Manejo del tiempo, para el óptimo bienestar

Conozca al responsable de su rendimiento

¿Le son suficientes 8 horas para terminar su trabajo? Muchas personas adolecen de tiempo durante su día a día, y se quejan de que no les alcanza para cubrir todas sus actividades. Sin embargo, hay otras que logran hacer más en menos tiempo, y aunque ambas cuentan con la misma cantidad de horas, las segundas han aprendido a manejarse con eficiencia y eficacia.  

Esta reflexión nos vuelve conscientes de que, no es el tiempo el que se debe aprender a manejar, sino a uno mismo. De esto nos habla el consultor Ramiro Ponce, quien es coach especializado en liderazgo, formación de equipos y gestión del cambio, y quien está a cargo de la charla “Manejo del tiempo, para el óptimo bienestar”, que será impartida en el programa de Liderazgo de la Mujer Ejecutiva, de la AGG.  

Algunos tips
La planificación y la organización personal son la clave para ser productivos. Esto implica definir los objetivos a alcanzar en una semana o un día, pero también en el mediano y largo plazo. De esta forma, será más sencillo establecer prioridades. 

Otra sugerencia útil es alejarse de los roba-tiempos más usuales. Algunos ejemplos son, el mal uso del correo, comenzar a trabajar en una tarea específica y abandonarla por otra, para más adelante retomarla. Esta dinámica no solo no nos ayuda a avanzar, sino que, además, nos produce desgaste. 

Por otro lado, se aconseja organizar en bloques las tareas similares. Y, muy importante, tomar pequeñas “pausas refrescantes” para aliviar el estrés. El simple hecho de cambiar de ambiente por un momento, para ir a la cafetería, dar una vuelta por el jardín, salir al balcón (si hay), pararse, hacer estiramientos o simplemente dejar un corto espacio vacío en la agenda, ayuda a recargar las pilas y retomar las energías. 

Un vicio usual es perder el tiempo en preocupaciones por asuntos que de todas formas no dependen de nosotros y que, aunque quisiéramos, no podemos resolver o cambiar. Asimismo, hay que evitar que asuntos importantes, pero no urgentes, queden al margen hasta adoptar el estatus de “urgentes”, porque esto genera tensión y carreras. 

En resumen, la planificación y las decisiones en cuanto a la organización del trabajo deben ejecutarse con base en responsabilidades propias. Si una tarea es nuestra responsabilidad, seguro será más importante que una que esté fuera de nuestro compromiso directo. Asimismo, se deben considerar las tareas importantes, que son las que generan beneficios o costos, y las urgentes que poseen una fecha de cierre, caducidad o requieren de una respuesta inmediata.  

Recuerde que, planear no debe ser una tortura. Es una actividad que puede hacerse de manera simple, sobre todo, si se aprovechan las bondades a nuestro favor, como son la tecnología y el trabajo en casa. 

Ileana López
Periodista
Revista Gerencia
gileana@agg.com.gt 

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