La escuela dentro de la nueva normalidad

La escuela dentro de la nueva normalidad

El Covid-19 nos ha llevado a buscar estrategias y formas seguras de regresar a las actividades cotidianas. Sin embargo, queda en entredicho si habrá un retorno a la escuela tradicional o cuáles será la escuela que surja en la nueva normalidad.

Por el momento, el gobierno no ha incluido en el semáforo epidemiológico el retorno a los colegios y las escuelas. De hecho, la ministra de Educación informó que en lo que resta de 2020 eso no sucederá. Aun así, hay centros educativos que intentan planificar los ajustes a sus instalaciones para continuar.

Se habla de colocar al ingreso alfombras para limpiar y desinfectar suelas, del protocolo de toma de temperatura, de contar con gel antibacterial y con estaciones de lavado de manos y de un número limitado de estudiantes por aula. Pero, con todo ello, muchos padres de familia no están dispuestos a que sus hijos regresen a donde el bullying, las bromas y los descuidos son comunes, sino hasta que el virus esté controlado.

El período de adaptación
En la emergencia muchos colegios optaron por seguir las clases en línea. Para la mayoría significó llevar la misma carga de información, solo que en plataformas digitales. Para otros aumentó el nivel de tareas y proyectos. Lo cierto es que, conforme el paso del tiempo, se fueron implementando nuevas estrategias hasta llegar a cambios drásticos sobre la marcha, porque no es secreto que ninguna institución tradicional estaba preparada para un giro de 180º en la metodología de enseñanza.

Pero, ¿qué pasará con la educación cuando inventen y distribuyan la vacuna? ¿Cuál será la metodología que emplearán las instituciones educativas? ¿Será que regresarán los niños y jóvenes a las aulas físicas? Son muchas preguntas, pero también muchas respuestas. Los padres de familia se han interesado por analizar las nuevas metodologías de estudio para sus hijos, la más importantes: el home schooling. Una modalidad a la que han debido prestar su apoyo, sobre todo cuando se trata del aprendizaje en línea para menores, para lo que han tenido que sentarse a la par de sus hijos para reaprender o aprender, y con ello han valorado las bondades y los beneficios de la metodología.

Lourdes Vega explica en su artículo ¿Homeschooling o escuela tradicional? que, los índices educativos pueden mejorar considerablemente si además de las acciones que corresponden al Ministerio de Educación, también se involucran los profesionales de la educación y los padres de familia. Ya que, formar ciudadanos con valores humanos y cívicos es algo que nos involucra a todos.

Otra alternativa que ha tomado fuerza es el blended learning. Y es que, la enseñanza en línea y el ser autodidacta se han reforzado en los últimos meses, acciones que se han convertido en una herramienta importante para el retorno a clases.

En países como Guatemala es complicado que los estudiantes mantengan el distanciamiento en clases. Por tradición, en muchos lugares los salones se mantienen llenos. Y para garantizar en alguna medida la seguridad de contagio, es importante separar los escritorios y las mesas para reducir con ello el número de alumnos. Una salida sería dividir los grupos: en alumnos presenciales y en alumnos en línea, e irlos intercalando para que todos cuenten con una experiencia de enseñanza física y virtual.

Según el portal ACSI Latinoamérica, en el artículo escrito por Erin Wilcox, “Blended Learning, viendo hacia el futuro”, algunas de las ventajas de esta metodología son:

• Aprendizaje a ritmo propio. Los estudiantes avanzan rápidamente en algunas materias y toman más tiempo para repasar/reforzar en otras, en las que tienen mayor dificultad. La flexibilidad es importante para esta generación de estudiantes y padres
• Contenido rico en distintos medios y enseñanza de alta calidad
• Elecciones en materiales, recursos y temas
• Mayor enfoque en el dominio, utilizando múltiples métodos de enseñanza si es necesario
• Comunicaciones personalizadas con el docente, en las que puede haber planificación colaborativa de la ruta de aprendizaje
• Opciones para demostrar el aprendizaje a través de proyectos, presentaciones y portafolios, con evaluaciones y pruebas cortas que se utilizan más como evaluaciones formativas
• Discusiones en foros, en los que todos interactúan

Para que esto funcione, asegura que las escuelas y colegios necesitan:

• El mismo currículo accesible a estudiantes presenciales como en línea
• Mayor enfoque en la individualización, el aprendizaje basado en competencias y evaluaciones basadas en criterios
• Variedad de estilos de aprendizaje basados en proyectos y portafolios
• Participación comunitaria para los estudiantes, a través de experiencias como pasantía
• Mayor variedad de recursos electrónicos y digitales
• Nuevas estrategias para la formación espiritual

Son muchas las posibilidades con que cuentan los establecimientos educativos. Pero, para aprovecharlas, deben fortalecer la capacitación de sus docentes en estas nuevas formas de enseñanza. Estamos en constante evolución, y en ese nicho han encontrado validez temas como la clase invertida, en la que el docente graba sus clases para que el estudiante las vea y estudie en su casa y en el colegio resuelva dudas y realice proyectos. Todo ello debe ser parte de la discusión y preparación como una nueva forma de aprendizaje en un mundo cambiante, en el que se transformó y aceleró la forma de adquirir conocimiento.

Ya no podremos regresar a lo tradicional, el mundo avanza y choques como la pandemia provocan hablar de un antes y un después, para casi todo lo que se vive en estos tiempos.

José Manuel Monroy
Colaborador
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt

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