La iluminación influye en la productividad

Y es un elemento que contribuye con el bienestar de los colaboradores

La iluminación es uno de los factores más importantes para alcanzar el bienestar. Y esto se debe a que, aumenta la productividad del usuario, siempre y cuando haya un buen diseño, así lo explican Pamela Mazariegos y Maite Palacios, de Annie’s Design.

La iluminación interior, ya sea en el hogar o en el ámbito laboral (oficina, planta de producción, bodega u otro) no es solamente un elemento secundario, sino debe responder a los niveles recomendados para la actividad visual a desarrollarse, de modo que la actividad fluya con eficacia, comodidad y de acuerdo con los niveles de iluminación recomendados, comenta Andrea Pattini, en el estudio “Recomendaciones de niveles de iluminación en edificios no residenciales. Una comparación internacional”.

La iluminación está definida como “luz incidiendo sobre una superficie, medida en luxes o footcandles. Cuando esta se distribuye de acuerdo con un plan técnico económico, se convierte en ingeniería de iluminación y, por lo tanto, en iluminancia práctica”, indica Mynor Jiménez en el documento “Estudio de prefactibilidad para el mejoramiento de la iluminación”.

Los niveles de iluminación recomendados son efectuados con el fin de “mejorar la seguridad de los trabajadores en la industria, productividad, el aprendizaje en las escuelas y la recuperación de los pacientes en los hospitales”, indica Pattini y son planteados desde la Illuminating Engineering Society of North America, (IESNA, por sus siglas en inglés), la que especifica valores para aproximadamente 250 actividades visuales que se realizan en interiores de edificios no residenciales y para cerca de 300 específicas para aplicaciones industriales.

De igual manera, la Europeans Standard ha propuesto similares mediciones. A nivel general, el principal criterio para el establecimiento de los valores ha sido el ahorro de energía, el cual es válido y necesario, porque optimiza el uso de la luz natural, aunque “contar con luz artificial da herramientas de mejora en la productividad”, indican las ejecutivas entrevistadas de de Annie’s Design.

Sin embargo, el ahorro de energía debe estar vinculado con otros criterios que construyen un diseño de iluminación. Es lo que Jiménez llama “la optimización de la relación entre el usuario y su medio ambiente, e incluye (…)  técnicas, resultados, metodologías y enfoques de diversas disciplinas y áreas del conocimiento”, que lleven a contar con una iluminación eficiente desde la instalación de lámparas y equipos auxiliares que apagan las luces en espacios desocupados, por ejemplo, y luminarias ahorradoras con menor impacto ambiental, según el espacio en donde se coloquen.

El concepto de iluminación eficiente ha cambiado, advierte Jiménez. Ya no se trata únicamente de eliminar o reducir efectos de deslumbramiento sino también de considerar que la luz afecta las capacidades visuales de las personas, así como su salud y bienestar.

Las representantes de Annie’s indican que, para contar con una iluminación adecuada es necesario además de conocer el espacio, ubicar en dónde se encuentra el norte, para aprovechar la iluminación natural. El siguiente paso en la planificación es plantear las necesidades del usuario mediante un estudio de la temperatura de la luz y de lúmenes, que mide el flujo luminoso y la potencia recibida.

Florencia Castro, en “Luz y Arquitectura”, indica que el diseño de iluminación es una especialización que pretende ir más allá de los aspectos funcionales de la ingeniería, “busca reforzar los aspectos cualitativos de la iluminación y de su efecto en el contexto arquitectónico”. Para ella, el diseño de iluminación es “un desafío creativo y técnico, un balance complementario entre la luz natural y la eléctrica que amplifica la comprensión de nuestro entorno”.

La experta señala que, hay capas de luz que enriquecen la experiencia del usuario y la apreciación del espacio. Para Castro, crear estos espacios requiere de la capacidad de trabajar a diferentes escalas, entender los retos técnicos con el fin de crear una “sensación de lugar, una atmósfera significativa que dé expresión y carácter a los espacios”.

Palacios y Mazariegos enfatizan en que, la iluminación de interiores ha tomado un nuevo rol, debido a que la mayoría de las personas pasan mayor tiempo en un ambiente cerrado o semicerrado y, “sin saberlo, parte del confort que sentimos al estar dentro de este ambiente es causado por la influencia de la luz”. En este sentido, es importante mencionar que, según el Feng Shui, las luces son un medio eficaz para activar el chi, o energía, y de esta manera elevar la energía de un sector que por algún motivo esté estancada o rota.

Según el sitio “Feng Shui en casa” es recomendable colocar lámparas en rincones, recovecos y escaleras empinadas. Añaden que, los acentos de luz atraen el chi y lo hacen circular suavemente, por lo que se recomienda el uso de lámparas de aceite, sal, velas o bombillas que separen el espacio en los sectores de luz y sombra, claro y oscuro. Además, la colocación de focos de poca potencia en mesas bajas y en diferentes zonas del lugar, delimitan un ambiente íntimo, mientras la luz en altura refuerza la espacialidad y favorece la alegría del entorno.

En el artículo “La iluminación según el Feng Shui”, se afirma que la temperatura de color más adecuada es un tono amarillo cuya temperatura de color es inferior a los 3,500 kilowatts, por lo que se recomienda evitar el uso de las lámparas fluorescentes o bombillas de bajo consumo con luz blanca, ya que proporcionan una luz blanca/azulada con una temperatura de color superior a los 5 mil kilowats. Asimismo, para lograr equilibrio de luz en cada ambiente se recomienda escoger focos empotrables en el techo, con bombillas de luz cálida y no solo mediante lámparas en una única zona, aunque también se sugiere el uso de lámparas de pie para iluminar espacios pequeños pasillos o para resaltar ciertas zonas de la casa.

Según indican, en los últimos años no solo se han dado cambios en la eficiencia de la luz, sino también en la eficiencia de los ambientes en general; es decir que. los edificios están diseñados para proporcionar la mayor iluminación natural posible.

También, se debe considerar que, no se lograr mejoras en la iluminación solo con el uso de luces Led (Light-Emitting Diode: diodo emisor de luz), las que “han revolucionado el mercado al reducir costos”, opinan Mazariegos y Palacios, sino que es la combinación de estas herramientas, con un buen estudio y una buena planificación del espacio. Aunque también es cierto que, las lámparas con tecnología Led “se destacan de las fluorescentes porque son más direccionales y con una eficiencia del sistema mayor que las fluorescentes”, indica Jiménez. Para el ingeniero electricista también es importante mencionar el rendimiento y la vida útil de las lámparas.

Las diseñadoras indican que al momento de optar por lámparas se debe tomar en cuenta el ambiente, las dimensiones y el tipo de iluminación, ya sea general, puntual, de exposición o decorativa, porque esto determina el tono y la cantidad de iluminación de la lámpara.

 

Roberto M. Samayoa O.
Colaborador
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt

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