Ventajas de estudiar a distancia

Pese a ciertas dificultades, el e-learning se establece en gran parte del planeta

El cierre de las escuelas en todo el mundo ha afectado a millones de niños y jóvenes en 185 países y ha perjudicado al 89.4% de la población estudiantil del planeta, según información proporcionada por la Unesco el 31 de marzo de 2020, de acuerdo con un análisis del Instituto Superior de Estudios Psicológicos, institución europea con sede en Barcelona.

Esta es una situación inédita que ha forzado a la práctica total de los países que padecen contagios a crear e impulsar nuevas estrategias que permitan a los jóvenes concluir con éxito su ciclo anual de estudios, desde preprimaria hasta el ciclo superior.

En el caso de Guatemala, como en el de la mayoría de países afectados por la pandemia, la asistencia a las escuelas y colegios se suspendió desde marzo de 2020, y se espera que el ciclo escolar concluya mediante el método de clases virtuales.

Este, no obstante, presenta una serie de dificultades inherentes a las realidades sociales y económicas de cada país y de las regiones en cada nación, de manera que es absolutamente desigual y asimétrico, más incluso que en las condiciones de asistencia normal a clases.

Estas se describen especialmente a partir de las diferencias socioeconómicas de los alumnos, las disparidades entre lo urbano y lo rural, el acceso a electricidad y a internet y la calidad y experiencia de los maestros, entre otros numerosos asuntos que afectan a la educación digital.

Para Jaime Saavedra, especialista en desarrollo del Banco Mundial, la estrategia apropiada en muchos países es recurrir a todas las modalidades posibles de entrega utilizando la infraestructura existente, y el uso de herramientas en línea para asegurar que las guías pedagógicas con planes de clase detallados, vídeos, tutoriales y otros recursos estén disponibles para algunos estudiantes y probablemente para la mayoría de los maestros.

Pero también, podcasts y otros recursos que requieran menos uso de datos al bajarlos en un teléfono inteligente, agrega Saavedra.

En el portal “Éxito educativo”, Julián Martín afirma que el avance pedagógico no está en el uso de la tecnología, por cuanto esto ya se había hecho con anterioridad, sino en el software y cómo se utilice.

“Un aspecto positivo de la realidad de la escuela a distancia que estamos viviendo es que, en general, el sector está más receptivo a entender el valor añadido que suponen algunos recursos digitales”, señala el analista.

Una vez que podamos volver a cierta normalidad, estaremos ante una educación mejor que antes del coronavirus, porque nos quedaremos con lo mejor de ambos mundos: el tradicional y el digital

Novedad pasajera
Un estudio reciente elaborado por la Universidad de Stanford, Estados Unidos, advierte de que, si bien en un principio la educación por vía digital constituye una motivación para los alumnos, este efecto no dura mucho tiempo.

Por ello, la principal conclusión del artículo de Stanford es que la mejor manera de optimizar los procesos de enseñanza y aprendizaje es con una utilización mixta de los métodos tradicionales y digitales.

De acuerdo con la revista digital Unir, el aprendizaje por vía digital ha aumentado hasta un 900% desde su aparición.

La educación superior no escapa a esta realidad y más en países con las dificultades socioeconómicas de Guatemala, donde solo un estimado del 1% de la población acude a la universidad.

Una de las universidades que desde su fundación ha hecho énfasis en la educación a distancia es la Galileo, creada en el año 2000, a partir de un instituto de ciencias de la computación surgido 20 años antes.

Con esa experiencia, esta institución propone seis ventajas de la educación superior a distancia, que vieron su aplicación máxima durante esta crisis del coronavirus:

• No hay barreras geográficas
El aula virtual da acceso a una amplia cantidad de educadores y establecimientos educativos alrededor del mundo.
La educación virtual permite al estudiante exponerse y compartir con culturas diversas y superar barreras tradicionales de comunicación, ubicación, tiempo y costo.
• Ahorro de tiempo y dinero
Es posible ahorrar tiempo y dinero al no desplazarse a otro lugar, pagar parqueo, uso de instalaciones y demás servicios físicos.
Se ahorra en recursos como cuadernos, hojas e impresiones, pues el material está disponible en línea.
• Sesiones con audio y vídeo
Si no se puede asistir a las videoconferencias en vivo se puede escuchar la grabación, y si se participa en vivo, se interactúa con compañeros y tutor, se intercambian ideas y se resuelven dudas.
Se conocen herramientas de aprendizaje, lo que permite estar más motivado y mantener el interés en el tema.
• Aprendizaje diferenciado y flexible
El aula virtual es una excelente herramienta para diferenciar la enseñanza y facilitar el aprendizaje de estudiantes diversos.
Se puede personalizar la educación, participar de forma activa y adueñarse del proceso de aprendizaje, con lo que se logra estar al tanto de los avances y procesos de pensamiento.
Un estudiante en un aula virtual puede avanzar tanto como lo desee con el apoyo del tutor y compañeros.
• Retroalimentación continua
Los tutores están disponibles para dar retroalimentación continua.
• Responsabilidad sobre el aprendizaje
La tecnología favorece la organización y clasificación de documentos y su disponibilidad. Se puede acceder a ellos cuantas veces se quiera y son fáciles de localizar.

Una vez que podamos volver a cierta normalidad, cuando eso se produzca, estaremos ante una educación mejor que antes del coronavirus, porque nos quedaremos con lo mejor de ambos mundos: el tradicional y el digital, afirma el estudio de la Universidad de Stanford.

Carlos Tárano
Colaborador
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt

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