Estudiantes de hoy, trabajadores del mañana

Valores académicos y cultura de excelencia se priorizan ante el demandante mundo laboral

La búsqueda de trabajo o la fundación de la propia empresa no solo conlleva recursos, sino valores que han acompañado al individuo desde pequeño. Estos son básicos para ser excelentes en el trabajo o profesión.

Las instituciones educativas hoy en día viven el concepto de cultura de excelencia como aquella en la que se forma integralmente a los alumnos. Un establecimiento no se consideraría “excelente” cuando se limita a formar en el plano académico, también necesita formar para la vida.

Según Esther Stein de Asturias, directora general del Liceo Secretarial Bilingüe, en la primaria y secundaria se forman las bases de los hábitos y destrezas de trabajo y es el momento en que también se forma el carácter.

“Durante estos años se fomenta la creatividad, aprenden a trabajar colaborativamente, a resolver problemas y comienzan a desarrollar un juicio crítico; competencias que les serán útiles al ingresar al mundo laboral”, afirma Stein de Asturias.

Por su lado, Sergio Villatoro, director de la Licenciatura en Administración de Hoteles y Restaurantes, Universidad Rafael Landívar y experto en Recursos Humanos, explica que, en una sociedad en donde apenas el 2% de la población posee acceso a la educación superior, es muy importante la formación que obtenga en la primaria y secundaria, pues le permite poder ubicarse laboralmente y formar parte del sector productivo e incluso facilitarle el acceso a la universidad.

Mientras Ana Edith Estrada Castro, directora del Centro de Estimulación Preescolar, expresa que la educación primaria y secundaria son complementarias y determinan cuáles serán las opciones de trabajo que tendrá el estudiante.

“Las habilidades y destrezas que se adquieren en esta etapa son básicas para el éxito laboral. Quienes desarrollan habilidades de liderazgo tendrán la oportunidad de encontrar un empleo o gerenciar una empresa. Por otro lado, los padres de familia eligen un colegio que prepare a su hijo para el mercado laboral y que le facilite el ingreso a la universidad”, expresa Estrada.

Orden e instrucción

La disciplina juega un papel trascendental en la actividad del ser humano y en la estructuración de su personalidad. Según Maritza Silva de Reyes, directora general del Colegio La Preparatoria, hoy en día se habla de disciplina asertiva, que propone la solución de conflictos, en la convivencia pacífica.

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Coincide la directora del CEP al indicar que, las prácticas de disciplina han cambiado a un enfoque de convivencia pacífica entre los padres de familia, maestros y alumnos. “Ahora en los colegios, se desarrollan programas de disciplina con acciones concretas basados en valores, pensando que cada niño tiene sus particularidades”, afirma Estrada.

La directora del Liceo Secretarial Bilingüe agrega: “algunos colegios han dejado a un lado estas prácticas disciplinarias porque las nuevas normativas y reglamentaciones del Ministerio de Educación así lo exigen. Adicionalmente, los padres de hoy en día son sobreprotectores con sus hijos, resolviendo todos los problemas que se les puedan presentar y no permitiendo que ellos enfrenten las consecuencias de sus actos”.

Involucramiento

En los últimos años, los padres se han involucrado más en los aspectos escolares. Si bien es importante que los padres se involucren en la educación de sus hijos y que participen en las actividades del colegio, no es recomendable ir más allá. “Uno de los objetivos de la educación, es -sin lugar a duda- formar alumnos autónomos para ser ciudadanos autónomos.

Los padres que se involucran al punto de querer resolverles a sus hijos absolutamente todas las dificultades que la vida escolar les presenta, formarán hijos incapaces de enfrentar las dificultades de la vida adulta”, expresa Maritza de Reyes.

Sergio Villatoro indica que uno de los factores más relevantes del cambio generacional es precisamente la falta de autonomía que los jóvenes están viviendo.

