Con una entrevista realizada por GERENCIA al ingeniero José Toledo, presidente de la Cámara Guatemalteca de la Construcción, se presentó la situación del sector constructor del país en 1980.
La Cámara que presidía Toledo llevaba apenas cinco años de ser fundada y buscaba fomentar el desarrollo de la industria de la construcción, haciéndola capaz de cubrir a cabalidad la demanda habitacional y de infraestructura del país.
Según indicaba Toledo, el déficit habitacional y la necesidad de nuevos sistemas de financiamiento eran los principales problemas de aquel entonces en la industria de la construcción.
Durante la entrevista, el directivo explicaba el proyecto de la Cámara para diseñar un nuevo sistema de financiamiento para la adquisición de viviendas en el país. El diseño proponía modificaciones al actual sistema, que consistían en el establecimiento de una cuota mensual variable, en donde las primeras cuotas fueran menores y se incrementaran a medida que los ingresos del individuo fueran aumentando. El proyecto permitiría ampliar el mercado de la vivienda y se obtendría una recuperación más rápida del crédito.
En la actualidad, el déficit de vivienda no ha cambiado… ha empeorado. En enero de 2017 la organización Hábitat para la Humanidad y el Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible del Incae Business School indicaban que, el país contaba con un déficit del 61 por ciento; es decir, 1 millón 542 mil 639 hogares poseen dificultades en uno o varios elementos como calidad de materiales, acceso a agua potable, servicio sanitario y derechos de propiedad.
Por su parte, la misma Cámara Guatemalteca de la Construcción –con información del Fondo Guatemalteco de la Vivienda (Foguavi)- advierte que, el déficit de vivienda llega a más de un millón 220 mil casas.
¿Habrá alguna mejora en esta situación? La ciudad de Guatemala ha incrementado en los últimos años su infraestructura en diferentes sectores como: centros comerciales, edificios de oficinas corporativas y carreteras hacia los principales municipios, pero el sector habitacional se ha quedado rezagado.
Si bien existen nuevos condominios y casas en puntos de amplia expansión de viviendas, todavía queda un déficit de vivienda popular que no obtiene respuesta concreta. Las propuestas habitacionales se quedan en papel y no toman en cuenta los diferentes aspectos de una ciudad que crece en población… y tampoco consideran la exposición a posibles desastres que pueden afectar las viviendas ubicadas en sitios peligrosos.