El equilibrio se refleja en el rendimiento

Los colaboradores equilibrados son más productivos

La salud física y mental depende en buena medida del ejercicio, las correctas horas de sueño y la alimentación saludable. Pero, también está vinculada al estado emocional de las personas. Para la mujer trabajadora, es un reto alcanzar el equilibrio entre los deseos de triunfar y crecer profesionalmente y su realización personal, sobre todo ahora que la comunicación es 24/7.

Si bien es cierto que, la tecnología nos permite mayor cobertura, menores distancias y un trabajo más organizado y productivo, de alguna forma también incide en nuestro tiempo libre. Un ejemplo es el uso de los dispositivos móviles, que han logrado mantenernos conectados en todo momento y lugar. Los clientes esperan respuestas, ya sea por correo electrónico o por redes sociales, y se deben atender cuando las necesitan. De lo contrario, alguien más de la competencia lo hará.

Sin embargo, debemos aprender a priorizar lo que es realmente importante y a poner límites e invertir menos tiempo en aquello que no lo es. Es decir, atender las emergencias, cuando realmente lo sean, y no enviar un documento solo porque es tentador, aunque no vaya a ser leído inmediatamente. Lo indispensable es que, durante el trabajo se mantenga la eficiencia y que, fuera de él, las personas logren desconectarse y atender otros roles.

Entre las actividades fuera de oficina que ayudan al equilibro emocional se encuentra el ejercicio y la meditación. Media hora de ejercicio, al menos tres veces por semana, ayudará a liberar la carga de estrés que se acumula diariamente, y poco a poco se convertirá en hábito.

Lo que es inevitable, es dejar de enfrentar situaciones que amenacen el equilibrio. Porque estas van desde las tareas a cumplir en el estudio o puesto de trabajo hasta las responsabilidades financieras propias o familiares que se adquieren, las que, de no ser resueltas, conducen al agotamiento y la preocupación.

Es así como la vida familiar, laboral o las dos pueden verse afectadas y generar consecuencias. Recuerde que, todo debe fluir bajo el equilibrio justo y el rendimiento óptimo, y las tareas propias de cada actividad deben ir encajando en cada espacio. Por ello, no asuma más responsabilidades de las que puede, no gaste más de lo que gana, rodéese de relaciones sanas y aprenda a establecer límites.

En el día a día siempre surgirán sucesos que podrán en jaque su estabilidad emocional, como una discusión o un problema que altere su estado de ánimo. Pero, si usted es una persona que busca el equilibrio sabrá compensar la situación y encontrar una respuesta sin que altere su estado anímico.

Para la empresa, es importante que los trabajadores cuenten con estabilidad emocional, porque, sin lugar a duda, esta se ve reflejada en el rendimiento laboral. Las estadísticas advierten que, las personas equilibradas son más leales, productivas y se ausentan menos de sus labores.

Redacción
Revista GERENCIA
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