización social de los cuidados en la región, donde es considerada una externalidad y no un componente fundamental. “El racismo y la xenofobia son otra expresión de este proceso”.

La pandemia ha hecho que todas las empresas se vean afectadas, sin importar su tamaño, en particular los sectores de turismo y comercio. Muchas enfrentan una importante disminución de sus ingresos y pérdida de puestos de trabajo. “El mantenimiento de operaciones es difícil para las micro, pequeñas y medianas empresas”, según la Cepal.

La pérdida de ingresos laborales ya se puede traducir en un bajo consumo de bienes y servicios, lo que llevará a muchos trabajadores a una situación de pobreza.

Las políticas de seguridad y salud en el trabajo son la clave para la reacción productiva. Las políticas de recuperación deben apuntar no solo a una “nueva normalidad” similar a la anterior, sino a una “normalidad mejor” con mayor formalidad, equidad y diálogo social.

Es necesario adaptarse a una nueva normalidad, con distintas condiciones sanitarias y de seguridad, necesarias para que las personas vuelvan a sus trabajos.

Es posible que a corto y mediano plazo el mundo no se mueva a un escenario laboral pospandemia, sino a uno con pandemia permanente.

Los empleadores se ven afectados al cerrar por contagios, la desinfección de instalaciones y las medidas adicionales de seguridad, además, la mano de obra se estresa porque se podrían contagiar. Hay un impacto en el rendimiento laboral, social y económico.

La pandemia inducirá a una pérdida de ingresos debido al desempleo y habrá una disminución en la calidad del empleo. Probablemente es muy pronto para sacar conclusiones, al parecer el viaje será extenso y muy agitado, sin embargo “el Covid-19 ha resaltado los problemas sociales que enfrenta el país”, concluye Linares.

Guillermo Ramírez
Periodista
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt

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