La felicidad es vital para los colaboradores

La motivación por el compromiso y la satisfacción laboral no llega sola. Es producto del ambiente, los incentivos, el contexto, el apoyo y la compresión que la empresa brinde a los colaboradores.  

De allí que, los expertos en recursos humanos, en la búsqueda de tendencias novedosas que generen un vínculo con los trabajadores o de herramientas que contribuyan a la retención, la fidelización y el compromiso del personal, han creado conceptos como la Gerencia de la Felicidad, encargada de desarrollar una cultura y un ambiente de trabajo en donde los colaboradores convivan en armonía y se sientan motivados, porque esto impacta directamente en los resultados de la operación. 

Está comprobado que, la felicidad y el bienestar de los colaboradores se han convertido en una estrategia corporativa que provee beneficios para ambas partes. Por un lado, para el trabajador no hay nada mejor que sentirse cómodo en el ambiente de trabajo, porque es allí en donde invierte la mayor cantidad de horas productivas del día. Por otro, para una empresa es indispensable disminuir los niveles de rotación y elevar los porcentajes de productividad. 

Un poco de historia
La gerencia de la felicidad nace en un banco chileno debido a la fuga de talentos. La situación era muy repetitiva, porque los gerentes no lograban motivar a sus equipos. En la búsqueda de una solución, contrataron estudios y encuestas sobre clima laboral que evidenciaron que los jefes de agencia no contaban con la confianza, ni el respeto de sus equipos de trabajo.  

Al no confiar en sus líderes, los colaboradores no se sentían parte de la organización, no desarrollaban sentido de pertenencia y se iban a la primera oportunidad. En ese vaivén surgió el departamento Gerencia de la Felicidad, el que quedó integrado por profesionales con formación superior en dirección productiva de equipos de trabajo. Así también, invitaron a participar a jóvenes con estudios en dirección y gestión de empresas modernas, motivadas y productivas.  

Con ello, no solamente crearon una gerencia del bienestar, sino descubrieron que un sistema de trabajo que se preocupa por la autoestima de sus colaboradores y desarrolla su sentido de pertenencia, alcanza mejores resultados en menos tiempo.  

Pero ¿qué implica mantener la motivación del personal? En primer lugar, contar con una política de puertas abiertas. Es decir, los jefes deben mantener abiertas las puertas de sus oficinas, para eliminar las barreras. Esto significa, estar dispuestos a atender a los equipos cuando los necesiten, porque tanto las barreras físicas como psicológicas limitan la comunicación. 

En segundo lugar, la gerencia de la felicidad valoró la importancia de contar con horarios flexibles, y descubrió que hay formas racionales y ordenadas de lograrlo, según cada puesto de trabajo. Esta conciliación se ha ido logrando con más fuerza a partir de la pandemia, que puso sobre la mesa el trabajo remoto o híbrido, como una opción para la productividad. 

Pero, no hay mayor apuesta por la productividad que contar con equipos comprometidos que reflejan actitudes positivas. ¿Qué va a salir a buscar un colaborador que se siente feliz y animado en la empresa y su puesto de trabajo? Por el contrario, se mantendrá motivado para reforzar su rol dentro de la empresa y se centrará en aportar sus conocimientos, experiencia y talento para alcanzar cada vez mejores resultados. 

Ileana López
Periodista
Revista Gerencia
gileana@agg.com.gt 

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