Aunque cada vez se buscan mayores facilidades, abrir un negocio en este país sigue siendo un calvario. Eso desincentiva la creatividad y la inversión local, aunque también la extranjera. Por eso se ha dado vida al Decreto 20-2018, que busca fortalecer este mercado
Guatemala es un país urgido de empleos. Alrededor de 11.5 millones de sus habitantes, que se calcula podrían andar por los 17 millones, están en edad de trabajar (15 años o más). De ellos, solo poco más de la mitad (6.5 millones) se registran como parte de la población ocupada.
El 71.4 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) es mayor de 25 años. Y la actividad que absorbe la mayor cantidad de fuerza de trabajo es la agricultura, con el 33.1 por ciento, seguida por el comercio, con el 27.9 por ciento. Como se ve, en dos actividades económicas se concentra el 61 por ciento de la PEA.
Del grupo de los ocupados, el 33.4 por ciento corresponde a los que se asumen como empleados privados, mientras que solo el 6 por ciento es empleado del gobierno, pero resalta entre las cifras que un 17.7 por ciento asegura ser un trabajador por cuenta propia que no participa en actividades agrícolas.
Y para redondear los datos, en promedio, el 66.2 por ciento de los asalariados trabaja sin contrato, mientras que el 27.7 por ciento tiene uno por tiempo indefinido y el 6.1 por ciento tiene un contrato temporal. De todos los ocupados, el 69.7 por ciento se emplea en el sector informal y solo el 30.3 por ciento en el formal.
Y estos datos son los oficiales. Al menos hasta el año pasado, según la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (ENEI), que semestralmente realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Rápida revisión
Una lectura básica y rápida de estos indicadores no hace sino explicar con facilidad, porque la alta tasa de migrantes, principalmente hacia los Estados Unidos de Norteamérica. Sin contar que, por concentrar el área metropolitana la mayor parte del sector productivo y empleador del país se convierte también en una primera opción para los migrantes que no logran juntar el dinero suficiente para pagar los servicios de un coyote que los lleve hasta el sueño americano.
Pero dicen que, las crisis y las necesidades también generan oportunidades. En muchos casos, está demostrado, una crisis económica despierta su creatividad y han logrado desarrollar proyectos empresariales que los han sacado adelante y se han convertido en ciudadanos exitosos.
No todos claro, tienen las mismas habilidades o condiciones para alcanzar esta condición. Precisamente por ello, es por lo que se promovió la Ley de Fomento al Emprendimiento, aprobada el 3 de octubre recién pasado, como el Decreto 2 0-2018, con el voto de 98 congresistas.
El día de su aprobación, el presidente del Legislativo, Álvaro Arzú Escobar, aseguró sentirse satisfecho por la aprobación de la ley, pues según él ayudará para que la economía informal se formalice, abriendo oportunidades a quienes aspiran a iniciar un negocio propio. En palabras de Arzú Escobar, la nueva norma da facilidades para emprender ideas nuevas que generarán más empleo y evitarán la migración interna y hacia otros países.
Lo que dice Pronacom
Francisca Cárdenas, directora ejecutiva del Programa Nacional de Competitividad (Pronacom), dice que el emprendimiento busca satisfacer las necesidades de la población, al crear valor en la economía y en la sociedad. “Es una manera de pensar y actuar orientada a la creación de riqueza”, asegura.
Para promover el emprendimiento, cuenta que Pronacom ha creado un plan estratégico de intervención para la productividad, el emprendimiento y la innovación, al crear un entorno que permita disminuir las brechas que limitan el desarrollo del negocio y la inversión en el país.
En esos términos, Cárdenas califica la nueva ley como un avance para apoyar a los emprendedores, al unificar los esfuerzos del gobierno a través de la Unidad de Fortalecimiento al Emprendimiento, al simplificar la inscripción de empresas, al eliminar las barreras a dicho trámite y al otorgar beneficios fiscales a los emprendedores, para apoyar la formalización y el establecimiento de las empresas.
A la fecha, según la directora de Pronacom, solo el 12 por ciento de los emprendimientos se logra establecer en el mercado, pero se espera que con la nueva ley este porcentaje aumente.
Hasta el momento los emprendimientos nacionales suelen estar orientados, principalmente, hacia el consumo en ventas al detalle, especialmente de frutas, verduras, comida en general y ropa. Pero también hay algunos otros como talleres de mecánica, zapaterías, artesanías, sastrerías, herrerías, construcción y carpinterías. Otras áreas que han encontrado nichos de mercado son las de mantenimiento de computadoras, servicios contables, fotocopias, publicidad y asesoría jurídica, y quedan espacios pequeños, pero igualmente abiertos, en áreas como granjas de animales, manejo forestal, pesca y elaboración de piedrín. Eso sin contar que hay muchos que prefieren introducirse en mercados tradicionales, sin elementos diferenciales en sus productos o servicios, pero igualmente esperando el éxito.
Beneficios de la Ley
Lo más relevante del Decreto 20-2018 es que, según Cárdenas, permitirá crear las sociedades de emprendimiento con requisitos simplificados y apoyar la formalización de la economía al requerir un solo accionista. Fomenta el emprendimiento porque establece incentivos fiscales a quien invierte en emprendimiento y establece la obligación de introducir el emprendimiento en la educación. También fomenta la creación de más negocios y, con ellos, de más trabajos para los guatemaltecos y crea una dependencia del Ministerio de Economía para el Fomento al Emprendimiento y la creación de centros de formación técnica en emprendimiento.
Así pues, la ley no hace sino ofrecer facilidades para abrir oportunidades. En Guatemala el 91.2 por ciento de la población está interesado en iniciar un nuevo negocio, pero las dificultades legales o los múltiples trámites lo impedían. Con la Ley de Fomento al Emprendimiento lo más seguro es que este grupo comience a poner en marcha sus ideas, haciendo crecer la economía, ofreciendo plazas de empleo y aportando al crecimiento económico del país.
Carlos Morales Monzón
Periodista y Profesor Universitario
Revista GERENCIA
cmoralesmonzon@yahoo.com