Los tres ases del aprendizaje
El seguimiento a tres indicadores puede dar la pauta para mejorar sustancialmente
Verónica Spross, directora de empresarios por la educación.
Políticos, funcionarios públicos, intelectuales, académicos, mujeres y hombres hablan de la importancia que tiene la educación para que un pueblo alcance el desarrollo. Se citan estudios, se hacer comparaciones y se dibujan realidades distintas pensando en cómo sería Guatemala si se invirtiera más en educación.
Porque la educación trae como consecuencia una mejor calidad de vida, así como la mala calidad de esta produce desigualdad social, afirman los Empresarios por la Educación en el documento «¿Cómo estamos en educación ?».
Un desafío necesario
Los retos de la educación en Guatemala son muchos y tienen que ver con la inversión pública en educación, con la calidad educativa deficiente, con la falta de cobertura, con la poca atención hacia la educación bilingüe y con el transitar lento desde un concepto de educación bancaria a una educación liberadora.
Las preocupaciones por la educación poseen similitudes y diferencias. Para Verónica Spross, directora de Empresarios por la Educación es importante impactar la calidad educativa, porque «no estamos alcanzando que los jóvenes se preparen para la vida y para el mundo laboral».
Carlos Aldana,
Doctor en la educación.
Por otro lado, Carlos Aldana, docente de la universidad de San Carlos, acepta que la educación media debe ayudar a la productividad. Sin embargo, critica esa postura que llama economista de la educación y señala que en general se ha olvidado que la educación es también «integralidad de la vida, el desarrollo del ser pleno que tiene que ver con aspectos como el sentido de la vida, sentirse comprometidos con lo vital, sentir ganas de vivir y de luchar por esa vida. Eso no lo pueden enseñar técnicamente, eso se aprende en procesos de profundo respeto a la diversidad y de expresión», señala.
Sin embargo más preocupante según Aldada es que esta visión impide un formación y educación política más plena para la ciudadanía sí como una educación que «forme al joven para evitar la sumisión, la indiferencia política y ética y el sentido de pensamientos autónomo y crítico sobre el mundo». Una educación exageradamente técnica evita que el joven tenga posturas diferentes, espontáneas, críticas y políticas frente al mundo, en una edad en la que están por convertirse en adultos políticamente comprometidos y en contar con sus primeros accesos al sistema político.
Comprometidos con la educación
A lo largo de los años, se han diseñado diversas intervenciones en educación y esto ha permitido que cada vez haya mejor comunicación entre los sectores público y privado y se estén formulando alianzas público privadas. Una de estas alianzas es «Juntos por la educación». que aglutina a varios sectores preocupados por la educación en el país que son acompañados por el Ministerio de Educación.
Ante la variedad de problemas por atender, «la iniciativa decidió enfocarse en tres indicadores clave para Guatemala: cumplir los 180 días de clase; contar con docentes capacitados y competentes y que haya alumnos que aprendan», señala Spross.
El cumplimiento de los 180 días de clase es considerado de alguna forma como la línea base que al final se tendría que convertir en 200 días de clase al año. La necesidad de ampliar los días de clase es porque el currículo nacional base «es bastante ambicioso, cubre mucha áreas y, por lo tanto, se necesitan ampliar los días de clase.
Actualmente hay municipios en los que los días efectivos de clase están alrededor de 120 a 130. Los motivos para dejar de ir son variados, tales como una erupción volcánica, la feria patronal o la falta de agua en el establecimiento. En algunos casos la suspensión de clases se maneja a discreción de los docentes y en ausencia de las madres y los padres de familia quienes deberían hacer auditoría social, señala Spross.
Aldana abona a favor de que los 180 días se cumplan con calidad. Si no se cumplen no es tanto por las condiciones naturales del país sino por problema actitudinal». Aldana señala que sí, por cualquier razón se pierden días de clase, pero que estos se podrían reponer si el maestro demostrará una actitud distinta, mayores controles de las autoridades y también la participación más exigente de la comunidad.
El segundo indicador señalado por Spross se refiere a contar con docentes preparados y competentes en todos los niveles de la educación con buena formación, conocimientos, méritos y experiencia; y apoyar la implementación de la formación docente en el nivel superior. Añade que es importante apoyar la carrera docente con incentivos alineados al desempeño, para dignificar la profesión docente.
La dignificación es importante, porque permite que los maestros vuelvan a ser un eje significativo en su comunidad y vuelvan a ser reconocidos como personas honorables y líderes. En parte, este reconocimiento está marcado por la calidad del docente pero también por la transparencia y la ponderación adecuada del proceso de selección de los maestros, en la que se valoren los resultados de las pruebas diagnósticas de matemáticas y lectura.
En los últimos años, señala Spross, no se han seleccionados a los mejores candidatos porque han intervenido otros criterios, incluso de participación política. Entre 2008 y 2011 se contrataron 40 mil nuevos maestros, pero como no hay una política de contratación «no todos con las calificaciones necesarias para impartir clases adecuadamente».
Spross añade que es importante que los docentes posean formación universitaria, que se logren adquirir las capacidades esperadas y que la carrera sea muy práctica y no solo teórica. Dice que hay estudios que señalan que la formación del docente tienen que ver con más del 70% del aprendizaje del alumno.
Aldana, por su parte, opina que los estudios universitarios no garantizan la calidad en la relación educativa. De ser así, tendríamos mejores resultados en educación media, en donde la mayoría de los docentes ha pasado por la universidad, dice. Para Aldana el nuevo paradigma educativo dice que la información está en el ambiente, por lo que el accesos a ella no es la prioridad sino el garantizar climas educativos de alta calidad, los que no se encuentran en la universidad. Esta crea más formación técnica y académica general pero no clima emocional.
El tercer indicador señalado por los Empresarios por la Educación se refiere a la necesidad de que «los alumnos aprendan» en un centro educativo que tenga clima adecuado para el aprendizaje, y que todos los actores involucrados se enfoquen «en que los estudiantes aprendan».
Spross propone sobre la iniciativa, que los resultados de las pruebas de matemática y lectura vuelvan a los centros y que se utilicen para tomar decisiones de mejora. De esta forma se podría también monitorear indicadores. De lo contrario, no se sabe qué es lo debe mejorarse, un decisión que necesita también acompañamiento pedagógico y que debería pasar por una reforma del sistema de supervisión, añade.
Para Aldana cuanta más calidad en el acceso al derecho a la educación en la preprimaria y en la primaria se asegure, más calidad adquirirá el proceso de educación media. Pero, más que eso, mientras más se asegura acceso al ingreso económico estable de los padres, niños y jóvenes, más se asegura el acceso a la educación primaria y media.
El problema de la educación media no se resuelve pedagógicamente. Se resuelve Económica, social política y culturalmente, «porque mucha de la falta de acceso a la educación media se debe a la necesidad de sobrevivir», añade. Para Spross hay acciones importantes en las que cada sector, especialmente los actores locales, pueden contribuir de acuerdo a sus áreas y su competencia incorporando al Mineduc en lo que corresponde.
Roberto M. Samayoa O.
Periodísta
Revista GERENCIA
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