La canasta con la que subsisten los guatemaltecos
En fecha reciente, se ha informado sobre la fluctuación en los precios de la canasta básica guatemalteca. Conozca este fenómeno y su entorno
Jaime Roberto Mejía Salguero, subdirector del INE.
En una entrevista exclusiva para Revista GERENCIA, el subdirector del Instituto Nacional de Estadística (INE), Jaime Roberto Mejía Salguero, indica que la canasta básica se presenta de dos formas: la Canasta Básica Alimentaria (CBA), constituida por los alimentos requeridos para proveer de las calorías energéticas mínimas a una familia típica guatemalteca, integrada por dos adultos, tres niños y un infante lactante (ver tabla 1); y la Canasta Básica Vital (CBV), que además de contener el mínimo alimentario incluye “los servicios básicos, tales como agua, luz, vestuario, vivienda, salud, transporte, recreación, educación, etcétera”, (según documento “Ficha Técnica” INE, 2013).
El ente internacional que mantiene y publica la información de la canasta básica es la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). A nivel nacional, el Instituto Nacional de Estadística (INE), en conjunto con el Sistema Estadístico Nacional (SEN), son los encargados de mantener actualizada la información de la canasta básica, la que establecen mediante instrumentos como la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos Familiares (Enigfam) 19981999 y el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Otro organismo público que aporta información es la Dirección de Atención y Asistencia al Consumidor (Diaco).
La integración de los bienes y servicios incluidos en las dos versiones de canasta básica, se determinan según los cambios en el comportamiento de gastos y por las preferencias de ciertos productos y servicios por parte de la población de referencia (obtenida del Enigfam año 2000), proyectada hacia la actualidad y realizada de manera mensual.
La FAO y el INE, en conjunto con el SEN, son los encargados de mantener actualizada la información de la canasta básica.
Estos cambios de comportamiento se obtienen de la muestra que utiliza el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Esta se extrae de la información recopilada de las 15 ciudades más pobladas del país (divididas en ocho regiones). El número aproximado mensual de fuentes investigadas es de 7 mil 353, en los que se obtienen 48 mil 939 cotizaciones. Según este estudio, en el mes de agosto de este año, el Costo de la Canasta Básica Alimentaria mensual (CCBA) ascendió a 2 mil 821 quetzales con 20 centavos y el Costo de la Canasta Básica Vital mensual (CCBV) a 5 mil 148 con 18 centavos. Si se toma en cuenta que el salario mínimo en Guatemala para 2013 es de 2 mil 421 con 75 centavos, significa que, en un hogar típico, más de 2 adultos deberán poseer una plaza laboral, para poder adquirir los bienes y servicios de la canasta básica vital.
Según Mejía, “la canasta básica es afectada directamente por la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC)” o índice inflacionario. Aunque no se debe olvidar que también es afectada por el poder adquisitivo del Quetzal, las variaciones cambiarias de la moneda y, macro-económicamente, por la globalización y sus consecuencias. Influyen también las políticas gubernamentales, la falta de planificación estratégica de muchas empresas privadas, que provocan rendimientos de productividad mínimos, sin aspiraciones a una optimización controlada estratégicamente. Así también, por la especulación en los mercados locales e internacionales.
La canasta básica solo considera los niveles mínimos calóricos. No supone un adecuado y balanceado plan alimenticio que posibilite un rendimiento óptimo de las funciones físicas e intelectuales requeridas en los distintos ambientes laborales. No es de extrañar, entonces, que el ausentismo por enfermedad personal o de alguno de los miembros del núcleo familiar, como también las habilidades mentales o fuerza física de los trabajadores según el trabajo a realizar, sean una pérdida no calculada para las empresas y organizaciones empleadoras como para la productividad nacional. La canasta básica no es un indicador aislado sino el reflejo de la carencia de un plan integral educativo. Ese plan debería incluir competencias en salud preventiva y alimentaria, que respondan a las realidades nacionales y que vayan más allá del alfabetismo básico.
Más de dos adultos deberán poseer una plaza laboral para poder adquirir los bienes y servicios de la canasta básica vital.
La canasta básica indica la necesidad de cambios que deben afrontarse en conjunto como una sola nación. Se despliega en un marco filosófico y económico de sobrevivencia. Incide, además, en el establecimiento de políticas como las del salario mínimo y de programas nacionales de asistencialismo que perjudican el índice de desempleo.
Se promueve una democracia muy poco participativa. Los ciudadanos, instituciones y organismos optan por ser representados con escasas acciones de emprendimiento civil, social y económico, que impacten no solo las grandes urbes, sino la vasta realidad rural.
Se necesita innovar a través de un pensamiento creativo y sistémico. Se debe considerar no solo la resolución de la problemática inmediata sino una visión de futuro común a largo plazo. Corresponde, entonces, analizar la brecha entre este y nuestra realidad diaria; y, en especial, el esfuerzo individual de cada ciudadano en la ejecución de las acciones necesarias para alcanzar nuestra Guatemala idónea.
Ignacio Laclériga
Martin August
Gecca, especialistas en
comunicación y cambio
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