“El problema no radica en el uso de las TIC ́s (tecnologías de información y comunicación) como herramienta en las metodologías modernas de aprendizaje sino el mal uso de ellas en función de la autonomía de las personas y la adquisición de competencias relacionadas con la formación de criterio como la toma de decisiones, la medición del riesgo, el enfoque estratégico e incluso competencias de comunicación especialmente escrita. Además, contribuye a que fácilmente el estudiante se distraiga, filtre información, trabaje únicamente de forma individual o pierda mucho tiempo”, afirma Villatoro.

Colegio de prestigio, ¿futuro asegurado?

La sociedad guatemalteca posee la creencia de que, al ingresar a un colegio determinado se tiene asegurado un futuro en el campo laboral, ya sea por los contactos o por el renombre del colegio. Maritza Silva, del Colegio La Preparatoria indica que, “graduarse de un colegio y más adelante de una universidad de prestigio, puede influir positivamente en el futuro laboral de un estudiante, sobre todo si se trata de un colegio o universidad cuyos exalumnos han sido profesionales honestos, proactivos y buenos ciudadanos”.

Esther Stein, del Secretarial Bilingüe explica que, existen colegios cuya trayectoria es sólida y comprobada en cuanto a resultados y formación, tanto académica como en valores. Por otra parte, están los colegios que se dejan llevar por las tendencias educativas del momento sin que su eficacia realmente haya sido comprobada.

“Lo ideal sería que los padres, al elegir un colegio, vean no solo la trayectoria y las bases sólidas que lo han caracterizado durante la misma, sino que también investiguen sus metodologías, apertura a la innovación y el cambio y resultados profesionales obtenidos por sus egresados”, dice Stein.

Ana Estrada complementa que, en Guatemala las empresas contratadoras se interesan en conocer el lugar donde los aspirantes realizaron sus estudios. “Buscan personal con habilidades de liderazgo, que dominen el idioma inglés, matemáticas y que tenga una buena redacción. Esta idea está arraigada en nuestra sociedad y eso influye en los padres en la elección de los colegios. Los colegios de renombre tienen maestros con estudios universitarios que dominan sus áreas, se actualizan y esto influye en los estudiantes para que alcancen mejores resultados académicos”, agrega Estrada.

Sergio Villatoro, director de la Licenciatura en Administración de Hoteles y Restaurantes, URL

Mientras Sergio Villatoro afirma que, los procesos de calidad e innovación en la educación son importantes y si un colegio se caracteriza por la inversión que lleva a cabo en dichos procesos, facilita la adquisición de competencias en el estudiante, lo que se traduce a mejores oportunidades laborales.

“No es una garantía que el alumno aproveche al máximo las herramientas de enseñanza-aprendizaje que un colegio de renombre utilice. Lado contrario, hay estudiantes que adquieren habilidades útiles para desarrollarse en lo laboral que no necesariamente están relacionadas con la formación escolar”, explica Villatoro

Valores para el trabajo

Tanto directores de colegio como expertos coinciden en que el mercado laboral busca otros valores, como integridad, responsabilidad, empatía, humildad y compromiso.

“A pesar de que los millenials han roto los esquemas de un trabajo tradicional -pues sueñan con ser su propio jefe y trabajar a su propio ritmo, dónde y cuándo quieren-, los valores tales como integridad, orden, responsabilidad, compromiso, solidaridad y respeto se vuelven imprescindibles en un mundo que está cambiando a un ritmo vertiginoso y que carece de las estructuras tradicionales que nosotros conocemos”, explica Esther Stein.

“Los valores se enseñan con el ejemplo y en casa los padres de familia son los responsables de inculcar valores como empatía, perdón, colaboración, respeto, responsabilidad, honestidad y agradecimiento. Las actitudes de los niños en la escuela serán los valores enseñados en la casa y, por ello, las instituciones solo los reforzarán”, indica Ana Estrada.

Por su parte, Sergio Villatoro agrega: “considero que todo se resume en la conciencia del respeto hacia la persona humana con toda la diversidad que vemos hoy día. El mundo se ve afectado por carecer de tolerancia y conciencia respecto a las diferencias culturales, religiosas o étnicas, que sencillamente nunca van a cambiar sino por el contrario, cada vez serán más marcadas, pues el individuo busca cómo sobresalir”.

Alejandro García
Colaborador
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt

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